El técnico Sebastián Ginóbili y el rendimiento de Bahía Basket en la fase regular.
Tras el mal paso en Junín, el DT explicó por qué, cuando se vio en problemas, a Bahía Basket se le escapó la clasificación directa a octavos de final.
Casi como una burla del destino fue el cierre que tuvo Argentino 83-Bahía Basket 70.
Quien lo padeció fue el equipo dirigido por Sebastián Ginóbili, que debía defender en Junín una ventaja deportiva de 12 puntos para clasificar directo a octavos de final del Súper 20, torneo previo a la Liga Nacional.
Después de comenzar holgado, de sufrir un bajón durante el segundo y tercer cuarto, Bahía se levantó en el último.
Con su receta de defender y correr, le generó incertidumbre al de Junín con el tema “diferencia”.
Hasta que a cuatro segundos del final, con dos tiros libres de Ronald Singleton, su rival consiguió el objetivo: una victoria por 13 de ventaja, que mandó a Bahía Basket a jugar su continuidad en el torneo en una serie extra (Reclasificación) ante Quilmes, que como perdió contra Peñarol (89-83) quedó último en el grupo D y tendrá desventaja deportiva ante Bahía.
En resumen, para los de afuera fue un cierre apasionante de este grupo D, con cuatro posiciones que se definieron recién en la última fecha.
En cambio esta etapa, en la que había objetivos deportivos de por medio, tuvo un final doloroso para un plantel joven, que transita el delicado proceso de formación individual y colectiva dentro de una competencia profesional.
El sabor amargo les quedó a todos. Lógicamente, también a su propio entrenador y guía.
“No me gustó para nada el equipo… Fue el peor partido de la zona”, reconoció Ginóbili, en diálogo con “La Nueva”.
“No jugamos como veníamos entrenando. Ni ofensiva ni defensivamente. Cuando nos vimos en problemas, renunciamos a nuestra idea y empezamos a jugar individualmente. Atrás no colaboramos, no nos ayudamos”, repasó.
“Y a partir de las malas defensas vinieron las malas decisiones en ataque”, agregó el DT.
Sepo fue naturalizando el resultado y las sensaciones. Porque la nota, hay que decirlo, fue en caliente. A boca de vestuario en el Fortín de las Morochas del club Argentino. “Hay que seguir trabajando, seguir convenciendo de cuál es nuestra idea”, reconoció.
—El rendimiento en esta última fecha de la fase clasificatoria, ¿le hizo sombra a los otros resultados del equipo en el grupo D?
—No, es un partido. Hay que estar tranquilos. En los otros juegos presentamos otra cara, hoy (por el sábado) no lo pudimos hacer. Es entendible. Bah, lo entiendo, pero no lo acepto.
—Entonces, ¿cuál es el balance de lo hecho por Bahía Basket en los 8 partidos de la etapa de grupos del Súper 20?
—En la mayoría de los juegos que disputamos mostramos una idea, ofensiva y defensiva, que se vio claramente. Hemos tratado de asentarla, de hacerla nuestra. A veces con individualidades, que es lógico de la edad. Pero tenemos que jugar mejor, ser más consistentes. Hoy (en Junín) regalamos el juego en cuanto a energía y desconcentración. Son cosas que pueden pasar. Lo importante es mantener la calma. Y entender que tenemos que seguir trabajando y haciendo las cosas para formar un equipo cada vez mejor con el correr de los partidos.