Cáncer de mama: la importancia de la detección temprana
Es importante conocer que hay métodos que permiten detectarlo antes de que haya síntomas, aumentando la curación con tratamientos menos agresivos.
El cáncer de mama es un importante problema de la salud pública. Representa el cáncer más frecuente y la principal causa de muerte por cáncer para las mujeres argentinas, con más de 21.000 nuevos casos estimados para este año (representa el 31,8% de todos los cánceres en mujeres) y más de 5.800 fallecimientos por año.
Si bien la mortalidad por este tipo de cáncer, ha descendido desde 1996, con un pico entre 2013 y 2016, aún queda mucho por hacer y mejorar.
Desde la creación del Programa Nacional de Control de Cáncer de Mama, trabajamos hacia el interior del sistema de salud en toda la línea de cuidado, buscando una resolución adecuada y oportuna de aquellos casos sospechosos o confirmados de cáncer de mama.
Por otra parte, las acciones de concientización son un factor clave para el control de esta enfermedad.
Si bien existen hábitos saludables que podrían representar un factor protector para el desarrollo del cáncer de mama y otros cánceres como una alimentación balanceada, mantener un peso adecuado, practicar ejercicio, no fumar y disminuir el consumo de alcohol; en cáncer de mama, lo fundamental es su detección temprana.
Es muy importante conocer que hay métodos que nos permiten detectarlo antes de que haya síntomas, aumentando las posibilidades de curación con tratamientos menos agresivos.
La detección temprana se realiza por medio de la mamografía, único método reconocido para la detección precoz del cáncer de mama, que contribuye a la disminución de la mortalidad mediante la detección de tumores imperceptibles al tacto.
Otros estudios como la ecografía o la resonancia magnética sirven como complemento de la mamografía. Existen diferentes tecnologías para la realización de una mamografía: la analógica, la digitalizada y la digital. Cada una tiene sus particularidades, pero las tres cumplen con la función de detectar al cáncer de mama precozmente.
Todo mamógrafo con un correcto control de calidad y con personal capacitado y entrenado es idóneo para realizar este estudio. Desde el INC trabajamos en la verificación de los equipos del país y en la capacitación de los profesionales, acreditando la calidad de sus mamografías.
La edad recomendada por el INC para la realización de la mamografía a nivel poblacional es entre los 50 y los 69 años, rango etario en el que se observa una mayor cantidad de casos de cáncer de mama y un mejor desempeño de la mamografía.
Esto implica que todas las mujeres de esa edad aunque que carezcan de síntomas, antecedentes personales o familiares deberían realizarse el estudio cada uno o dos años.
¿Esto quiere decir que las mujeres por fuera de esta edad no deben realizarse una mamografía?
No, la recomendación busca cubrir a las mujeres que además de presentar mayor riesgo, son las que más se beneficiarán con la mamografía. Las mujeres menores de 50 y mayores de 70 años deben realizar una consulta médica para que les informe sobre la necesidad de realizar o no un estudio.
El profesional tendrá en cuenta los riesgos en cada caso.
Algunos factores a los que debemos prestar atención son: si contamos con antecedentes personales o familiares de cáncer de mama, si hemos realizado tratamientos con radioterapia en el tórax, si recibimos terapias de reemplazo hormonal, entre otros.
En cualquier caso siempre la decisión de hacernos o no una mamografía debe ser personalizada y conversada en la consulta. Es muy importante que nuestra opinión sea considerada y se nos permita pensar sobre los beneficios y los perjuicios de realizar el estudio en cada momento de nuestra vida.
En los últimos años se ha popularizado la práctica del autoexamen mamario. (*) Coordinadora Programa Nacional de Cáncer de Mama del Instituto Nacional del Cáncer perteneciente a la Secretaria de Gobierno de Salud del Ministerio de Salud y Desarrollo Social.