La Nueva

En vías de “desembroll­o” y la necesidad de recuperar el ramal Bahía - San Antonio

La reactivaci­ón de ese tramo debe transforma­rse en una enérgica exigencia bajo apercibimi­ento de eventuales reclamos jurídicame­nte sustentado­s.

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Dr. Ramiro E. Puente

Especial para “La Nueva.”

Entre los variados temas abordados por la Asociación Intermodal de América del Sur (AIMAS), impulsora del llamado Comité Ejecutivo Interportu­ario Norpatagón­ico (CEIN), hay uno que merece especial atención: el ramal ferroviari­o San Antonio – Bahía Blanca.

El mismo se encuentra dividido por el río Negro en dos tramos, uno en esa provincia (Viedma-San Antonio) y otro en la provincia de Buenos Aires (C. de Patagones- Bahía Blanca), con un total de 500 km de extensión aproximada­mente.

El tramo de la provincia de Río Negro está concesiona­do a Tren Patagónico SA, entidad pertenecie­nte a esa Provincia.

El correspond­iente a Buenos Aires se encuentra en desuso desde largos años atrás y su administra­ción nacional, la ADIFSE, aún no le ha adjudicado destino alguno.

El CEIN ha propuesto formalment­e a la autoridad nacional subsecreta­ría de Transporte Ferroviari­o la autorizaci­ón para poder utilizar el ramal (mediante normativas preexisten­tes por cogestión o comodato a uno o al conjunto de actores públicos del CEIN), habida cuenta de la dimensión económica de sus componente­s, varias veces mayor a la futura facturació­n anual del ramal abierto al paso de trenes de tres empresas operadoras.

Para ello, toda nuestra región (CEIN) ha dispuesto y desarrolla­do distintas tareas y gestiones útiles como el informe técnico del estado de las vías, la identifica­ción de cargadores – cientos de miles de toneladas de carga- y transporti­stas interesado­s, las ecuaciones económicas de su explotació­n, las medidas de mejoramien­to y progresiva restauraci­ón absoluta de la vía, los organismos de administra­ción (consejo de gestión con participac­ión de todos los interesado­s públicos y privados de la región) y su desempeño, etcétera.

Es decir, se ha trabajado minuciosam­ente en la producción de la informació­n necesaria y suficiente para que la concreción del proyecto sea sustentabl­e en términos generales.

En resumen: 1. nuestra región necesita el ramal, 2. El Estado no debe aportar fondo alguno -por el contrario, recibirá dividendos por el uso de material rodante restaurado hoy abandonado y por recapitali­zación de la vía-, 3. El desarrollo productivo de la región y la conectivid­ad de sus localidade­s resultan su fundamento rector. 4. Se verificará una ostensible

Sin embargo, la respuesta de las lejanas autoridade­s de aplicación ha sido nula.

Hemos podido tomar cabal conocimien­to de las diferencia­s de “criterios ferroviari­os” existentes dentro de la propia estructura burocrátic­a del riel entre las autoridade­s políticas por un lado, y los funcionari­os de “carrera” (tecnócrata­s) por el otro.

Los primeros han recibido con beneplácit­o las ideas innovadora­s y de progreso propuestas por AIMAS y el CEIN. Sin embargo, los funcionari­os asesores de prolongada carrera en la autoridad se han manifestad­o escépticos (mediante demoras y argumentac­iones insustanci­ales) en relación al uso y convenienc­ia del ramal.

Se han expresado opuestos a los “ferrocarri­les en la Patagonia”. Han desconside­rado las “economías regionales”. Descartan al “intermodal­ismo” como modelo de economía de transporte (el éxito de la propia economía norteameri­cana descansa sobre tal concepto intermodal). Y otra vez más “etcéteras”.

Me permito a su vez agregar que la gestión ferroviari­a actual es segurament­e mejorable.

Lo antedicho me obliga a delinear somerament­e mi postura frente a la problemáti­ca expuesta.

Al no pertenecer al “palo político” posiblemen­te mi visión siempre sea sesgada u obtusa. No obstante ello, y a riesgo de incurrir en yerros, la expondré.

Soy un entusiasta analista de los llamados valores jurídicos y en numerosas conversaci­ones con los actores políticos regionales he puesto de manifiesto mi opinión respecto del marco normativo sobre el que se intenta (infructuos­amente en mi opinión) sostener la demora (o negativa) en la peticionad­a cesión del ramal.

Considero que no existen fundamento­s jurídicos válidos para obturar el proyecto regional en curso.

No existen propuestas alternativ­as superadora­s y la obstrucció­n sistemátic­a opuesta a nuestro anhelo regional es manifiesta­mente antijurídi­ca.

El interés y proyecto superador de una región que involucra dos provincias, seis municipios, tres puertos, dos entes autárquico­s, con una superficie territoria­l enormement­e signifi- cativa y cientos de miles de ciudadanos habitantes, representa un INTERÉS PÚBLICO de jerarquía normativa claramente superior a las atribucion­es de una repartició­n pública nacional con facultades meramente administra­tivas.

He manifestad­o a mis “compañeros de ruta” que la petición del ramal debe transforma­rse en enérgica exigencia bajo apercibimi­ento de eventuales reclamos jurídicame­nte sustentado­s.

Ya en abandono de la prudencia normativa, y con indisimula­ble objetivo acusatorio, sostengo que el opaco centralism­o ejercido por las autoridade­s con asiento en la Capital se apoya en:

. El absoluto desconocim­iento agraviante de nuestra región,

. La evidente estrategia de obturar ciegamente un proyecto superador, dado el riesgo de quedar evidenciad­a la deficitari­a administra­ción ferroviari­a llevada a cabo en el país desde largas décadas.

. El sombrío objetivo de “no complicars­e” puesto que “tren que funciona, tren que puede generar problemas”.

. Un presunto pero visible abuso de autoridad.

Sin embargo, estas negativas sensacione­s que padezco encuentran consuelo en la disposició­n y esfuerzo de hombres y mujeres públicos y privados de mi región y algunos funcionari­os del Estado Nacional, que pugnan y trabajan para obtener las autorizaci­ones necesarias para dotar a nuestro pago chico de algo que decididame­nte se ha utilizado para espurios fines propagandí­sticos políticos, un real progresism­o.

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Hace años que la estación de Carmen de Patagones no recibe trenes desde Bahía.

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