Una renovada cita con los ricos y famosos
Héctor Moyano fue sentenciado por sexta vez, aunque en el juicio afirmó que hizo un tratamiento contra las drogas y tiene un trabajo estable.
Héctor Darío Moyano Barrionuevo era uno de los 13 prófugos, con sentencia firme, del Departamento Judicial Bahía Blanca que aparentemente nadie buscaba y que cayó el año pasado, meses después de una nota publicada Nueva. en La sobre esa problemática.
Había obtenido una salida transitoria de la cárcel de Junín, donde cumplía una pena por un robo con armas, y no había vuelto a la prisión, hasta que la policía de nuestra ciudad lo recapturó.
Ahora el juez en lo Correccional Nº 1, doctor José Luis Ares, le impuso una nueva condena, a 3 meses de priquien sión efectiva, por un incidente registrado en un calabozo de la comisaría de Patagones, donde estaba detenido en 2014. Es la sexta sentencia en su contra en los últimos 14 años.
Sin embargo, durante el último juicio Moyano, de 36 años, se mostró arrepentido y aseguró que su vida cambió.
Le dijo al juez Ares que, una vez que recuperó la libertad tras la última condena -todas las anteriores ya están cumplidas-, se sometió a un tratamiento para tratar de superar su adicción alas drogas y también que está trabajando: como albañil, lo emplearon en blanco en una empresa de construcción, según confirmó.
Por otro lado, informó que le otorgaron la tenencia de dos hijos suyos y hoy viven con él, con lo cual asumió una mayor responsabilidad.
Lo prendió y lo apagó
El hecho por el cual lo condenó Ares se registró el 13 de febrero de 2014, en la comisaría de Carmen de Patagones, donde Moyano estaba detenido junto con otras 4 o 5 personas, la mayoría también de nuestra ciudad.
El incidente se produjo sobre las 2, cuando en el sector de los calabozos se prendió fuego un colchón y una almohada y además se generó el ahumamiento parcial de las paredes y las puertas.
Cuando el personal de vigilancia advirtió humo, extendió una manguera de inmediato y fue el propio Moyano colaboró para extinguir las llamas. Esto fue dicho por los policías.
Durante la indagatoria por el caso, Moyano aseguró que al momento del hecho estaba drogado y que "el médico les daba pastillas para entretenerlos".
Otro de los detenidos aseguró que fue el acusado quien movilizó la protesta porque reclamaba estar cerca de su familia.
El juez Ares confirmó el hecho y la autoría de Moyano y, antes de dictar sentencia, marcó como atenuante el hecho de haber colaborado para apagar el fuego, lo cual implica arrepentimiento activo.
En cuanto a los agravantes, citó las condenas anteriores, cinco en total, entre 2004 y 2014, por distintos delitos, aunque aclaró que, a diferencia de lo que suponía el fiscal Sebastián Foglia, no se podían unificar las penas porque las anteriores ya estaban vencidas.
Por lo expuesto, Ares le impuso 3 meses de prisión de cumplimiento efectivo. El delito lo calificó como daño simple y no agravado (es el que proponía el fiscal), al entender que un calabozo no debe ser considerado como un lugar público.
El episodio por el que lo sancionó el juez en lo Correccional Nº1, José Luis Ares, se produjo a principios de 2014, en la comisaría de Carmen de Patagones.