Trump volvió a la estrategia del miedo antes de una elección clave
Con cuatro días para intentar mantener el control del Partido Republicano en el Congreso y su propio dominio político en EE.UU., el presidente alarmó a sus seguidores sobre la inmigración.
Armado otra vez de una agresiva retórica anti inmigración, el presidente estadounidense, Donald Trump, enfrentará la semana próxima el mayor test electoral desde su llegada al poder, unos comicios que definirán si su Partido Republicano mantiene el control del Congreso en los dos últimos años de su primer mandato.
Un revés en alguna de las dos cámaras seguramente impedirá a Trump implementar su agenda, además de dar a la oposición demócrata renovadas armas para citar al presidente a testificar ante alguna comisión por sus múltiples controversias personales o conflictos de intereses, e incluso para someterlo a un proceso de destitución.
Aun cuando los votantes de cada distrito eligen a sus representantes en el Congreso en función de cuestiones más locales que nacionales, los comicios de mitad de mandato siempre son también un referéndum sobre la gestión del presidente, que, en el caso de la del magnate inmobiliario, ha fracturado al país como pocas veces antes.
En el final de la campaña, Trump, un hábil comunicador, ha multiplicado sus actos en respaldo a candidatos republicanos, y ha elegido reeditar la fórmula con la que llegó al poder: un discurso que atiza el temor a la inmigración y el sentimiento nacionalista, y que no tiene pudor en denigrar a la prensa, a sus oponentes políticos y a las minorías.
Con un tono por momentos apocalíptico, el jefe de la Casa Blanca no ha parado de decir que los demócratas convertirán a Estados Unidos en Venezuela y permitirán a los inmigrantes “arrollar” el país si recuperan el control de alguna de las dos cámaras del Congreso en los comicios del venidero martes 6.
El presidente Trump también se jactó de la economía en auge para convencer a los votantes.