Un teatro ruso busca mejorar su acústica a partir de las formas.
La estructura busca la mejor acústica, generando espacios para ser usados por toda la comunidad.
El edificio parece ser una gran ojo, una esfera, un globo que flota sobre un patio de uso popular. Las formas urgen de la música y de considerar el uso del espacio.
Nunca deja de ser interesante conocer por donde marcha la arquitectura de estos tiempos, la que es difícil de ver en nuestro país pero que marca la forma de expresión de este singular arte en los nuevos tiempos, una expresión de un conjunto de circunstancias que se conjugan para generar su estética.
Un ejemplo es el resultado del recientemente concurso internacional para construir la nueva sala de conciertos de la Filarmónica de Sverdlovsk, en la ciudad rusa de Ekaterimburgo, los Urales.
El estudio ganador es Zaha Hadid, con sede en Londres, creado por de la arquitecta Zaha Hadid, fallecida en 2016 que dejó un equipo de trabajo de altísimo talento y creatividad que sigue desarrollando una obra en el mundo.
La obra
Inspirada en los aspectos físicos de las ondas sonoras, la forma del volumen define los espacios donde la reverberación desaparece y el sonido fluye.
La sala principal, con capacidad para 1.600 personas, y la de música de cámara, para 400, quedan suspendidas bajo una amplia cubierta en voladizo que protege una plaza pública.
Sus fachadas vidriadas desdibujan los límites interior y exterior, ofreciendo vistas sobre los Jardines.
Para el nuevo hogar de la Orquesta Filarmónica de Ural, Zaha Hadid Architects "hizo eco de los aspectos físicos de las ondas sonoras" para crear un lugar inspirador que satisfaga el creciente programa de la orquesta y crea una plaza pública para todos los ciudadanos.
La propuesta se basa en las "propiedades de la resonancia del sonido que crean vibraciones de onda en una superficie continua y suave", traduciéndose como un auditorio suspendido sobre un espacio cívico, todo contenido bajo una gran cubierta.
Bajo cubierta
Las salas de conciertos y de música de cámara quedan ubicadas "dentro de las deformaciones de la superficie de la cubierta suspendida". Elevada del suelo, este elemento crea un vestíbulo sin obstrucciones que se dobla como un espacio de reunión pública para una ciudad que ha aumentado en más del 10% en la última década.
La procesión de espacios públicos interconectados continúa en forma de una terraza con vistas a la Iglesia de Todos los Santos.
La propuesta se ubicará en un vacío entre los edificios históricos existentes y los Jardines Weiner, que se conectarán con el paisaje adyacente a través de una fachada de cristal transparente que se abrirá hacia un anfiteatro para espectáculos al aire libre.
Rusia ha sido una influencia formativa en el trabajo de Zaha Hadid Architects.
Desde muy temprano en su carrera, se sintió atraída por la vanguardia rusa que concibió los espacios cívicos como condensadores urbanos que catalizan un ámbito público de actividades para enriquecer la creatividad y la comunidad; permitiendo que el espacio en sí mejore nuestra comprensión y bienestar.