Un parámetro que no es “caprichoso"
La ley de tránsito adoptó, para el caso de la ebriedad, un parámetro objetivo: superar los 500 miligramos por litro de sangre.
De esa manera descartó fijar medidas subjetivas, en función del grado de alcoholización de cada uno, ya que la misma cantidad de bebida puede afectar de distinta forma a cada individuo, en base a diversos factores, entre otros la particular resistencia a la sustancia.
Ese parámetro establecido por el legislador, según Ares, no resulta caprichoso ni carente de razonabilidad.
Está sustentado científica y empíricamente: se estableció que con 250 mg., los accidentes de tránsito aumentan en una proporción de 1 a 25, mientras que con 400 mg. la aptitud para conducir vehículos automotores se reduce en un 26% a 30%. para mi que el accidente (...) se debió al deplorable estado que le impedía conducir correctamente".
Ares remarcó la gravedad de ingerir cocaína con alcohol excesivo y destacó un escrito de la Asociación Civil Luchemos por la Vida.
"Las drogas ilegales de abuso, que generan adicción tras su consumo repetido, como la cocaína, afectan por sí mismas la conducción, ya que perturban siempre, en mayor o menor medida, el funcionamiento psicofísico del individuo alterando, entre otros, la percepción sensorial, la atención y, muchas veces, la coordinación motora, además de distorsionar la percepción del riesgo. Combinadas con el alcohol conforman un cóctel fatal a la hora de conducir, ya que se potencian sus efectos tóxicos”,
A su vez, el National Institute on Drug Abuse de los Estados Unidos asegura que los conductores que han usado cocaína pueden ser agresivos e imprudentes cuando conducen y que manejar en esa condición pone a las personas en un riesgo más alto para colisiones.
El acusado, que trabaja como remisero, fue arrestado cuando el denunciante lo engañó y le pidió que lo traslade a la comisaría.
Luego de negarse a declarar en la fiscalía, recuperó la libertad en la víspera el exentrenador de básquet David Jaskowsky, acusado por un caso de grooming en perjuicio de un adolescente de 14 años.
El imputado, de 56 años, fue asesorado por el abogado Maximiliano De Mira e hizo uso de su derecho a guardar silencio ante la fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 14, Marina Lara.
Voceros policiales de la seccional Cuarta habían informado que el hecho se desencadenó cuando el chico caminaba por la zona de Chiclana al 1700 y el imputado, quien se desempeña como remisero, se acercó y le pidió su número de teléfono para ofrecerle viajes a menor costo.
Según se indicó, el menor le suministró el contacto y siguió camino hacia su casa, aunque poco después habría comenzado a recibir mensajes vía WhatsApp “para concretar un encuentro íntimo”.
Alertado de la situación, el progenitor de la víctima se hizo pasar por el joven y acordó encontrarse en un determinado lugar.
Según se indicó, el hombre concurrió al sitio y abordó el auto de alquiler, pidiendo ser llevado hasta la comisaría Cuarta, ubicada en Garibaldi al 100.
El denunciante le pidió que lo aguardara y manifestó la situación a los efectivos, quienes procedieron a la aprehensión de Jaskowsky.
Duranteelprocedimiento secuestraron tres teléfonos celulares, dos de los cuales pertenecen al sospechoso.
Jaskowsky fue absuelto en 2009 por el Tribunal en lo Criminal Nº 3, durante un juicio en el que se lo acusaba de mantener una relación sexual forzada con un menor de 16 años.