Más del 60% de los partos en los hospitales privados locales son por cesárea
Nuestra ciudad también está por encima del promedio nacional. A su vez, en el Penna existe otra estadística que no registra el sector pago: dos de cada tres embarazos no son deseados.
Más del 60% de los partos en los hospitales privados de Bahía Blanca se realiza mediante cesáreas y, el resto, por parto natural. En la única maternidad pública de la ciudad, la del Hospital Penna, el porcentaje de cesáreas baja al 40%. En promedio, el 50% de los nacimientos se produce mediante este sistema.
“A principios de los 80, por ejemplo, había apenas un 20% de nacimientos bajo ese método. Hoy estamos en dos cada tres, en el sector privado. La alta tasa de cesáreas es un fenómeno latinoamericano. En países desarrollados los porcentajes son menores”, explica el doctor Ernesto Alda, jefe de Neonatología del Hospital Privado del Sur.
En dicha clínica se atienden entre 1.600 y 1.650 nacimientos por año. En el Hospital Raúl Matera, por citar otra entidad no pública, hay unos 700 anuales. En 2018, hasta octubre, se registraron 565 nacimientos, 393 de los cuales ocurrieron vía cesárea y 172 (menos de un tercio) por parto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la tasa de cesáreas no supere el 10-15% en cada país y que se practiquen solo en casos necesarios, según criterio médico. Si se toma una media del 12,5% como el ideal, en Bahía se cuadruplica esa cifra.
“Pero prácticamente nadie logra el número que propone la OMS. De hecho, lo están reviendo”, matiza Alda.
En el Penna hubo un promedio de 2.500 alumbramientos en los últimos años. En 2016 la tasa de cesáreas fue del 33%, pero en 2017 y lo que va de 2018 subió al 40%.
“En el servicio contamos con un consultorio de evaluación de indicaciones de cesáreas”, dice el jefe de Obstetricia de ese hospital, doctor Sergio Mendoza.
“Existen algunas que se planifican y otras que se indican durante el trabajo de parto, ya sea porque no progresan o aparece una patología que no se pudo prever. Pero nosotros no inducimos a ninguna paciente para la cesárea, al contrario, siempre contamos los beneficios de parto como lo más fisiológico”, agrega.
Alda comenta que, en un centro médico como el Privado del Sur, las embaraza-
das llegan con la decisión previamente tomada, en acuerdo con sus respectivos médicos.
Acerca de los riesgos, dice: “La cesárea es una operación, el parto natural es la eliminación espontánea por un canal anatómico. Como en cualquier intervención quirúrgica, el riesgo es mayor. De todas maneras tenemos muy buenas anestesias y medicaciones intraoperatorias que las hacen más sencillas que 10, 15 o 20 años atrás. Es más riesgoso que el parto natural, pero el riesgo es bajo”.
Mendoza aporta: “El tema de los beneficios de nacer por parto natural lo trabajamos en lo que se llama Preparación Integral para la Maternidad y Paternidad. Es un espacio que tiene el Penna donde acompañamos a la familia desde que se enteran del embarazo hasta la finalización del mismo”.
Y añade: “Existen familias que creen que la cesárea es la elección más segura, sin tener en cuenta las posibles complicaciones y la posibilidad de un siguiente nacimiento por la misma vía, aumentando así el número de intervenciones innecesarias y el riesgo de contraer acretismo placentario, que es la inserción anómala de la placenta en cicatrices o cirugías anteriores, patología que pone en peligro la vida de estas pacientes”.
Mendoza tiene otra explicación para el incremento de cesáreas en el hospital provincial.
“También se debe a las mejoras del servicio de obstetricia en cuanto a calidad y seguridad de atención. Y Neonatología aumentó su complejidad, lo cual trajo aparejada una mayor derivación de patologías complejas, que requieren finalización por cesárea, no solo de la región, sino también de localidades como Tres Arroyos, Tres Lomas, Pigüé o Bolívar, entre otras”.
Miedo al dolor y la ventaja de la comodidad
¿Por qué una mujer que cursa un embarazo sin complicaciones decide una cesárea? Las explicaciones pueden ser interminables, pero en general pesa el miedo al dolor durante el trabajo de parto.
Y para el médico contratado, admiten distintos profesionales, puede resultar una comodidad, ya que se programa día y hora de las intervenciones, lo cual permite organizarlas sin interferir con sus otras actividades.
También es relativamente frecuente el litigio judicial. Cuando hay parto natural y la evolución de la madre o el bebé no es buena, a veces, aparecen denuncias por mala praxis. Con la cesárea esa posibilidad disminuye.
“En países desarrollados el número de cesáreas es muy bajo, del 20%, si llega. La diferencia es que, en muchos casos, la mujer no decide al obstetra sino que va a una clínica donde la atiende un equipo de profesionales. Entonces, las posibilidades de un parto natural es muy alta. Es más parecido a lo que ocurre aquí en el sector público”, dice Alda.
“En nuestro país, en el ámbito privado, la embarazada elige a su obstetra y pacta el trabajo. En el caso de nuestro hospital, recibimos a las pacientes con una decisión ya tomada, no la consultan con nosotros”, añade.
En Argentina la tasa de cesáreas es del 40%, de acuerdo con un informe publicado en “Paediatric and Perinatal Epidemiology”, donde se comparó a 20 países de ingresos medios y bajos. Es decir, Bahía está por encima de la media nacional.
Dos tercios de los embarazos no son buscados
Días atrás, el doctor Edgardo Boiza, jefe de Ginecología del Penna, contó en LU2 que dos de cada tres embarazos atendidos allí no fueron buscados. Esto no significa que, en todos los casos, exista arrepentimiento por parte de los padres, pero sí falta de planificación.
En el sector privado no existe esta estadística.
Boiza también comentó que la tasa de embarazo adolescente (chicas de 10 a 19 años, “aunque en nuestro caso las más pequeñas tienen 13”) es del 20%.
Uno de cada 5 en el mundo y Brasil, al frente
El 21% de las embarazadas del mundo da a luz por cesárea, según una serie de artículos publicados el mes pasado en la revista médica “The Lancet”. Esta cifra, referida a 2015, es casi el doble que el 12% del año 2000.
La zona donde más ha crecido el uso de esta práctica es en el sureste asiático, asegura el artículo, donde en 15 años pasaron de representar el 7,2% a suponer el 15,1%.
Por el contrario, en el África Subsahariana apenas subieron las tasas 1,5 puntos, con el máximo en el 6,2% de Sudáfrica.
Si se realiza un ránking, Brasil está en la cima de países con más cesáreas, con un 56% de partos llevados a cabo de este modo. Egipto le sigue de cerca con un 51,8% y después viene Turquía, con un 47,5%.
Europa tampoco queda afuera de los primeros puestos, ya que en Italia el 38,1% de los nacimientos se producen de esta manera.
América Latina tiene países que cumplen con las recomendaciones de la OMS en esta materia, como Guatemala y Honduras, y otros que se acercan como Perú y Bolivia.
Aunque, en realidad, los países que tienen más bajas cuotas de partos quirúrgicos son, sobre todo, aquellos donde no suele haber una atención médica adecuada.
En este sentido citan a países africanos como Níger, Chad, Etiopía o Burkina Faso, donde las cesáreas apenas corresponden a un 2% de los nacimientos.
Por otro lado, en Escandinavia y Holanda cumplen largamente con las recomendaciones de la OMS: la tasa se ubica en torno al 6%.
Existen algunas que se planifican y otras que se indican durante el trabajo de parto, ya sea porque no progresan o aparece una patología que no se pudo prever”.