Los que pagan los platos rotos
La gobernadora María Eugenia Vidal sigue sumando dolores de cabeza con los gremialistas docentes que decidieron volver al paro mañana en el ámbito escolar bonaerense.
“Es una expresión de rechazo al diálogo”, se lamentó la mandamás de Cambiemos ante la abrupta medida de fuerza cuando ella misma había anunciado públicamente que iba a convocar tanto a los gremios estatales como a docentes -, con el objetivo de completar la negociación salarial del año.
La propuesta en análisis incluiría un mix entre alguna suma que iría al sueldo básico y el pago de un bono, similar a que se dispone a abonar Nación a los empleados del Estado.
Se sabe, la paritaria salarial con el sector docente sigue sin acordarse porque los sindicalistas del rubro reclaman una cláusula gatillo por la disparada inflacionaria, al margen de las 10 propuestas salariales que se han ido “mejorando sucesivamente” desde la Provincia.
Es razonable discutir salarios. Pero obviamente desde el oficialismo gubernamental aseguran que una nueva huelga docente perjudica el normal funcionamiento de la educación escolar, principalmente a los alumnos.
Reclaman, no olvidar que muchos niños llegan a la escuela pública con “la necesidad de un plato de comida porque vienen de familias con muy pocos recursos ecoobra nómicos".
A esto se suma la coyuntura económica y social, y el plan de infraestructura limitado para el año que viene.
Ycomo frutilla del postre el debate legislativo que se abrió con los intendentes por el reparto de fondos para obras que incluyó la Gobernación en el proyecto de Ley de Presupuesto 2019.
"En los últimos días hemos visto cómo los jefes municipales macristas tienen más pública que los del peronismo y los del Frente Renovador “massista” juntos. Evidentemente la grieta también existe para la utilización partidaria", afirman desde el PJ parlamentario opositor.
Del análisis de los números se desprende, dicen, que los municipios de Cambiemos tienen más obras que los del Frente Renovador y que los del PJ en conjunto.
“A Cambiemos le está gustando hacer kirchnerismo para repartir obras”. Aseguran que “es visible como priorizaron municipios del mismo color político “amarillo”, y discriminan a ciudades en las que no gobiernan”, se quejan desde el massismo.
Palabras más palabras menos dicen los alcaldes pejotistas que está semana desembarcarán en las diagonales para juntarse con senadores y diputados del peronismo “dialoguista” y con los “críticos” de Unidad Ciudadana K (FpV-PJ) para intentar deshacer la “letra chica” presupuestaria.
La polémica quedó instalada tras la presentación que el ministro Roberto Gigante (Infraestructura) hizo ante senadores y diputados de las comisiones de Presupuesto y la Bicameral de Seguimiento, Fiscalización y Control para la Emergencia en materia de Infraestructura, Hábitat, Vivienda y Servicios Públicos.
La Provincia transparentó que el almanaque 2019 tendrá la particularidad de no traer “nuevas obras”y que el principal objetivo será terminar los trabajos que “ya están en ejecución”.
“Entre la buena voluntad del ministro Gigante y la realidad hay un largo trecho” se explica con relación a los números reales que destinará la Provincia para los 135 municipios y los recursos extras que deberán afrontar las comunas.
Mucho más cruel fue la oposición legislativa respecto a la exposición del ministro Hernán Lacunza (Economía), al considerar que, “a simple vista, tiene una contradicción entre lo que dice y su lenguaje gestual, ni él cree en lo que está diciendo".
“La visita del ministro Lacunza fue para anunciar la muerte del relato M, se acabó el voluntarismo naif”, dicen con dureza desde el massismo reafirmando los pronósticos apocalípticos.
Desde el massismo legislativo piden poner “las cartas sobre la mesa”, ya que “en momentos de crisis hay que decir la verdad, porque con la verdad uno puede proyectar”, advierten.
En ese contexto además, los intendentes deberán afrontar el ajuste que llega desde Provincia, por decisión del Gobierno nacional, a partir del acuerdo con el FMI.
Esto significa menos recursos por vía del fondo sojero, subsidios a la tarifa social, boletos de colectivo y caída de obras; además de limitaciones en la aplicación del fondo educativo.
Diagonales platenses
No me parece importante (este evento), para mí lo importante es la cumbre del G20, que tiene repercusión mundial.
El jefe del bloque Justicialista en el Senado, Miguel Angel Pichetto, cuestionó ayer la contra cumbre del G20 al señalar que son "países pobres, emergentes, que quieren hacer la revolución", y que impulsan "la ideología del pobrismo".
El dirigente opositor sostuvo que "hay ideas estúpidas que nos condenan al fracaso" y criticó a los que "alientan siempre a los que rompen, a los que tiran bombas".
"No me parece importante (este evento), para mi lo importante es la cumbre del G20, que tiene repercusión mundial y es donde se debaten la libertad para los mercados, la lucha comercial y cómo se va a dar, el límite de ingreso para los inmigrantes, por ahí es el tema", señaló.
De esta manera, Pichetto apuntó contra las jornadas de debate organizadas por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), que comenzará el próximo lunes en el Estadio de Ferrocarril Oeste y de las que participarán expresidentes y referentes de la izquierda mundial, entre ellos Cristina Kirchner y Dilma Rousseff.
"Siempre se dan este tipo de cosas, pero me parece que el lugar de la Argentina no se da en las contracumbres de los países pobres, emergentes, que quieren hacer la revolución. Eso nos lleva a la Argentina de las villas, es la ideología del pobrismo", agregó.
Por otra parte, Pichetto destacó la "gran responsabilidad" de su bloque por el respaldo al Presupuesto, tras considerar que si el Gobierno no lograba aprobar esta ley "se podrían haber dado situaciones calamitosas para los más humildes", como "corridas cambiarias" o "el quiebre del acuerdo" con el Fondo Monetario.