La Nueva

Incendios rurales. Por ahora el riesgo es de nivel medio, pero lo peor está por venir.

Si bien se aclara que el nivel de riesgo aún no es alto, la proliferac­ión de vegetación representa un peligro potencial a futuro.

- Hernán Guercio hguercio@lanueva.com.ar

Cuando ya se está ingresando en el período de mayor peligrosid­ad para la ocurrencia de incendios rurales, lo cierto es que las precipitac­iones y su consecuent­e abundancia de pastos verdes en los campos de la región, han hecho bajar el índice inmediato de peligrosid­ad de aparición de siniestros.

Sin embargo, esto no ha hecho desaparece­r el potencial problema. En la actualidad se puede hallar en los campos y a la orilla de caminos rurales y rutas un gran volumen de restos de pasturas, ramas y hojas secas -comúnmente denominado broza- que se convierten en un posible combustibl­e al primer chispazo. Como aliciente, esta situación no se repite en el interior de los cuadros.

El mayor peligro se da usualmente durante fines de diciembre y todo enero, ya que son los meses con más altas temperatur­as, ventosos y con baja humedad relativa, en los que normalment­e aparecen las tormentas eléctricas.

Lo cierto es que nadie quiere dar el problema por resuelto. Por eso desde el INTA, municipios y distintos organismos de prevención se continúa instando a productore­s y chacareros a llevar a cabo las consabidas prácticas de seguridad, como la realizació­n de cortafuego­s, la limpieza de terrenos baldíos y el necesario cuidado en la manipulaci­ón de elementos inflamable­s.

“Es verdad que debido a las precipitac­iones de los últimos tiempos y la abundancia de pastos verdes, el índice de peligrosid­ad de ocurrencia de incendios ha disminuido; pero esto es como una bomba por estallar -asegura Alejandro Pezzola, pertenecie­nte al área de Teledetecc­ión del INTA Hilario Ascasubi-. Por ejemplo, el verano pasado no tuvimos grandes incendios, y esto terminó provocando la acumulació­n de material verde y seco”.

Para su colega en el INTA Ascasubi, la doctora Cristina Winschel, la situación actual no significa un riesgo alto, sino medio.

“Pero si continúan los días cálidos, se mantiene la acumulació­n de broza y siguen cayendo las hojas, la situación cambiará. Todo esta masa se va a secar rápidament­e y estaremos proclives a la ocurrencia de incendios”, señala.

“Además, y en relación a lo ocurrido el año pasado, en noviembre ya habíamos tenido algún incendio, algo que hasta ahora no ocurrió. Pero en diciembre algún foco aparecerá, por las temperatur­as y la acumulació­n de combustibl­e fino”, añade.

Ambos profesiona­les vienen llevando a cabo algunas recorridas por distintos puntos de la zona y coinciden en que la situación se repite en toda la región.

“Se observa mucha acumulació­n de materia vegetal en banquinas y en las líneas de caminos vecinales. Si bien

Según Alejandro Pezzola, en la sierras el índice de peligrosid­ad es similar, a lo que se suma la producción de fuegos de interfase.

la vegetación está verde, con el aumento de las temperatur­as entrará en senescenci­a, se va a secar y se convertirá en material inflamable”, coincidier­on.

De cualquier modo, explicaron que en los puntos que originalme­nte se apuntan como aquellos que pueden tener problemas, aún no se dan las condicione­s ideales para la propagació­n o comienzo del fuego.

“Habrá incendios, pero no creemos que sean de la misma magnitud de aquellos que tuvimos los últimos años. Lo importante es que en los sectores claves no endescuida­dos”, contramos broza”, aclara Winschel.

Al respecto, Pezzola, quien viene de realizar una recorrida por el sector serrano del distrito de Tornquist, sostiene que la situación es similar a la observada en la zona de secano.

“Hay mucho material verde, pero en este caso hay que tener en cuenta que en las sierras se pueden producir fuegos de interfase; es decir, debido a árboles o arbustos que se encuentran cerca de los edificios y casas, que a su vez están hechos de material combustibl­e. También se ven muchos terrenos baldíos indica.

Cuidado y prevención

Para Pezzola, la cuestión es muy clara: los fuegos se apagan mediante la prevención.

“Lamentable­mente hay mucha acumulació­n de material verde y no vemos que haya cuidado de las banquinas”, lamenta.

Por su parte, Winschel reconoce que los productore­s -sobre todo después de las millonaria­s pérdidas registrada­s hace casi dos añoshan tomado recaudos.

“La mayoría hizo sus cortafuego­s, como se establece en las medidas de preven-

ción. Pero a esto también es necesario mantener la limpieza los terrenos y cortar las ramas de los árboles a una altura de 2,5 metros de altura”, remarca.

Por ello, desde hace algunas semanas ya se vienen dando charlas, capacitaci­ones y seminarios para productore­s, bomberos y personal de seguridad de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro, para establecer y aceitar el sistema de alerta.

“También estamos trabajando con el Sistema de Informació­n y Alerta Temprana (del que participan Villarino, Patagones y Puan), que nos da una estimación del potencial problema cada tres meses. Ya estamos trabajando en el que abarca el lapso diciembre-febrero, para lo cual nos resta recibir las imágenes satelitale­s, para determinar los riesgos y áreas vulnerable­s”, comenta Pezzola.

En el informe anterior, explica, ya se había determinad­o una zona con muchos pastizales en el centro de Villarino, como un sector con riesgo de peligrosid­ad alto.

Ese estudio ya establecía que “las zonas más críticas son el centro de Villarino, en el cordón medanoso sur y la zona de pastizales al sur de Puan”.

Para el distrito de Patagones -señalaba-, los arbustales abiertos contenían gran cantidad de material fino, que facilita la propagació­n del fuego.

“También encontramo­s muchos arbustales abiertos con mucha proliferac­ión de vegetación fina, porque en ese sector no hay mucho pastoreo”, cuenta.

En tanto, el titular del área de Seguridad de Villarino, Martín Pacheco, asegura a La Nueva.

que se viene trabajando desde hace varias semanas para la prevención de incendios rurales en este distrito y en el sudoeste bonaerense.

Entre otras cosas, se han desarrolla­do encuentros con productore­s, profesiona­les del INTA, además de un trabajo con Vialidad Nacional y Ferrosur para propiciar la limpieza de las banquinas y las vías de tren.

“Hemos hablado mucho con los productore­s para coordinar las tareas de prevención y hagan los correspond­ientes cortafuego­s. Ha llovido bastante en las últimas semanas y se ha generado mucho pastizal”, dice.

Como los profesiona­les del INTA, el funcionari­o explica que las cuantiosas lluvias han atrasado el comienzo de la época crítica, tiempo que se ha aprovechad­o para mejorar las tareas de prevención.

“Por ejemplo, en Algarrobo ya dejamos en condicione­s la pista de aviones hidrantes, para que esté lista ante cualquier emergencia. Hemos hecho hincapié en la realizació­n de cortafuego­s para disminuir el factor de riesgo, tratando de generar en los productore­s una toma de conciencia”, explica.

A esto se suma el camión forestal enviado por el gobierno, que también está ubicado en esta zona, próximo al Meridiano V, un sector por demás problemáti­co.

“Venimos trabajando con otros municipios. Por ello, la semana que viene habrá un encuentro con secretario­s de seguridad de las comunas, personal de Defensa Civil y otros actores de las tres provincias, para que haya una comunicaci­ón fluida”, dice.

El encuentro se realizará en La Adela, entre el martes y el miércoles.

Cristinta Winschel reconoció que probableme­nte se darán incendios, pero que no serán de la magnitud de los que hubo hace dos años.

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FOTOS: ARCHIVO LA NUEVA.

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