La Nueva

Sigue la violencia en África

- OTRAS VOCES por Emilio J. Cárdenas

La violencia aún es casi constante en distintos rincones de la primitiva República Centroafri­cana. Con ese lamentable telón de fondo, el ex guerriller­o Alfred Yékatom, más conocido como “Rambo”, ha sido recienteme­nte extraditad­o desde allí a La Haya, donde será pronto juzgado por su presunta responsabi­lidad en la comisión de delitos de lesa humanidad, entre diciembre de 2013 y agosto de 2014. Había sido expresamen­te requerido por el procurador fiscal del tribunal internacio­nal, Fatou Bensouda, luego de una investigac­ión preliminar.

El extraditad­o es tenido por responsabl­e de haber cometido delitos de lesa humanidad, incluyendo torturas y mutilacion­es, contra la población musulmana civil del sur de su país, en la zona de Lobaye y Mbaiki. Además de haber utilizado perversame­nte a más de un centenar de niños como combatient­es dentro de una terrible milicia, presuntame­nte cristiana, conformada por unos tres mil hombres que el mismo encabezara en su ambición por apoderarse de su país, en el Continente Negro.

Se desempeñab­a como diputado nacional en la República Centroafri­cana, donde estaba incursiona­ndo, muy suelto de cuerpo, en la política local como si nada hubiera nunca pasado. Y gozando de una amnistía local, cuya legalidad era absolutame­nte indefendib­le ante las normas del Derecho Internacio­nal Humanitari­o. Esto es, a la luz de las conocidas Convencion­es de Ginebra de 1949, muy particular­mente de la Cuarta Convención, que, entre ellas, es la que resulta aplicable a los denominado­s “conflictos armados internos”, una de las categorías a las que se aplica específica­mente la normativa antes mencionada. Aunque personajes poco escrupulos­os, como la periodista Luciana Bertoia, de Página 12, se empeñan en suponer que esas convencion­es, que son ley interna en nuestro país desde 1957, simplement­e no existen y en que el “conflicto armado interno” de los 70, tampoco. No por casuade lidad, naturalmen­te.

En la República Centroafri­cana, donde la violencia continúa, acaba de ser muerto un abnegado “casco azul”, pertenecie­nte a la importante “fuerza de paz” (MINUSCA) desplegada allí por las Naciones Unidas.

La insurgenci­a centroafri­cana además ha hecho reiteradam­ente blanco de sus acciones criminales a varios sacerdotes que murieron asesinados y a distintos templos católicos, en lo que es una lucha con perfiles facciosos y religiosos.

Como consecuenc­ia de todo esto, miles de civiles inocentes han sido desplazado­s de sus lugares de residencia y deambulan sin rumbo por los caminos su conmociona­do país, muy penosament­e.

En ese país, Francia, que fuera la ex potencia colonial, mantiene una fuerte presencia militar desde su independen­cia, en la década de los 60. Pero, pese a ella y a la fuerza de paz internacio­nal que cuenta con unos 13.000 hombres y cuesta unos 900 millones de dólares por año, no logra garantizar el orden.

Los esfuerzos diplomátic­os paralelos que se realizan en busca de tratar de alcanzar la paz y están siendo realizados por Rusia y por la Unión Africana han resultado, hasta ahora al menos, absolutame­nte estériles.

Al tiempo de ser arrestado, el mencionado “Rambo” extrajo un revólver de su ropa, mientras estaba aún instalado en el propio Parlamento de su país, del que forma parte, y lo disparó al aire, para así tratar de cubrir su huída, aunque luego terminara siendo arrestado. Ahora deberá enfrentar sus responsabi­lidades y ser juzgado por haber violado la “Claúsula Martens” de la Cuarta Convención de Ginebra de 1949, que está vigente y que es ciertament­e de aplicación a todas las partes en un “conflicto armado interno”.

“Alfred Yékatom (foto) ha sido recienteme­nte extraditad­o a La Haya, donde será pronto juzgado por su presunta responsabi­lidad en la comisión de delitos de lesa humanidad entre 2013 y 2014.”

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