Las ciclovías, con muy poco uso y un futuro cada vez más incierto
Sigue en un cono de sombras y destino incierto el plan integral de una red dado a conocer por la comuna en 2015.
Los carriles asignados al funcionamiento de las ciclovías en nuestra ciudad parecen condenados a su desaparición. Mientras se mantiene la oposición de los comerciantes, progresivamente se van destruyendo los cordones separadores y se advierte la muy poca utilidad que les dan los ciclistas. Además, las campañas tendientes a alentar el uso de las bicicletas como medio transporte se debilitan con el paso del tiempo.
Discutidas, cuestionadas y hasta banalizadas, los carriles asignados al funcionamiento de ciclovías en la ciudad parecen condenados a su desaparición. Mientras se mantiene la oposición de comerciantes de las calles asignadas a este uso, se van destruyendo los cordones separadores, se advierte el poco uso de los carriles y las campañas tendientes a alentar el uso de las bicicletas como medio transporte están cada vez más apagadas. La recientemente aprobada ordenanza que plantea varios cambios en la normativa de tránsito vigente, incluía la acción de anular la ciclovía existente en calle Yrigoyen (entre la avenida Alem y calle San Martín), la única en calles del microcentro. Esta propuesta finalmente no prosperó. Hasta el momento el plan integral de una red dado a conocer por la comuna en 2015 sigue en un cono de sombras y su destino es incierto. La propuesta pretendía dotar a la ciudad de 80 kilómetros de carriles destinados a ciclistas, organizado en cuatro etapas, de las cuales apenas se realizaron unos pocos metros de la primera de ellas.
Una opinión
El médico Pedro Silberman, decano del departamento de salud de la Universidad Nacional del Sur y director del grupo de profesionales que desde hace años realiza un estudio semestral de siniestralidad vial en la ciudad, consultado por este diario, reconoció la importancia de disponer de este tipo de circuitos, pero mencionó que no puede ser algo aislado sino ser parte de una planificación general del tránsito “que hoy falta en nuestra ciudad”. “Una ciudad sustentable no puede dejar de trabajar en diseñar un sistema que permita transitar a los ciclistas con agilidad y seguridad. Lo ocurrido con las ciclovías en la ciudad es el resultado de un hecho preciso: la obra pensada no se concluyó”, explicó. Para el profesional, “toda cosa inconclusa es mejor no haberlo hecho que dejarla en la mitad, porque sino pierde sentido. Muchas veces si algo no funciona no es porque se planteó mal, sino porque al no completarse puede parecer una mala idea”, indica. Que la obra haya quedado apenas en su inicio sugiere dos cuestiones. “O no fue bien diagramada o hay que concluir que no va a funcionar nunca”. Remarca además algo que siempre indican los informes que entregan dos veces al año al municipio. “Lo importante y efectivo es disponer de una planificación urbana que involucre a todos los medios de transporte. No se puede pensar las ciclovías como algo aislado”, señala. Menciona, además, la necesidad de implementar políticas de privilegios y premios para quienes circulan en bicicleta y promocionar los beneficios para la salud de los usuarios. “La ciclovía hay que planearla en un proceso de análisis y planificación de toda la ciudad, que es lo que sigue faltando”, finaliza. La Asociación de Ciclista Urbanos de Buenos Aires da algunas pautas sobre las ciclovías. “Para que una red de ciclovías sea cómoda, segura y eficiente, debe estar pensada en función de la experiencia de los usuarios. En muchos casos eso no sucede, poniendo a los ciclistas en situaciones de riesgo”. Un ejemplo negativo es una ciclovía que se interrumpe y continua más adelante y deja en contramano al ciclista, con lo cual deja de ser segura y eficiente
“La ciclovía hay que planearla en un proceso de análisis y planificación de toda la ciudad, que es lo que sigue faltando.”