Diagonales platenses
De cara a las elecciones venideras, quienes frecuentan a María Eugenia Vidal advierten “mayor optimismo electoral” en la gobernadora que hace un par de semanas atrás. Claramente, su elevado carisma social es su mayor fortaleza política.
En cuarteles de “Juntos por el Cambio”, el nombre de fantasía electoral que eligió el frente estatal Cambiemos para ir a las primarias de agosto venidero, reconocen que el peronismo kirchnerista con la fórmula presidencial Alberto y Cristina Fernández y la postulación de Axel Kicillof en la Provincia, sigue “algunos puntos por encima”
en las encuestas de opinión pública.
Calculan que el “mejor” de los escenarios para el oficialismo gobernante es “no perder por mucho” en las urnas durante las PASO para llegar “mejor parados” a disputar la “final de octubre”: es decir, las elecciones generales en ámbito bonaerense.
Durante su paso por Bahía Blanca, Vidal salió a pedir “más que nunca” el voto del electorado bonaerense para su reelección. A diferencia de Macri, a los fieles de “Mariú” les inquieta otro virtual escenario político: En la Provincia se gana o se pierde por un voto. No hay segunda vuelta electoral.
“Para continuar con las trasformaciones es importante que gane María Eugenia en octubre. Tenemos una gobernadora que ya estableció que con las mafias no se pacta, se combate. Las obras no se prometen, se hacen”, resaltan en el primer piso del Senado en pleno receso invernal, donde tiene su despacho la senadora bahiense Nidia Moirano, mandamás política de Juntos por el Cambio en la Sexta.
El descuido en “provincializar” asoma como la principal debilidad discursiva de Kicillof, el contrincante opositor por la Gobernación. Eso es aprovechado por el oficialismo legislativo para arrojar una fuerte crítica al peronismo K: “Los que dejaron una Provincia en ruinas, de repente y como por arte de magia, tienen las soluciones que no supieron aplicar cuando eran gobierno”, resaltan.
Si bien, en términos objetivos, es real que había una gran demanda insatis- fecha de obra pública en la Provincia y que la gestión de Vidal comenzó a revertir esa situación, la crisis económica desatada durante el gobierno nacional de Mauricio Macri no es sencilla de ocultar, más allá de cualquier estrategia de blindaje comunicacional de la Gobernación o del manual de campaña del PRO.
En ese contexto, el ministro Hernán Lacunza fue hasta la Legislatura y “coucheó” a los senadores de Cambiemos para que salgan a cruzar públicamente cualquier critica puntual de Kicillof o cualquier interlocutor del universo peronista.
“Primero ordenamos económicamente la PBA y después pudimos desplegar un plan de infraestructura en los 135 municipios más allá de los colores partidarios”, resumió el vicegobernador radical Daniel Salvador.
El domingo 11 de agosto “vamos a tener una encuesta real y de ahí en más veremos cómo vamos a plantear la campaña para octubre”, aseguran los “amarillos” oficialistas de Juntos por el Cambio. La táctica dentro de ese “microclima” incluye captar al electorado “independiente” y los denominados “votantes dudosos”.
“Cada vez está más claro que una enorme mayoría ciudadana no quiere cuatro más de Macri. Quieren más trabajo, mejores salarios, tarifas que se puedan pagar”, responden desde el PJ, en lugar de debatir sobre “cuchuflito”; "pindonga" que quiere decir desconocido ó "mongo aurelio".
También se coló en la ruta de la confrontación política la estructural crisis de inseguridad ciudadana. El massismo legislativo salió con los tapones de punta a refutar los dichos de la gobernadora sobre la lucha contra el narcotráfico, al destacar como ejes principales la no intervención del Estado en la pelea contra las bandas que infectan de drogas el mapa bonaerense.
“El primer síntoma de que ha empeorado, es que pretenden explicar con frases marketineras, como “luchamos contra las mafias”, una realidad que las propias estadísticas los dejan en offside, donde indican que el delito subió.
Durante su paso por Bahía, Vidal salió a pedir “más que nunca” el voto del electorado para su reelección".