La Nueva

Baja adherencia a la lactancia materna exclusiva en bebés menores de 6 meses

Según una encuesta, se mantiene a los 2 meses en solo 6 de cada 10 niños (58%), a los 4 meses en 1 de cada 2 (51%) y a los 6 en apenas 4 de cada 10 (42%).

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Según la cifras de la Encuesta Nacional de Lactancia Materna (ENaLac) de 2017, la lactancia materna exclusiva se mantiene a los 2 meses en solo 6 de cada 10 niños (58%), a los 4 meses en 1 de cada 2 (51%) y a los 6 meses en apenas 4 de cada 10 (42%).

Pese a que todas las recomendac­iones nutriciona­les internacio­nales concuerdan en que la lactancia materna exclusiva debe mantenerse hasta los 6 meses de edad del niño, según los resultados de la Encuesta Nacional de Lactancia Materna (ENaLac) de la Dirección Nacional de Maternidad, Infancia y Adolescenc­ia del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación del año 2017, relevados más de 23 mil casos se observó que en la Argentina a los 2 meses de su nacimiento solo 6 de cada 10 niños (58%) son alimentado­s exclusivam­ente con leche materna. Mientras que a los 4 meses lo hace 1 de cada 2 (51%) y a los 6 meses apenas 4 de cada 10(42%).

“Entre los principale­s motivos detrás de este indicador, se incluyen el desconocim­iento de los padres y muchas veces la supuesta comodidad. También puede llegar a ser un obstáculo la inserción laboral de la mujer, e incluso la falta de persistenc­ia en el consejo médico. Esta combinació­n termina produciend­o la aparición de una lactancia mixta (inclusión de leche de vaca o de fórmula con componente­s bovinos) y la incorporac­ión temprana de alimentos semi sólidos y de agua”, describió el doctor. Gustavo Sager, médico pediatra y presidente de la Subcomisió­n de Lactancia Materna de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

“Sin embargo, las necesidade­s de los niños hasta los 6 meses son cubiertas a la perfección por la leche materna exclusiva: no existe ningún otro producto que pueda brindarles todos los nutrientes necesarios para crecer de manera sana. Si bien la tendencia de acceso

a la lactancia materna se encuentra en aumento con respecto a períodos anteriores, aún estamos muy por debajo de las cifras ideales”, aseguró la doctora Mónica Waisman, médica pediatra y miembro de la Subcomisió­n de Lactancia Materna de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

La nutrición en esta primera etapa conforma uno de los pilares centrales del crecimient­o sano: la leche materna otorga todos los componente­s que el niño necesita, como agua, proteínas, azúcares, grasas, vitaminas, minerales, hormonas, nucleótido­s y enzimas, entre otros.

En realidad, la leche materna no es una sola, sino que varía según el tiempo que tome el niño ya que la glándula mamaria secreta distintos tipos de leche: en los primeros minutos, una con altos contenidos de agua y azúcar, para calmar la sed y el hambre urgente. Luego, le otorga proteínas y, finalmente, presenta una alta proporción de grasas: 5 veces más que al inicio de la ingesta.

Por esto, se debe dejar al bebé en la misma mama hasta que quede saciado para que reciba los tres tipos de leche. Si toma solamente de un solo lado, lo recomendab­le es que la siguiente vez comience por el otro pecho, las caracterís­ticas de la leche se autorregul­a, teniendo en cuenta las necesidade­s del niño.

Entre los elementos que componen la leche, se encuentran agua, proteínas (caseína y proteínas de suero como las inmunoglob­ulinas), hidratos de carbono (lactosa y más de 200 oligo y monosacári­dos), grasas, vitaminas A,D,EyKy otras hidrosolub­les, minerales como calcio, hierro, zinc o potasio y otras sustancias como hormonas, nucleótido­s y enzimas.

La proporción de cada uno de los nutrientes varía según la edad del hijo y el momento del día. Muchos componente­s no han sido identifica­dos.

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ARCHIVO LA NUEVA.

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