Venganza, tensión y una represalia que será estratégica
Irán planea acciones militares no convencionales a través de grupos irregulares contra Estados Unidos y sus aliados.
Luego que Irán bombardeara con misiles de precisión de corto alcance una base militar y un aeropuerto en Irak donde había fuerzas estadounidenses sin dejar víctimas ni grandes destrozos, el máximo líder iraní, el ayatollah Alí Jamenei, aclaró que fue solo “una cachetada” y ade- lantó que la verdadera represalia tendrá un objetivo más estratégico.
El mensaje que envió Irán fue doble. Por un lado, puertas afuera, le dio el pie al gobierno estadounidense para distender la situación -lo que efectivamente sucedió cuando Donald Trump decidió no responder con otra acción militar- y, por otro lado, puertas adentro, prometió que la represalia real estará al nivel del rol que cumplió Qasem Soleimani: regional y con un objetivo estratégico.
Desde que Estados Unidos mató al comandante militar iraní más influyente en la política exterior de la República Islámica, el ayatollah Jamenei y el resto de las autoridades prometieron represalias contundentes, que a su vez desataron amenazas de Trump.
Pese que potencias regionales y dirigentes estadounidenses reconocieron el asesinato de un comandante militar como un acto de guerra, la teocracia iraní demostró, una vez más, que es un Estado pragmático que, como sostiene la teoría política clásica, busca tanto expandir su poder como su supervivencia.
En septiembre, en el ataque contra dos refinerías de Arabia Saudita desde Yemen, Irán demostró que tiene misiles crucero y la voluntad de ponerlos en manos de sus socios en la región para golpear tanto a Estados Unidos como sus aliados en la región.
Sin embargo, ahora usó misiles de corto alcance para limitar el ataque al país en el que todos esperaban que golpeara, no utilizó a ninguno de sus aliados regionales y, pese a utilizar armamento de precisión, no causó daños graves.
Sobre la “venganza estratégica” que planean las autoridades se supo que no será “una sola acción militar”, tendrá un alcance internacional y un objetivo estratégico, no táctico, y será ejecutado por múltiples actores, especialmente las milicias que Irán apoya en la región, como los hutíes en Yemen, Hezbollah en Líbano, Hamas y la Jihad Islámica y varios grupos paraestatales en Irak.
Estados Unidos tiene desplegados cerca de 68.000 militares en 10 países de Medio Oriente y Afganistán.