El palacio municipal, un edificio que tuvo su inspiración en París.
Inspirado su diseño en el ayuntamiento de París, el edificio comunal de Alsina 65 fue construido entre 1905 y 1909.
Frente a la plaza Rivadavia, un tanto perdido entre los vecinos edificios en altura, luce sus formas barrocas el palacio Municipal, designado monumento histórico nacional.
La génesis del edificio data de 1903, cuando el intendente municipal, Rufino Rojas, hizo llegar al Concejo Deliberante. "Por la altura a que ha llegado la ciudad, la atracción que tiene para el viajero obliga, exige que la casa municipal esté en rePagano lación a los progresos", señaló .
La propuesta fue aceptada, aunque no la idea de que fuera diseñada por técnicos municipales sino que ameritaba un concurso.
La propuesta ganadora --elegida en 1904-- pertenecía al estudio platense de Ceferino Corti-Emilio Coutaret.
Pocos después Nicolás iniciaba las obras.
Por supuesto que hubo críticas. El diario El Comercio publicó: "Si la Municipalidad puede aventurarse en levantar un castillo oriental (un mueble de lujo inservible), podría solucionar otros problemas ".
El estilo
El palacio municipal responde a los lineamientos arquitectónicos propios de la época, con visión puesta en estilos del pasado.
La fachada tiene presencia barroca, inspirado en elementos clásicos tratados con plasticidad y con una profusa ornamentación.
La organización se centra en la torre y cubiertas afrancesadas.
Es simple encontrar inspiración en los ayuntamientos, llamados Hotel de Ville, de París o Lyon.
El remate de la torre se completa con una pequeña cúpula y varias figuras míticas.
Los detalles
Como detalles particulares, la propuesta original de Rojas se ubicaba en el centro de la plaza Rivadavia.
Otra modificación fue retirar la escalera que se ubicaba en el hall central, reemplazada por otras ubicadas en lugares más escondidos y liberando el alguna vez llamado salón de los pasos perdidos.
La inauguración del edificio no tuvo ninguna ceremonia. Se fue ocupando de poco. Cuando ingresaron los primeros funcionarios, el edificio se había estrenado con un uso muy singular: se utilizó para montar la capilla ardiente del vecino y exintendente municipal Ángel Brunel, fallecido a fines de 1909. Un velatorio dio inicio a su ocupación.