"Nuestra actualidad en Bahía Blanca es muy complicada"
ver a las prácticas antiguas de cortes de ruta o paralización de trabajo. Entonces firmamos actas compromisos para que, cuando se reactiven los trabajos, vuelvan a tomar a los empleados que debieron cesantear cuando se quedaron sin fondos para seguir. Y también se firmaron compromisos de pago para cuando se liberaran los pagos por certificaciones.
“Desde la conducción de la UOCRA no le vimos sentido realizar medidas de protesta cuando ya conocíamos la problemática y sabíamos que la solución no la tenían las empresas. Lo hablamos con los afiliados y llegamos a la conclusión que lo único que íbamos a generar en caso de adoptar medidas de fuerzas, era malestar en la población, porque al Estado no le importaba en absoluto lo que hiciéramos”.
--¿Cómo vislumbrás el futuro?
--Con el nuevo gobierno tenemos algunas esperanzas. Sabemos que la coyuntura general no es sencilla. El país está en crisis y desde lo social hay aspectos más importantes que resolver antes que ponerse a pensar en obras paralizadas. Pero también sabemos que no hay mucho margen para la reactivación, sabiendo que la construcción es clave en ese sentido.
“Al menos sabemos que las empresas están siendo llamadas a dialogar por el tema de las deudas. Y eso ya es un movimiento que genera ilusión, porque antes no eran ni siquiera escuchadas. Pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de obras millonarias cuando el país está prácticamente incendiado”.
--Desde tu experiencia, ¿Hay trabajos de infraestructura que pueden llegar a perderse en caso de que las obras no se reactiven?
--Si no dejamos pasar el tiempo, no se va a perder nada de lo que se hizo hasta el momento. En Sesquicentenario, lo que más se efectuó fue movimiento de suelo y eso no se perdería en el corto plazo. Pero en tres o cuatro meses, crecería el pasto y habría que arar todo de nuevo.
“Son obras que pueden paralizarse por tres o cuatro meses sin que se afecte demasiado. Por eso esperamos que la reactivación llegue en menor tiempo”.
--¿A nivel nacional sucede lo mismo?
--De acuerdo a la última reunión de Comisión Nacional a la que asistí, el panorama es muy similar en todos lados. Me pidieron un informe sobre la situación particular en Bahía Blanca para realizar un análisis a nivel nacional y presentarlo al gobierno. Todos los que asistimos llegamos a la conclusión que es imperativo lograr que se reactiven estas obras.
“No descubro nada al decir que la obra pública es la que genera la mayor cantidad de mano de obra y es la que reactivará la economía en general. Por eso, una cosa que se pedirá es que, antes de iniciar una obra nueva, se le de prioridad a éstas, que son tan necesarias como cualquier otra que se pueda imaginar cuando un ciclo político comienza”, señaló el actual interventor de la UOCRA local.
“Nuestra actualidad en Bahía Blanca es muy complicada, ya que no sólo la obra pública está frenada, sino que la privada tocó fondo en 2019 y eso se sintió fuerte entre los afiliados. Ya de por sí, enero y febrero son meses difíciles para el sector, pero tenemos gente todos los días en el gremio pidiendo trabajo".
Y añadió: “La cantidad de desocupados es muy grande, pero hasta el momento hemos podido contenerlos. La gran mayoría entiende la situación y, al igual que nosotros, se esperanzan en una reactivación que no se puede demorar mucho”.
“Por ejemplo, sabemos que con la inversión que hará Profertil en la ampliación de su planta se generará mucho trabajo, pero eso recién será para mediados de año. Nuestro temor es que la gente se desespere”, cerró Carlos De Boer.
"Las empresas estiraron la agonía, pero llegó un momento en el que no podían seguir financiando ellas mismas las obras".