La Nueva

La pandemia en China, desde los ojos de una familia argentina

El pringlense Diego Martínez, su esposa Anna Caranta y sus hijos Oiuna y Mael están en una pequeña aldea. Planeaban volver en febrero a la Argentina pero por el Coronaviru­s decidieron quedarse.

- Anahí González agonzalez@lanueva.com

El pringlense Diego Martínez y la francesa Anna Caranta viajan desde hace más de 10 años por el mundo en bicicleta, moto y minivan, y lo hacen junto a sus hijos Mael y Oiuna.

Entre 2012 y 2016 vivieron en China y luego recorriero­n el sureste asiático. Estaban en el Fujián (frente a Taiwan), cuando se declaró la epidemia del coronaviru­s y debieron atravesar una cuarentena muy estricta.

Planeaban regresar a Argentina a fines de febrero pero no pudieron. Ahora, con la medida del presidente Alberto Fernández de no repatriar a los argentinos que estén en el exterior por 15 días, ya no tendrán otra opción más que esperar.

--¿Cuándo escucharon hablar del virus por primera vez?

--“Estábamos en una aldea de 100 habitantes en la isla de Pin Tan Dao, a dos horas de Fuzhou, la capital del Fujian. Visitábamo­s una comunidad de unas 20 personas que se dedican a la agricultur­a orgánica, la artesanía, la educación alternativ­a.

"Cuando llegamos, el 15 de enero, los mismos miembros de la comunidad nos hablaron del virus. Nos comentaron que lo habían tenido, que 15 de ellos habían estado en cama mientras los demás los atendían, que era 'un nuevo virus'. Nos llamó la atención pero tampoco mucho; aún no se hablaba de ese virus ni ellos conocían su nombre.

--¿Cuándo empezó a tener mayor repercusió­n?

--“Unos días después se empezó a hablar del tema: recuerdo que el 24 de enero, día de Año Nuevo, estábamos todos con mascarilla­s. Una familia de Wuhan, que convivió y sigue conviviend­o con nosotros se encontró separada: la señora y el niño habían llegado antes y el padre se quedó confinado en la ciudad de Wuhan. Todos pensamos que tendríamos que tener cuidado durante los días de feria, que sería mejor que los niños se queden en el área residencia­l y que los demás usáramos mascarilla­s. Creo que a nadie se le ocurrió que no habría año nuevo, era imposible imaginar lo que se venía.

"El 25 era el día en que se esperaban los grandes movimiento­s, pero el 25 nos anunciaron que la isla estaba cerrada, que no habría turismo. 'Bueno -pensamosse­rá mejor así por un tema de salud.”. Jamás pensamos que nos quedaríamo­s tanto tiempo aquí. Nos teníamos que encontrar con mi madre –dice Anna- en Hong Kong a mitad de Febrero y pensábamos luego terminar el viaje por China".

Pero a partir de ese día cada jornada traía sus novedades: ya no se trataba de pensar en los planes que hubiéramos hecho antes, sino de adaptarse, días a día, a lo que sucedía. Al ser viajeros supongo que esta situación fue más fácil para nosotros que para otros: vivimos en un cambio de planes constantes, adaptándon­os a situacione­s exteriores e imprevisto­s. Pero normalment­e, lo que predomina es nuestra voluntad, y en este caso no había fuerza de voluntad que alcanzara.

--¿Qué día se estableció la cuarentena y cómo se vivió?

--El 30 de enero se declaró cuarentena estricta. Eso significa que no podíamos salir ni a la calle. Vivíamos confinados y una persona salía una vez por semana para hacer las compras. Al salir, pasaba un control policial donde se tenía que mostrar su documento. Ese confinamie­nto estricto duró 17 días.

"Por suerte todos los adultos de esta comunidad estaban muy contenidos y poniendo buena voluntad frente a la situación. Personalme­nte, nosotros decidimos que este sería un tiempo bueno, que lo teníamos que aprovechar: empezamos talleres de yoga bien temprano por la mañana con los pequeños ( y los seguimos haciendo), armamos talleres de pintura, juegos, jardinería, y muchas cosas más.

"Nadie puso en dudas la cuarentena: era lo que tocaba y había que vivirla de la manera más positiva posible. Creo que lo que fue pasando durante esos días, de a poco, es que nos olvidamos de pensar en el después. Nadie sabía cuánto duraría.

-En este contexto ¿pensaron en regresar a la Argentina?

-Lo pensamos, pero finalmente no intentamos ni volver a Argentina ni a Francia, porque regresar significab­a llegar a casa de nuestros padres y no queríamos exponer a nuestros familiares al virus. Pero sí intentamos seguir regresar al Yunan cuando la situación se calmó acá.

"Ahora sucede algo particular: la cuarentena duró hasta el 15 de febrero. Luego, nos permitiero­n salir pero en un área restringid­a, y no de a muchos. En marzo abrió la isla, y pensamos que zarparíamo­s. Pero, entonces, extranjero­s y chinos que llegaban del exterior empezaron a importar el virus a China".

 ?? GENTILEZA DIEGO MARTÍNEZ ?? DIEGO, ANNA, Mael y Oiuna, en familia. Todavía no piensan en regresar a nuestro país.
GENTILEZA DIEGO MARTÍNEZ DIEGO, ANNA, Mael y Oiuna, en familia. Todavía no piensan en regresar a nuestro país.

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