Un millonario con los mismos intereses
Elizabeth Keen y todo el equipo de trabajo están intentando resolver un crimen impactante.
Acuerdo con el FBI. Cuando Raymond Reddington, un excéntrico millonario y uno de los criminales más buscados se rinde en la sede del FBI, afirma tener los mismos intereses que ellos: deshacerse de los criminales y terroristas más peligrosos.
Cooperación. Reddington asegura que cooperará pero solo hablará con Elizabeth Keen, una agente novata especializada en análisis de perfiles criminales. Elizabeth cuestiona a Reddington su repentino interés por ella pero él dice que es alguien especial. 2005 y 2007, Reddington "es un hombre peligroso para los demás, y el mundo que habita, es un tipo que requiere de gran precaución y cuidado", compara Spader durante una entrevista telefónica con varios medios internacionales.
Con humor
El intérprete confiesa que la mayor dificultad que encontró con Reddington fue la alarma que lo despertaba todas las mañanas para ir a trabajar: "No soy madrugador y nunca me pude acostumbrar. Solía pensar que actuar era un trabajo nocturno. Comencé en el teatro y me encantaba hacer películas que se rodaban por la noche. Pero, de repente, comencé a trabajar en televisión, y los cronogramas son de día y muy temprano".
Este antihéroe que lo hizo madrugar durante siete años y que al igual que Shore tiene un gran deseo por la vida y un agudo sentido del humor, libra una batalla consigo mismo: "Siente miedo por cosas que son muy oscuras y personales, teme de lo que es capaz y de sus propios talentos", remarca el actor.
La séptima y última temporada de "The Blacklist", la taquillera serie que sigue los entramados de Reddington y su lista negra de asesinos y traficantes, y que parece una telaraña interminable, propone nuevas preguntas planteadas a partir del profundo efecto colateral que se desprende de la presencia de Katarina Rostova (Laila Robins) y una búsqueda incansable en torno a alguien del pasado.