Tensión diaria para no bajar los brazos
Vivimos una etapa en la que cada día se difunden cifras, cuadros, posibles enfermos, sospechosos, números de personas aisladas, controladas, infectados, etc. Son datos que, es cierto, pueden abrumar, y mucho, a los ciudadanos. De hecho cabría preguntarse si es necesario este bombardeo informativo. La respuesta es que, sin duda, dicha información es indispensable en este momento. A saber.
Ni el Estado ni los medios buscan causar miedo infundado o confusión, sino mantener la tensión necesaria para enfrentar una situación de crisis que, en la enorme mayoría de las opiniones expertas, todavía no llegó, pero que sin duda va a llegar.
La magnitud de esta crisis, también según afirman los expertos, dependerá casi exclusivamente del éxito de la medida dura, antipática, pero imprescindible del aislamiento social obligatorio; y este éxito, a su vez, estará atado a las actitudes individuales de cada uno de nosotros, porque no existe estado capaz de controlar y contener en sus casas a 40 millones de habitantes, o a más de 300 mil si pensamos solo en Bahía Blanca.
Entonces, poner de manifiesto diariamente los datos y novedades en el primer frente de batalla que, en esta etapa de la lucha contra la pandemia, es el análisis de casos sospechosos y la identificación se personas sanas y enfermas, parece una medida de comunicación clave. De otra forma, ante el silencio o la información escueta, muchos podrían incorporar la idea errónea de que la cosa no es en verdad tan grave en su cuadra, en su barrio o en su ciudad, y sin duda verían menos necesario hacer el esfuerzo ineludible de quedarse adentro.
Ya va a haber tiempo para no alarmar, será el tiempo en que (ojalá nos equivoquemos) los datos sean verdaderamente alarmantes. Por ahora, se trata de formar conciencia para lo que vendrá, lamentablemente.