Se profundiza la crisis de los comercios en la zona céntrica de Bahía
ENMARCADA POR LOS CAMBIOS DE HÁBITOS Y OTROS MÚLTIPLES FACTORES
La crisis por la que atraviesa el comercio minorista local castiga con mayor dureza a la zona céntrica. La recesión económica profundizada por la pandemia, la suspensión de actividades escolares, deportivas y sociales, el teletrabajo y el menor flujo de gente de los barrios que evita desplazarse por miedo al contagio, se constituyen en algunos de los factores determinantes que explican la delicada situación. Con un futuro incierto por la evolución del coronavirus, los comerciantes temen que el panorama que se vive en este 2020 negro se prolongue en los meses siguientes.
La crisis económica desatada en el comercio minorista por el coronavirus tiene una zona de impacto muy nítida en Bahía Blanca: el centro.
Esa área en específico, al igual que otros sectores que aún no pudieron reactivar sus labores, está viviendo un 2020 negro.
Sobre el corazón de nuestra ciudad se descargó una tormenta perfecta que viene golpeando su histórico dinamismo.
La recesión económica producto de la pandemia se suma a la que arrastra de años anteriores, la caída de la demanda como consecuencia de las actividades suspendidas (escolar, deportivas, celebraciones de cumpleaños, casamientos y graduaciones, y hasta tibios festejos y consumo por los días del Niño, del Padre y de la Madre), el menor flujo de gente de los barrios que evita desplazarse por miedo al contagio, la falta de huéspedes en los hoteles, la ausencia de estudiantes universitarios del interior y de sus familias que los vienen a visitar, el cierre de los teatros y centros culturales, las personas que teletrabajan y no asisten diariamente a oficinas y empresas radicadas allí, pueden ser algunos de los factores.
“La verdad que son innumerables la cantidad de causales de esta situación. Todo influyó, a lo que se suma que la gente tampoco cuenta con dinero y gasta en lo indispensable”, señaló un empresario que tiene sobre sus espaldas muchos años de experiencia en el rubro comercio y que hoy tiene 3 locales en el microcentro.
La pandemia puso también un interrogante sobre qué pasará con los comercios que están ubicados en las cuadras que rodean la Plaza Rivadavia y el Palacio Municipal.
¿El centro podrá reinventarse y entrar en una “nueva normalidad” tras el covid?
Lo cierto es que la gente ya no acude a esta zona con la misma regularidad que antes. La importancia que cobraron los comercios de cercanía de cada barrio o zona, los costos del parquímetro o la dificultad de encontrar lugar de estacionamiento y el temor de usar el servicio público de pasajeros hicieron mella.
Y por ello afloran los locales vacíos. Proliferan aquellos con el cartel de “Se alquila”, lógico en medio de una profunda crisis.
“Yo tuve un local en el barrio Noroeste, pero me vine al centro hace 5 años. Hoy, las ventas no justifican la mudanza, porque también el alquiler es mucho más caro a medida que te vas acercando a la Plaza”, señaló Paola, la dueña de una tienda de ropa para niños.
Precisamente, Paola planteó otra realidad. Actualmente, en Villa Mitre o en Villa Rosas, por citar ejemplos, hay zonas prácticamente exclusivas de comercios, que simulan un
“centro” propio, al igual que en las calles Zelarrayán, Don Bosco, Pilmaiquén o 14 de Julio, por citar algunas, donde se construyeron innumerables locales que hoy tienen un altísimo porcentaje de ocupación.
“La gente no viene al centro porque a pocas cuadras de su casa encuentra la misma mercadería a precios similares. Salvo que busque una marca determinada, prefiere comprar cerca de su casa”, señaló Pedro, el encargado de una zapatería de calle O'Higgins.
Otro dato revelador acerca de ese comportamiento que remarcó Pedro es que, desde que comenzó el aislamiento, según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, las ventas por internet aumentaron un 84%.
El mismo informe señaló que esta aceleración y cambios en los modos de compra, venta y consumo, se advierten mucho más en los rubros esenciales como alimentos, farmacia, productos de limpieza, así como también en entretenimiento y conectividad.
En Argentina aumentó exponencialmente el número de personas que debutaron en la compra online (90% de ellos son adultos), al igual que en otros países de la región, como Brasil y Chile, según publicó el sitio Emprendedores News.
De esta forma, el boom del e-commerce fue la respuesta esperable a las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio que en mayor o menor medida rigieron en todos los países de la región.
Así, el centro sobrevive como puede al desafío que plantea el Covid-19. El corazón de la ciudad ya lleva casi ochos meses con un aspecto desconocido producto del reducido movimiento de gente.
“Si la gente no tiene urgencia por adquirir el producto, es altamente probable que primero lo busque por internet y si encuentra un precio razonable, lo adquiera por esa vía”, agregó Pedro.
Los comerciantes están al límite esperando la salida al final del túnel, esperanzados en que las ventas por las fiestas de fin de año mejoren la ecuación.
“A partir de las 18, no queda nadie en el centro. Esperamos que la cercanía de la Navidad mueva un poco el mercado”, dicen varios comerciantes.
Cada vez es mayor la importancia que cobran, y el espacio que supieron aprovechar, los comercios de cercanía.