Sierra de la Ventana: conciencia para evitar siniestros que arrasan todo
En concordancia con su par de Tornquist, Sergio “Teko” Domínguez, el presidente de Bomberos Voluntarios de Sierra de la Ventana, aseguró que si bien este año hay mejores niveles de humedad también hay pastizales muy crecidos y remarcó la importancia de concientizar a los dueños de estancias para evitar siniestros.
Aseguró que si bien este año se retrasó el alerta roja de Defensa Civil para esta zona, porque hubo un registro de lluvias mayor, sigue siendo un terreno crítico por lo que se hace necesario extremar las medidas de precaución y prevención.
“Soy un convencido de que el trabajo tiene que ser preventivo porque el fuego en las sierras es incontrolable. Se han llegado a quemar hasta 100 mil hectáreas”, dijo.
Señaló que el momento más crítico inicia en noviembre y se extiende hasta fines de marzo.
“Este año vino bastante llovedor y con mucha humedad, lo cual retrasó un poco el alerta roja de Defensa Civil pero se nos vino un pastizal impresionante en las laderas de las sierras, Cerro Ventana y campos lindantes”, advirtió.
“Hace casi tres años del último incendio grande y el pastizal crece muchísimo en las sierras por las lluvias del invierno, no hay animales arriba, es una zona muy crítica”, dijo.
Aseguró que desde la entidad se trabaja en prevención a través de reuniones que se han llevado a cabo con propietarios de grandes estancias de Coronel Suárez, entre las que mencionó a Cerro de la Cruz, Peñaflor, Fonseca, Juliana, San Carlos, San Pedro y El Pantanoso, entre otras.
“El trabajo preventivo es esencial, como pasar rastras y maquinarias para hacer los cortafuegos necesarios y también hacer siembra de verano, como sorgo o maíz en lugares críticos. Esto corta el fuego en la bajada de los cerros y permite al productor aprovechar la semilla, y no es un gasto que tiene el chacarero”, dijo.
Comentó también acerca de reuniones que se llevaron a cabo entre el jefe de Bomberos Gustavo de Vizia con autoridades del Parque Provincial Ernesto Tornquist para coordinar los pasos a seguir.
“Ellos son quienes cuidan los pastizales naturales, conservan la naturaleza propia del lugar, por lo cual, se los debe consultar para saber dónde se puede intervenir. De todos modos, se han realizado tareas de limpieza de ramas secas, de quema y se han abierto caminos nuevos”, explicó.
El cuartel de Bomberos de Sierra de la Ventana está compuesto por 44 efectivos.
“Estamos muy cubiertos en capital humano ya que dependiendo de la magnitud del fuego también contamos con el apoyo de cuarteles vecinos en un trabajo estratégico para el ataque”, señaló.
Remarcó la cautela de la entidad en cuanto a expresarse sobre cuestiones vinculadas a la intencionalidad de los incendios.
“Es muy complicado determinar si un incendio es o no intencional. Es muy delicado acusar si no podés comprobarlo. Por lo general, las causas son naturales por las tormentas eléctricas en esta época del año”, evaluó.
“Las máquinas cosechadoras también son un riesgo, por eso se le pide a la gente de campo que lleve bidones de agua en las cosechadoras y tractores”, añadió.
Aseguró que en varias estancias compraron mochilas de agua como las que llevan los bomberos y equipos forestales de unos 500 litros para poder actuar en los inicios de los siniestros hasta que lleguen los bomberos.
Respecto de las denuncias de Greenpeace y otras asociaciones ambientalistas en cuanto a los incendios en otras partes del país con fines comerciales –deforestación de bosques nativos para el uso de tierras para la producción Domínguez señaló que en las sierras la situación es distinta ya que, generalmente, las zonas más afectadas, como el Cerro Ventana, no son sectores productivos.
Señaló, en este sentido, el incendio que tuvo lugar en 2013-2014 cuando el fuego arrasó con más de 80 mil hectáreas del Cerro Ventana y Villa Ventana.
“El fuego se terminó de apagar el 5 de enero, en la previa la Fiesta de Reyes Magos. Los bomberos se bajaron del camión y fueron al escenario donde se estaba preparando todo y recibieron el aplauso de más de 20 mil personas que estaban presentes por la Fiesta”, recordó.
En los incendios, la pérdida más grande se da en flora y fauna: las poblaciones de víboras, ciervos, caballos salvajes, sapos y plantas autóctonas, entre otras, sufren pérdidas irrecuperables.
“También se pierden muchos kilómetros de alambres perimetrales muy costosos de los campos. Mueren novillos, vacas y vaquillonas que se encuentran encerrados”, dijo.
“La cantidad de animales quemados en los incendios, más allá de los pastizales, te estremece. Sentís mucha impotencia porque hay lugares que son inaccesibles. Lo que vivís te lleva a prepararte de otra manera para prevenir ese tipo de pérdidas”, añadió.