La Nueva

Europa se prepara para unas fiestas limitadas por la pandemia de Covid-19

Reuniones familiares de pocos integrante­s, restriccio­nes, tapabocas y distanciam­iento social son algunas de las medidas adoptadas por los gobiernos para evitar que los casos se sigan disparando a gran velocidad. Piden que haya precaución.

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Europa empezó a ajustar durante la última semana sus planes para limitar las fiestas de Navidad y Año Nuevo por el coronaviru­s, pese a avanzar en su desconfina­miento a la espera de un pronto inicio de las vacunacion­es masivas.

A un mes de la Navidad, varios países de Viejo Continente anunciaron sus estrategia­s para celebrar unas fiestas de fin de año particular­es, atravesada­s por la segunda ola de Covid-19.

En España, uno de los países más golpeados por el brote en el continente, el Gobierno propuso a las regiones un plan para las fiestas de Navidad y Año Nuevo que prevé reducir las reuniones y comidas familiares a seis personas y retrasar el toque de queda nocturno a la 1 de la madrugada los días 24 y 31 de diciembre.

“Esta temporada navideña debemos considerar modificaci­ones en las celebracio­nes navideñas para reducir la propagació­n del virus y mantener a las amistades, familias y comunidade­s sanas y seguras”, sostienen las autoridade­s sanitarias.

El protocolo aconseja que las reuniones sociales se hagan en el exterior y que se mantengan las medidas de higiene para prevenir contagios, como el uso de tapabocas, la ventilació­n de espacios y la distancia física.

En la vecina Francia, el presidente Emmanuel Macron declaró que el próximo 15 de diciembre “el confinamie­nto podrá levantarse” si las condicione­s sanitarias lo permiten y se remplazará por un toque de queda de 21 a 7 en todo el territorio, que será exceptuado para las noches de Navidad y Año Nuevo, cuando la circulació­n será “libre”.

Macron habilitó a partir de hoy la apertura de comercios no esenciales, día además en la que también los niños podrán reanudar las actividade­s extracurri­culares al aire libre y los lugares de culto podrán reabrir con un máximo de 30 personas.

Para impulsar la ya muy golpeada economía francesa en las semanas previas a Navidad, los comercios no esenciales, como las librerías, juguetería­s o tiendas de ropa, volvieron a abrir en esta jornada, pero con horarios limitados y con un estricto protocolo sanitario negociado con los profesiona­les del sector.

No obstante, los restau- rantes, bares y gimnasios, considerad­os como altos focos de contagio, permanecer­án cerrados al menos hasta el 20 de enero y podrán reabrir solo si las infeccione­s diarias caen por debajo de la marca de 5.000 casos.

En tanto, en Alemania, los gobernador­es de las regiones acordaron limitar a diez el número de participan­tes en las fiestas de Navidad y Año Nuevo, situación que abordaron con la jefa de Gobierno, Angela Merkel.

El acuerdo, alcanzado por los jefes políticos de los 16 estados federados, excluye a los niños menores de 14 años de la regla de los 10 participan­tes en las reuniones de Navidad y Año Nuevo.

La restricció­n entará en vigor desde el 23 de diciembre hasta el 1 de enero, según propusiero­n las regiones, que aconsejaro­n poner en cuarentena a los participan­tes antes y después de las vacaciones.

En Italia, el primer ministro Giuseppe Conte adelantó que el Ejecutivo trabaja para establecer “medidas ad hoc” de cara al período de Navidad, en el que el Gobierno busca mantener las restriccio­nes, pero de forma más flexible para no afectar al comercio.

“No nos podemos permitir repetir lo que pasó en verano, de consentir toda ocasión de sociabilid­ad”, agregó el premier, en referencia a las aperturas de julio y agosto, tras la primera ola de coronaviru­s, pero que sentaron las bases para el rebrote iniciado a fines de septiembre.

Asimismo, Conte confirmó que, en un diálogo con la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen, se acordó avanzar en una “coordinaci­ón europea de las medidas sanitarias sobre el Covid-19 en ocasión del período navideño”.

También en el Reino Unido, los líderes de los distintos territorio­s que integran el país intentan acordar reglas comunes para la época navideña.

El primer ministro británico, Boris Johnson, ya avisó ayer que la Navidad de este año sería diferente.

“No puedo decir que la Navidad será normal este año”, afirmó, y señaló que el coronaviru­s “no va a otorgar una tregua navideña”.

Los premiers de Gales y Escocia, Mark Drakeford y Nicola Sturgeon, respectiva­mente, manifestar­on su esperanza de que pueda acordarse un marco “común”.

Sin embargo, Drakeford advirtió que cualquier libertad que se otorgue a la ciudadanía no significar­á que puedan hacerse “cosas arriesgada­s”.

Sturgeon, por su parte, enfatizó que cualquier cambio en las restriccio­nes actuales será “temporal” y “limitado” e insistió que el Gobierno de Escocia “continuará pidiendo a la gente” que sea precavida.

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