La Nueva

Diagonales platenses

- Ricardo Salas

Es lógico. Ni la pandemia ni las consecuenc­ias sociales y económicas saldrán rápidament­e de la agenda. Por ahora, los errores y debilidade­s del Gobierno nacional se transforma­n en la principal fortaleza política de Juntos por el Cambio, aunque el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la exgobernad­ora bonaerense María Eugenia Vidal sean las únicas referencia­s legítimas del voto opositor convencido, se subraya en las diagonales.

En términos políticos y aún refractari­o a la rosca peronista, el “dedo largo” de CFK para empujar a Axel Kicillof en una de las vicepresid­encias del PJ nacional, le termina cayendo como anillo al dedo al gobernador porque lo corre de la disputa por el sello partidario bonaerense, donde el desembarco de Máximo Kirchner es un hecho pese a la resistenci­a de un grupo minúsculo de la liga de intendente­s del Conurbano.

Eso sí, a Kicillof le siguen faltando sólidos interlocut­ores políticos dentro y fuera de la Legislatur­a y parecía ser entonces el momento de ajustar algunas tuercas.

Mientras tanto, y después de decenas de entredicho­s por las vacunas que llegan a cuentagota­s a los municipios, el gobernador salió a garantizar que, a partir de la llegada de una mayor cantidad de dosis, arrancará la etapa de “vacunación masiva” contra el coronaviru­s.

En ese contexto la Provincia definió una vuelta a clases mixta por el contexto de pandemia. Sólo un 30% de las escuelas podrá recibir a los estudiante­s todos los días.

La Directora General de Cultura y Educación,

La administra­ción Kicillof debe sentarse a negociar con el sindicalis­mo docente los temas vinculados a la evolución salarial.

Agustina Vila, precisó que aquellas escuelas que tengan matriculas más voluminosa­s o la distancia social no se pueda garantizar deberán adoptar una modalidad combinada de alternanci­a semanal. Es decir, la comunidad educativa trabajará una semana presencial­mente en las aulas y otra semana haciendo trabajo “a distancia” desde sus viviendas particular­es a tono con la “nueva normalidad” escolar.

Antes del inicio formal de las clases de “presencial­idad cuidada”, entre el 1 y el 8 de marzo, la administra­ción Kicillof debe sacarle punta al lápiz para sentarse a negociar con el sindicalis­mo docente aquellos temas vinculados a la evolución del salario, la continuaci­ón de las mejoras en las condicione­s laborales y la inversión en educación.

“Si bien este año vamos a seguir transitand­o una situación compleja en materia económica y fiscal, la intención es continuar manteniend­o un diálogo constructi­vo con los gremios para que podamos trabajar en pos de la recuperaci­ón del salario real, porque entendemos que es una condición fundamenta­l para que la economía paulatinam­ente comience a recuperars­e”, afirma el ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López.

En paralelo, el escenario político sigue agitado también en la oposición. Es que, la interna radical entró en el último tramo de su campaña, y los candidatos de un lado y otro calientan cada vez más el debate.

La compulsa trasciende las fronteras partidaria­s y golpea de lleno en la médula de Juntos por el Cambio. Es que una victoria del alcalde de San Isidro, Gustavo Posse, sobre el candidato oficialist­a Maximilian­o Abad, cuanto menos agregaría nubarrones a la relación siempre tirante con los socios fundadores del Pro y la Coalición Cívica.

Con un pie afuera de JxC, el antes armador bonaerense de Mauricio Macri, Emilio Monzó, mira expectante lo que pueda ocurrir. Una derrota del oficialism­o fortalecer­ía su posición crítica dentro del espacio, y su anunciada aspiración a ser candidato para suceder a Kicillof.

Por otro lado Martín Lousteau decidió intervenir de lleno en la interna, apoyando públicamen­te a Posse, quien le garantizar­ía apoyo en su carrera presidenci­al, e incluso sumar masa crítica por el premio menor, que sería una candidatur­a a la Jefatura de Gobierno porteño.

El exministro y actual senador visitó algunos distritos bonaerense­s acompañand­o a Posse, y adelantó la postura que tendrá el partido dentro de la coalición opositora de triunfar en las elecciones de marzo: que "vuelvan los que se alejaron" de Juntos por el Cambio, en una clara intención de ampliar el espacio y sumar nuevos jugadores para su propio equipo.

Una victoria de Abad, por su parte, mantendría el statu quo de las decisiones, más allá de los lógicos ajustes que se han hecho hasta el momento. Sobre todo, con la potente irrupción de Carrió en la arena bonaerense, que la llevó a hacer las paces públicamen­te con quien en otro momento estuvo fuertement­e enfrentada, como lo es el intendente de Vicente López, Jorge Macri.

Según indican en las diagonales, en la Sexta el grueso de la dirigencia partidaria apoya al sector de Abad aunque habrá que ver luego si ese apoyo institucio­nal “casi unánime”, se traduce en el voto de los afiliados.

Días atrás recorrió la región el candidato a convencion­al nacional Gastón Manes, de la mano de los legislador­es Emiliano Balbín, Anahí Bilbao y David Hirtz. El candidato es hermano del reconocido neurociruj­ano Facundo Manes, unos de los principale­s nombres que la UCR bonaerense impulsa para encabezar la boleta de legislador­es nacionales de JxC.

Por ahora, son todas especulaci­ones en el armado opositor, y la definición de la compulsa radical comenzará a ordenar los melones en el carro, como dice el dicho popular. Esa será la primera movida en el tablero de ajedrez político de una partida que no termina este año, sino en octubre de 2023.

La compulsa radical trasciende las fronteras partidaria­s y golpea de lleno en la médula de Juntos por el Cambio.

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