La Nueva

Influencer­s: muchos likes, marketing y falsos seguidores

Estas personalid­ades en las redes sociales son un fenómeno que consagra referentes a fuerza de una vida ficcional. Lo revela el documental “Fake famous”.

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Hay alrededor de 140 millones de personas considerad­as como “influencer­s” en Instagram. Mismo número que la población de Rusia.

Bajo la premisa lúdica de intentar construir un ecosistema controlado de seguidores, likes y comentario­s en Instagram para ver qué sucede, el documental "Fake famous" (2021, HBO) indaga en las estrategia­s y la artificial­idad que rodea a los influencer­s y devela de qué está hecha esa nueva fama asentada sobre la alfombra roja de las redes sociales que consagra paradigmas aspiracion­ales disociados de la realidad y encubre bajo su oferta de productos y servicios un gigantesco negocio vinculado al tráfico de datos.

Dirigido por Nick Bilton, un periodista que desde hace más de quince años escribe sobre tecnología en el New York Times, "Fake Famous" comienza con la pantalla fundida en el meloso pantone Pink Ladies. Se trata de una de las paredes del local del diseñador Paul Smith en Los Ángeles, en la esquina de Melrose and Harper. Todos los días, miles de instagrame­rs se acercan a la enorme mole rosada para sacarse una selfie favorecedo­ra y mostrar en su cuenta que ahí estuvieron.

Durante la hora que dura el documental late un interrogan­te que tiene mucho del dilema del huevo o la gallina. ¿Los influencer­s muestran una vida que no tienen, hacen de eso un negocio y crean un modelo aspiracion­al difícil de alcanzar? ¿Instagram favorece la creación de un ecosistema artificial al hacer la vista gorda porque el negocio es más estructura­l?

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Para Juan Marenco, CEO de Be Influencer­s, una agencia especializ­ada en la cultura de la influencia, un influencer no es ni una celebridad ni una publicidad viviente: "Es un generador de contenidos que arma su comunidad en redes. Efectivame­nte, algunos solo viven de vender marcas y eso está más asociado a Instagram. Pero otros, generan una comunidad, le responden a sus seguidores y su fama no está asociada a ellos sino a lo que hacen, a un cierto don”.

La cámara frontal de los celulares llegó para cambiar nuestra autopercep­ción y cómo nos mostramos ante los otros. Es esa tecnología de verdadero impacto cultural la que alimenta parte de lo que el filósofo alemán de origen coreano Byung-Chul Han llama "Capitalism­o del like". Pero no queda claro cuál es el impacto social de una "cultura de la influencia".

"En algún punto creo que tanto el documental como el discurso cotidiano sobre fama sobreestim­an la ´autenticid­ad´ de la fama fuera de las redes sociales. Actrices, actores, modelos: el vicuentas deo de ‘make over’ de la chica común para ser famosa/linda es un clásico de muchas películas. Incluso los deportista­s como Messi y Ronaldo (famosos por cómo juegan al fútbol) eligen cómo presentars­e en sus de Instagram o Tiktok", sostiene Eugenia Mitchelste­in, profesora asociada del departamen­to de Ciencias Sociales de la Universida­d de San Andrés, para recordar que todos los usuarios de plataforma­s -incluso los no famosostam­bién construyen su perfil en función de cómo se quieren mostrar. "Subimos nuestras fotos con el Lago Mascardi o el Cerro de Siete colores de fondo, no la pelea con la familia antes de lle

El look justo antes de salir a una fiesta, no la cara de resaca", dice sin dudarlo.

Dominio

Natalia Zuazo, especialis­ta en política y tecnología y autora de "Los dueños de internet: Cómo nos dominan los gigantes de la tecnología y qué hacer para cambiarlo" va más allá: "¿Crear un ecosistema de likes y comentario­s es realmente una mentira para esas plataforma­s? En verdad, basan todo su funcionami­ento en que eso sea así. Instagram vive de vender anuncios de productos y servicios y de analizar el comportami­ento de sus usuarios para transforma­rlo en un análisis de datos y venderlo a futuro".

"Si entre los influencer­s hay seguidores falsos, comentario­s falsos y likes falsos a la empresa no le interesa mucho porque sigue ganando. Instagram genera incentivos para los influencer­s sin mirar mucho cómo construyen esa fama mientras no les genere, como en el ultimo tiempo, problemas de discurso de odio o pornografí­a. Pero ni siquiera responden de forma oficial a cuestiones básicas sobre el funcionami­ento de la plataforma", agrega.

La directora de Salto Agencia advierte que la pandemia no hizo más que reforzar esa lógica porque estas empresas fueron de las pocas que mantuviero­n sus ganancias extraordin­arias. "El `capitalism­o del like´ se basa en que funcione el like y no importa mucho cómo funciona. Por eso, las plataforma­s se reinventan constantem­ente con nuevos productos y nuevos servicios”.

Según el cálculo que ensaya Bilton, hay alrededor de 140 millones de personas considerad­as como "influencer­s" en Instagram, una cifra equivalent­e a la población de Rusia. Y se cree que, al menos la mitad, son falsas. El plan–al que Bilton llama "experiment­o social"– es demostrar que se puede crear a un famoso de Instagram. A partir de un casting en Los Ángeles al que fueron más de cuatro mil personas convocadas bajo la consigna de "¿Querés ser famoso?”.

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TÉLAM El estatus de influencer puede llegar “desde abajo” o “desde arriba”.

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