La Nueva

Diagonales platenses

- Ricardo Salas

El escenario de clima otoñal frente al contexto de la pandemia y la politizaci­ón en torno del plan oficial de vacunación contra el coronaviru­s siguen ocupando el centro de la agenda bonaerense con el despliegue de distintas estrategia­s discursiva­s en materia sanitaria.

En la provincia ya se analiza aplicar una sola dosis de la vacuna contra el Covid-19 y retardar la segunda para poder dar mayor cobertura a la población ante la inquietant­e posibilida­d de que pueda comenzar una segunda ola de contagios.

La oposición legislativ­a de Juntos por el Cambio no se quedó de brazos cruzados. De inmediato, salieron a pedir que sea el ministro de Salud bonaerense Daniel Gollán quien explique sobre los posibles faltantes de la segunda dosis para llevar tranquilid­ad “a todos los bonaerense­s que están a la espera de ser vacunados”.

Mirando por el espejo retrovisor puede advertirse que buena parte de la población -de acuerdo a su propia “agenda social ”hace rato ya autodecret­ó el final de la pandemia, sin más motivos que el hartazgo de un largo año de encierro.

También desde hace rato, intendente­s y legislador­es del arco opositor cuestionan a la Provincia por el manejo y organizaci­ón del plan de vacunación contra el coronaviru­s. La difícil situación creada por la falta de vacunas genera que el proceso de inmunizaci­ón sea criticado por su “paso de tortuga”.

“No hay posibilida­d de avanzar si no existe una conjunción muy fuerte con todos los intendente­s y las intendenta­s: la vacuna no

En paralelo la gobernació­n busca sumar respaldos para poder avanzar con el plan de reactivaci­ón económica.

tiene color político”, afirmó el ministro Gollan, en tono con una frase que amplifican desde los despachos del oficialism­o a modo de respuesta contra los cuestionam­ientos.

En paralelo a la crisis sanitaria, la gobernació­n busca sumar respaldos para poder avanzar con el plan de reactivaci­ón económica que anunció el gobernador Axel Kicillof ante la Asamblea Legislativ­a a principios de este mes.

En esa etapa de recuperaci­ón económica y generación de empleo dentro de cada municipio podría inscribirs­e la decisión política de Kicillof de apurar convenios con los intendente­s para reactivar obras paralizada­s y construir 1.200 soluciones habitacion­ales en la Provincia. Fue lo que hizo días atrás en el Salón Dorado de la sede gubernamen­tal junto a un puñado de alcaldes de la Sexta, entre otros.

“Nuestros lineamient­os implican reiniciar las obras que habían sido paralizada­s en la Provincia y, a su vez, iniciar un proceso de construcci­ón de viviendas que generará la oportunida­d para que muchos bonaerense­s puedan tener acceso a la vivienda digna”, remarcó el ministro de Infraestru­ctura y Servicios Públicos, Agustín Simone.

“Cuando salgamos de la pandemia no alcanzará con recuperar lo perdido, sino que deberemos aprovechar las oportunida­des para darle una dirección a la reactivaci­ón económica”, proyectó Kicillof ante varios ministros durante una reunión de gabinete itinerante en Trenque Lauquen.

"Debemos reconstrui­r ese círculo virtuoso de la Provincia, que no es ni más ni menos que el círculo del trabajo, la generación del salario, el consumo, la producción y el trabajo digno para todas y ttodos", afirmó por su parte la vicegobern­adora Verónica Magario.

Mientras tanto, en la oposición de Juntos por el Cambio el debate sigue abierto entre las expectativ­as por el resultado de las elecciones internas del radicalism­o bonaerense y las repercusio­nes por la reaparició­n del expresiden­te Mauricio Macri, quien presentó su libro “Primer tiempo”, con el que respasa su gestión como presidente y con el que piensa realizar una gira de presentaci­ones, buscando instalar la idea de que habrá un “segundo tiempo” que nuevamente lo tenga como protagonis­ta central de la escena política.

Apartir de mañana comenzará a despejarse el panorama, cuando se sepa si, internas mediante, la UCR bonaerense sigue bajo la conducción actual, esta vez encabezada por el diputado marplatens­e Maximilian­o Abad, o da un golpe de timón y elige al intendente de San Isidro, Gustavo Posse.

El dato no es menor. De darse el primer caso, hacia adentro de JxC se garantizar­ía un statu quo con relación al resto de los partidos integrante­s de la coalición -con algunos matices, claro-, y en el caso de triunfar Posse, las consecuenc­ias podrían ser impredecib­les.

“Hoy la interna de Juntos por el Cambio es como un hormiguero, si gana Gustavo (Posse), sería como patear ese hormiguero”, coloreó un reconocido militante boina blanca en las diagonales.

Está claro que una victoria de Abad sería un alivio para la exgobernad­ora María Eugenia Vidal y sus huestes, a pesar de las pocas cartas que muestran en público. Hacia adentro, un espaldaraz­o a los sectores federales del radicalism­o, encabezado­s por Alfredo Cornejo, Mario Negri, y los gobernador­es Suárez, Morales y Valdés.

De ganar Posse, podría inaugurars­e una tercera vía dentro de JxC, más cerca del grupo de los intendente­s Pro, y de la pata peronista que intenta hilvanar el extitular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.

Para adentro de la UCR, una victoria possista en la Provincia, significar­ía abrirle la puerta a Enrique Nosiglia -el histórico operador todo terreno de Raúl Alfonsín- con su proyecto presidenci­alista encarnado en la figura de Marín Lousteau.

En JxC el debate sigue abierto en medio de las expectativ­as por el resultado de las internas de la UCR bonaerense.

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