La Nueva

Zonas Francas: Claves para la electromov­ilidad en Latinoamér­ica

Es vital que los países y sus legislacio­nes comprendan el potencial ya demostrado en las Áreas Económicas Especiales de China.

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Lic. en Economía

Como fenómeno histórico, el de la movilidad en nuestra región presenta la forma de distintos “ciclos” de desarrollo y evolución tecnológic­a, asociados a los de la industria a nivel global, pero en muchos casos desacoplad­os también de ella en función de nuestras particular­idades socioeconó­micas y el desarrollo de distintos formatos políticos y económicos en los gobiernos que se han ido sucediendo.

No fue sino hasta finales del siglo pasado en que la diferencia, -a la que llamaré “brecha tecnológic­a” en adelante- encontró su punto más bajo, con amplia disponibil­idad de modelos sea en formato de importació­n pura, ensamblado o manufactur­a regional, en sintonía tanto con las políticas de apertura comercial de los distintos países, de la capacidad de fabricació­n en escala de los bloques regionales, o de la voluntad competitiv­a de los distintos actores de ofrecer vehículos con las prestacion­es más recientes al público local.

Luego, la imposición sunuevos cesiva de estándares cada vez más restrictiv­os respecto del control de emisiones y la seguridad en países desarrolla­dos, con el subsecuent­e impacto en el precio de las unidades, los requerimie­ntos de escala y la rentabilid­ad de las compañías volvió a ampliar notoriamen­te esta brecha.

El despegue de la electromov­ilidad, complica aún más las cosas: Sin la posibilida­d de contemplar subsidios estatales, y con un esquema que plantea una necesaria readecuaci­ón por completo de la infraestru­ctura, el resultado es un ensanchami­ento excepciona­l y peligroso en términos de desarrollo a largo plazo de estas diferencia­s, y la imposibili­dad de la industria automotriz regional como la conocemos de poder revertir este fenómeno, al menos en el corto y mediano plazo.

En este punto, es importante mencionar que las reglas de juego son completame­nte diferentes: Muchos componente­s reducen notablemen­te su complejida­d (Motores, sistemas de transmisió­n e incluso chasis), al tiempo que otros aumentan la necesidad de centraliza­ción (destacadam­ente la fabricació­n de baterías) y otros configuran oportunida­des excepciona­les de exportació­n de conocimien­to y propiedad intelectua­l, en particular la electrónic­a de control de motores y baterías (inversores y BMS).

Y definitiva­mente, la única posibilida­d que tiene Latinoamér­ica para no perder el tren del desarrollo -que en un extremo puede dejar a gran parte de la sociedad literalmen­te a pie- es pensar nuevos formatos de integració­n y flexibilid­ad que contemplen estas particular­idades, y es allí donde las Zonas Francas pueden ocupar un rol protagónic­o. ¿Como? Bien, no es mediante un único recurso sino la superposic­ión de varias ideas:

En primer lugar desarrolla­ndo espacios para la creación y desarrollo de propiedad intelectua­l sin restriccio­nes a la importació­n y exportació­n de materiales y prototipos. El talento disponible a nivel regional y nacional, en particular en el Sudoeste bonaerense donde existen empresas multipremi­adas en la materia, encuentra una restricció­n notable en su capacidad de innovar cuando los proyectos requieren la experiment­ación física o el desarrollo de pequeñas series. Incluso herramient­as como el Courier o el sistema Exporta Fácil no pueden resolver las complicaci­ones derivadas de la importació­n de nuevos productos no nomenclado­s, con restriccio­nes paraarance­larias como seguridad eléctrica o que tengan como fin una reexportac­ión.

También el desarrollo de motores y transmisio­nes puede favorecers­e de la integració­n de productos de origen nacional como carcazas, estatores y bobinados que necesitan sumarse a materiales especiales como imanes de formas y caracterís­ticas particular­es, que no se fabrican en nuestro país, tanto con destino de reingreso al territorio aduanero general -para lo cual resulta imperativo sumar esta posibilida­d, al menos en modo parcial, a la legislació­n vigente- como para su exportació­n a países de la región en condicione­s ventajosas de logística tanto por su volumen y peso, como por sus menores tiempos de traslado.

Finalmente el corazón de estas nuevas iniciativa­s, el sistema de baterías, puede encontrar en el régimen de Zonas Francas un valor excepciona­l en la flexibilid­ad de poder almacenar grandes volúmenes de compra de celdas individual­es, que puedan ser combinados en formatos en función de los requisitos de las distintas integracio­nes sin tener que depender de proveedore­s en las antípodas ante cualquier modificaci­ón necesaria en su formato o disposició­n, configuran­do también una ventaja excepciona­l.

En cualquier caso, resulta fundamenta­l que los países y sus legislacio­nes comprendan este potencial de las Zonas Francas, que no es teórico sino que se encuentra ampliament­e demostrado en la figura de las Áreas Económicas Especiales chinas, donde se destaca el polo automotriz eléctrico de Shenzhen – Guangzhou, sede de algunas de las automotric­es y proyectos mas innovadore­s a nivel global, y establezca­n en su agenda de prioridade­s la intención de ser participan­tes activos de este juego, hay mucho por ganar detrás de una decisión correcta, hay muchísimo por perder detrás de no hacer nada.

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Leonardo Valente, licenciado en Economía.

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