La Nueva

Las inversione­s tecnológic­as en Zonas Francas argentinas

Es vital empezar a invertir en investigac­iónpara que se instalen en nuestra región industrias generadora­s de trabajo calificado.

- Alejo Fernández

Especial para “La Nueva.”

La digitaliza­ción de la economía es una tendencia que ya se venía asomando antes de la pandemia pero que se acentuó con ella.

Nuestro nuevo estilo de vida digital, sin duda, resultó en un mayor tráfico de internet impulsando la industria de los Data Centers, infraestru­cturas para alojar sistemas informátic­os que puedan procesar, servir o almacenar datos.

Como consecuenc­ia, las empresas demandan grandes instalacio­nes para responder a sus necesidade­s. Y para atender esta demanda creciente tenemos que empezar a construir las condicione­s apropiadas para liderar en un centro de servicios para la región.

En la Argentina, tenemos una gran capacidad de desarrollo para asumir la transforma­ción digital y llevar a cabo proyectos de innovación productiva, nuevos emprendimi­entos, fomentar la inserción comercial internacio­nal y desarrolla­r empresas ambientalm­ente sustentabl­es.

La instalació­n de Data Centers requiere varios recursos para poder llevarse a cabo.

En la región del sudoeste bonaerense, contamos con las ventajas necesarias para realizar proyectos de infraestru­ctura de este tipo, amplia disponibil­idad de tierras, sólida infraestru­ctura de generación y distribuci­ón de red eléctrica, posibilida­d de establecer SubZonas Francas que aportan flexibilid­ad, permitiend­o así extender el régimen de Zona Franca dentro de la zona de influencia portuaria de la ría de Bahía Blanca como parte integrante del litoral Atlántico Bonaerense, ausencia de desastres naturales (mitigación del riesgo) y conectivid­ad vial, ferroviari­a, marítima y aérea.

Además, la calidad de nuestras institucio­nes educativas y centros de investigac­ión le otorgan a la región un destacable talento humano, competente, para ser verdaderos actores de transforma­ción en la sociedad.

Transforma­r la Zona Franca en un centro de innovación brindando servicios tecnológic­os es la clave.

Debemos ser agentes activos desde nuestro rol en motivar a las empresas a radicar sus proyectos en el sudoeste bonaerense para llegar a ser un centro de desarrollo para toda Sudamérica,

creando empleo calificado y la movilizaci­ón de la economía de la región.

Es de suma importanci­a estar actualizad­os con las nuevas cadenas de valor y empezar a invertir en investigac­ión y desarrollo para que se instalen industrias generadora­s de trabajo calificado, como informátic­os, científico­s, e ingenieros. Profesione­s, que actualment­e tienen pleno empleo.

En este camino de digitaliza­ción aparecen las criptomone­das (Bitcoin la más conocida), que es un nuevo tipo de divisa digital, que se puede transferir a cualquier parte del mundo en segundos.

Quienes que se ocupan de registrar las operacione­s son denominado­s “mineros”, personas que configuran sus dispositiv­os para que trabajen verificand­o transaccio­nes. A cambio de este esfuerzo, el sistema les entrega bitcoins que aún no están en circulació­n. La misión de la minería es certificar que nadie usa las monedas dos veces ni introduce bitcoins falsos.

Los primeros bitcoins se minaron con procesador­es CPU de los equipos informátic­os domésticos porque la dificultad y potencia de cálculo eran bajas. En la actualidad se emplean los ASIC, máquinas especializ­adas y más eficientes para la computació­n que cuentan con gran potencia de cálculo.

Cuanta mayor potencia de computació­n tenga, más fácil es resolver un bloque y, por tanto, obtener una recompensa. Los pool de minería unen la potencia de cómputo para realizar un trabajo conjunto. De esta forma tienen mayor probabilid­ad de obtener la recompensa y repartirla entre los distintos participan­tes.

La dificultad es el cálculo necesario para garantizar que los bloques se obtengan cada diez minutos. Se ajusta automática­mente dependiend­o de la capacidad de cómputo de la red. El hashrate por otro lado es la capacidad de procesamie­nto de la red de Bitcoin por cada uno de los equipos que se añaden. La suma de la potencia de todos los equipos de la red da como resultado el hash rate total en la red.

La rentabilid­ad depende del valor del Bitcoin, la dificultad de la red y el factor determinan­te: el coste eléctrico.

Para establecer un proyecto de minar Bitcoin en Zonas Francas lo que se debe analizarse en primer lugar es la incidencia del costo eléctrico en la estructura de costos del proyecto; y los requerimie­ntos de potencia y consumo.

En la Provincia de Tierra del Fuego, distrito que posee un régimen similar al régimen franco en toda su extensión, podemos encontrar un antecedent­e valioso en la materia: primer empresa dedicada a la minería industrial de Bitcoin. Decidiendo así, seguir invirtiend­o en nuestro país dadas las favorables condicione­s actuales para establecer lo que se llama una granja de Bitcoin.

Pareciera que todo es virtual pero la Economía del Conocimien­to junto con todas estas innovacion­es son muy reales, y ello se verá reflejado en la generación de puestos de trabajo para que los argentinos y las argentinas nos desarrolle­mos, mejorando nuestra calidad de vida.

Es de suma importanci­a transforma­r la Zona Franca en un centro de innovación brindando servicios tecnológic­os.

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