Precuelas y más psicópatas protagonistas
mera vez al cine al ultraconocido Hannibal Lecter, creado por el novelista Thomas Harris, en "Cazador de hombres", donde el personaje fue interpretado por el escocés Brian Cox.
Caníbal
Sin embargo, el doctor Lecter pasaría realmente a la historia con la genial "El silencio de los inocentes" (1991), realizada por Jonathan Demme, la tercera y última película que lograría los "Cinco Grandes" galardones de la Academia de Hollywood y que, gracias a la descomunal actuación de Anthony Hopkins, inmortalizó definitivamente a su sangrienta figura.
Aquel psiquiatra-caníbal, tan sociópata como elegante y un culto amante de la música clásica y la gastronomía, afectó a los espectadores y espectadoras con sus brutales actos, en secuencias provocadoras como aquella en la que alimenta a un sedado Ray Liotta con pequeños trozos de su propio cerebro salteados en manteca y diferentes hierbas en la secuela "Hannibal" (2001), de Ridley Scott. Por eso fue que se convirtió en una película histórica.
Dos. Además, el filme de Demme daría paso a otras dos películas sobre el personaje, la precuela "Dragón rojo" (2002), con Edward Norton; "Hannibal, el origen del mal" (2013); y a la serie televisiva "Hannibal", emitida entre 2013 y 2015.
Fantasioso. Luego, las producciones, que en los 80 habían virado hacia un tono puramente fantasioso en géneros como el "slasher" y con protagonistas como Jason Voorhees y Freddie Krueger, volvieron a adoptar un clima más cercano al realismo, de suspenso policial, como lo demuestra el ejemplo de "Se7en, los siete pecados capitales", de Fincher.
Castigar. En esa historia, Kevin Spacey era John Doe, un homicida embarcado en una tarea divina para castigar a quienes él consideraba que hacen del mundo un lugar repleto de vicios, perseguido por la dupla de detectives encarnada por Brad Pitt y Morgan Freeman. Doe, un típico serial "organizado", planificaba los impresionantes crímenes.