El Manifiesto de Felipe Varela
En noviembre de 1866 estalla una rebelión en Mendoza que se extiende rápidamente a San Juan y, en dos meses a Catamarca y La Rioja. Felipe Varela –con el posible auxilio del gobierno chileno resentido por la falta de colaboración argentina en la “Guerra del Pacífico”–, regresa de su exilio trasandino y lanza una proclama, fechada el 10 de diciembre en San Juan.
“¡Federación o muerte! ¡Viva la unión Americana! ¡Viva el ilustre Capitán General Urquiza! ¡Abajo los negreros traidores a la patria!: ¡Argentinos! El hermoso y brillante pabellón que San Martín, Alvear y Urquiza llevaron altivamente en cien combates, haciéndolo tremolar con toda gloria en las tres más grandes epopeyas que nuestra patria atravesó incólume, ha sido vilmente enlodado por el general Mitre gobernador de Buenos Aires. La más bella y perfecta Carta Constitucional democrática republicana federal, que los valientes entrerrianos dieron a costa de su sangre preciosa, venciendo en Caseros al centralismo odioso de los espurios hijos de la culta Buenos Aires, ha sido violada y mutilada desde el año sesenta y uno hasta hoy, por Mitre y su círculo de esbirros.
”El pabellón de Mayo que radiante de gloria flameó victorioso desde los Andes hasta Ayacucho, y que en la desgraciada jornada de Pavón cayó fatalmente en las ineptas y febrinas manos del caudillo Mitre –orgullosa autonomía política del partido rebelde– ha sido cobardemente arrastrado por los fangales de Esterobellaco, Tuyuti, Curusú y Curupaytí. Nuestra nación, tan feliz en antecedentes, tan grande en poder, tan rica en porvenir, tan engalanada en glorias, ha sido humillada como una esclava.”
Felipe Varela, el nuevo gobernador sanjuanino Juan de Dios Videla Moyano y el caudillo puntano Sáa elaboran una estrategia común que apunta, en lo militar, a extender sus dominios a Santiago del Estero y Córdoba y, en lo político, a embretar a Urquiza para que se ponga a la cabeza de la lucha federal. Será el último intento de los federales del oeste del país.