Coronavirus en España: una quinta ola “distinta”, con los jóvenes en la mira
Los expertos alertan que la explosión de casos entre los adolescentes podría causar contagios en personas vulnerables sin inmunizar. Preocupa la situación sanitaria.
La explosión de casos de coronavirus entre los jóvenes ha abocado al país a una quinta ola, que auguran será “distinta” por la poca sintomatología del virus en esta población, pero advierten de que pueden darse casos graves y contagiar a vulnerables sin inmunizar.
El índice de transmisión del Covid comenzó a des- cender a finales de abril y así evolucionó de forma ininterrumpida hasta la semana del 20 de junio cuando, tras unos días de estancamiento, empezó a subir de nuevo, debido al aumento de positivos entre la población joven.
Los datos más preocupantes se encuentran en la franja de los más jóvenes (20-29 años), que cuentan con una incidencia acumulada de 1.047 casos por cada 100.000 habitantes.
En comunidades como Cataluña se superan los 2.500 casos y en Castilla y León los 2.300.
Las estadísticas en grupos de más edad es bastante distinta gracias a la vacunación pero también están subiendo de forma que la incidencia entre los de 40 a 49 años es de 138; 72, entre los de 50 a 59 años; 62,23 los de 60 a 69 años; 25,71 en los de 70 a 79; y 31, en los mayores de 80.
“Lamentablemente iniciamos una quinta ola desde hace días y es muy previsible que siga aumentando”, señaló desde la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Joan Caylà, que destacó que ya hay más de diez comunidades por encima de los 100 casos por 100.000 habitantes, además los territorios turísticos tienen incidencias “bastante altas”.
Caylá tiene claro que esta ola será distinta a las anteriores por “la gran suerte” de que la gente más vulnerable, la de más edad, está vacunada, pero advierte de que es posible que algunos de los jóvenes infectados, que en su mayoría son asintomáticos o con signos leves del virus, desarrolle la enfermedad de forma grave y requiera hospitalización incluso precise de cuidados intensivos.
Además, recuerda que hay grupos de población de más edad que no están plenamente vacunados, como los de 60 a 69 años, que al recibir sobre todo el fármaco de AstraZeneca, el tiempo entre dosis es mayor, con lo que están aún expuestos al contagio, sobre todo, con la aparición en escena la variante delta que es más contagiosa si bien puede controlarse con los dos pinchazos.
Sensación de relajo
En ese sentido se expresó el profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública Joan Carles March, quien señaló que esta es una quinta ola en la población juvenil, ligada al fin del periodo escolar y al ocio nocturno, “que ha generado una sensación de que el virus se ha terminado y los jóvenes han salido en tromba a celebrarlo”.
“Esa sensación de que a los jóvenes el virus no les afecta, que son asintomáticos, está generando la visión de que no pasa nada y la realidad es que pasa, y que no solo afecta a los más jóvenes, sino a los que aun no están inmunizados y son de riesgo”, abundó March.
A juicio del experto esta nueva ola “se quedará” en la Atención Primaria, porque lo lógico es que la mayoría de los jóvenes no precise ingreso hospitalario y vayan muy pocos a las unidades de cuidados intensivos, con lo que considera que la presión re caerá sobretodo los servicios Atención Primaria, que ya están “saturados” y que en estas fechas, además, cuentan con menos personal.
Para el portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública, Ildefonso Hernández, la presión en este nivel asistencial “es una piedra en el camino en estos momentospara mucha gente ”, sobre todo los crónicos y aquellas personas que viven solas, que finalmente tendrán que ir a urgencias.
Hernández hace hincapié en que además las vacunas son muy buenas pero no protegen al 100%.
Flexibilización
La subida de contagios ha coincidido con la fexibilización de medidas como la del uso de mascarilla, que ya no es obligatoria en exteriores siempre que se mantenga una distancia interpersonal con no convivientes de al menos un metro y medio, y para la que expertos como March ha sido precipitada.
Y es de esa opinión porque cuando lo aprobó el Consejo de Ministros aún había comunidades con altas cifras de contagios. “Cuando quitas una medida que ha marcado la vida durante tantos meses parece, da la sensación, de que la pandemia se ha terminado y la realidad es que no”, añadió el experto.
No obstante, no es partidario de “volver atrás” pero sí en hacer énfasis para que la gente tenga cuidado, reforzar ese mensaje porque la pandemia sigue aquí.
Caylà también destaca la importancia de recalcar las medidas de prevención aunque es partidario de “matizar” la medida de las mascarillas porque con la situación actual de la variante Delta deben usarse siempre, salvo que se esté en un espacio al aire libre con poca gente o nadie alrededor.
En cuanto al ocio nocturno, apunta que “lo mejor” es que no estuviera abierto o que fueran a estos locales aquellos con test negativos del virus (Agencia EFE).