La Nueva

“Fue un día muy triste”

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Los memoriosos aún podrán observar la caminata de Lole, cabizbajo y decepciona­do, rumbo a los boxes del circuito callejero de Las Vegas, sede de la definición del campeonato de 1981. Cuenta la mitología que luego de aquella desobedien­cia en Jacarepagu­á (el famoso cartel "JonesReut") el equipo Williams le soltó la mano, por lo que el argentino debió transitar solo en la misión de obtener la corona. Aún así, hasta el viernes previo a la competenci­a, la ilusión de consagrar un nuevo campeón del mundo nacional estaba más latente que nunca. "Fue un año políticame­nte complicado. Con el tiempo, Lole confesó que había firmado un contrato con la famosa cláusula de los 7 segundos (a menos de esa ventaja debía dejar pasar a su compañero, el australian­o Alan Jones). En Long Beach venía ganando y cedió el lugar yéndose afuera en una chicana, cometiendo el error a propósito para evitar sospechas. Pero ello no sucedió en Brasil, donde no acató la orden y ganó la carrera. A partir de ahí se tensó todo en Williams y eso fue, en parte, la razón por la que no pudo concretar el campeonato", recuerda Mc Gough. "Con respecto a Las Vegas, Carlos tenía un auto que volaba pero se complicó mucho. La carrera se corrió el sábado, y el día previo hizo la Pole. Lamentable­mente, en una tanda de entrenamie­ntos posterior, tuvo un toque justamente con (Nelson) Piquet (NdR: el ganador del título) y rompió la suspensión delantera, teniendo que recurrir al muleto. De allí en más Lole quedó fuera de sintonía", agregó. —Mientras tanto, Williams no se mostró muy preocupado... —No, en absoluto. Fue un día muy triste. Ver al equipo Williams festejando la victoria de Jones, ante su retiro de la F1, mientras Lole caminaba solo y frustrado hasta el hotel, fue una situación decepciona­nte. Perdieron el campeonato pero ellos festejaban la victoria del otro piloto, lo que demuestra cuál era la preferenci­a del equipo.

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