Dinosaurios: sufrieron el frío antes del impacto del meteorito
Un estudio asegura que estos animales ya estaban en declive, víctimas del enfriamiento del clima del planeta.
Mucho antes de la caída del meteorito hace 65 millones de años, los dinosaurios ya estaban en declive, víctimas del enfriamiento del clima del planeta, según un estudio.
Desde el hallazgo del gigantesco cráter del impacto en México en 1980, hay consenso en la comunidad científica sobre la responsabilidad del objeto extraterrestre en su desaparición.
La colisión provocó un onda de choque tal que la Tierra quedó envuelta en una nube de polvo y gas, transformando el clima y suprimiendo definitivamente a tres cuartas partes de las especies, entre ellas los dinosaurios no aviares.
Pero los paleontólogos debaten si esta extinción llegó brutalmente o si el meteorito supuso el golpe de gracia a un grupo ya en declive.
Los datos no son suficientemente sólidos como para validar una hipótesis u otra: “El registro fósil (los huesos de los dinosaurios) está incompleto, en mal estado de conservación, algunas zonas geográficas como los trópicos están mal representadas, unos periodos de tiempo están mejor registrados que otros...”, explicó el investigador.
Para corregir estos sesgos, el científico y su equipo (formado por franceses, ingleses y canadienses) utilizó un método de modelización estadística, que calcula las probabilidades de las causas a partir de la observación de elementos comunes.
Seleccionaron 1.600 fósiles que pertenecían a seis familias de dinosaurios, entre los cuales se encuentran los emblemáticos tiranosaurios, triceratops y hadrosaurios.
Los investigadores confrontaron las estadísticas con datos medioambientales ya conocidos.
Los resultados mostraron una correlación perfecta con las curvas climáticas: “A medida que la tasa de desaparición de las especies aumenta, en paralelo, las temperaturas caen”, analizó el experto.
Esta baja de las temperaturas, que hizo perder a la Tierra de 7 a 8 grados, coincide “justo” con el declive de los dinosaurios.
Estos gigantes no eran capaces de producir su propio calor corporal, como lo hacen los humanos.