Covid-19: vacunas y sentido común, la estrategia británica de cara al invierno
Boris Johnson, muy criticado por su gestión de la pandemia, expresó que si bien “las cifras de infección son actualmente altas, están dentro de los parámetros previstos”.
Pese a que los nuevos casos de Covid-19 se dispararon en el Reino Unido, superando la barrera de los 40.000 diarios, el Gobierno mantiene la reapertura del país y tiene el “Plan B” listo paraimplementar.Laeventual medida incluye el regreso obligatorio del tapabocas y no descarta confinamientos.
La nueva normalidad se ha ido construyendo a nivel personal y colectivo en Inglaterra. Con el fin de las restricciones por la pandemia de coronavirus, hace tres meses, cada persona ha ido adaptándose a las nuevas dinámicas.
Las mascarillas todavía son obligatorias en el transporte público y en lugares o espacios cerrados donde no es posible conservar medidas de distanciamiento social, pero no legalmente requeridas.
Pero cada día son menos quienes las utilizan incluso en el transporte público. Ya no hay leyes que exijan su obligatoriedad.
El sistema de salud insiste que el riesgo se mantiene y que la pandemia sigue siendo una realidad.
El profesor asociado y virólogo clínico de la Universidad de Leicester, Julian W. Tang, afirmó que “como siempre, el plan del Reino Unido se ve bien en el papel, al igual que las iniciativas anteriores de prueba y rastreo”, pero advierte que “la retórica no siempre corresponde con la realidad”.
Incertidumbre
Mientras las temperaturas empiezan a bajar, así como las horas de luz del día, los científicos y los médicos advierten que este será un invierno impredecible.
El virus sigue siendo una amenaza para la humanidad, así como para la salud pública mundial, mientras la población parece haber olvidado su existencia, motivada por no tener mayores restricciones y permitir que cada persona decida qué nivel de cuidado quiere tener.
Sin embargo, las vacunas han sido el factor de confianza para la adaptación a esa nueva normalidad. Y en ellas, el Gobierno ha basado parte de su estrategia para enfrentar no solo el
Covid-19 sino el aumento de las infecciones respiratorias o gripes que son comunes en esta época del año.
La gran diferencia con el invierno 2020 radica en que aproximadamente el 79% de la población del Reino Unido, desde los 12 años, ya se vacunó.
Otro punto importante de esa estrategia es el programa “booster”, la tercera dosis de refuerzo que recibirán al menos 32 millones de personas, desde los 50 años, y quienes tienen una condición de salud vulnerable.
Este plan arrancó hace varias semanas, pero también ha sido altamente criticado por la lentitud para proteger a los más vulnerables. Según “The Telegraph”, menos de la mitad de los elegibles ha recibido la tercera dosis.
“No todo el mundo necesitará refuerzos porque las vacunas actuales aún brindan suficiente protección cruzada en la mayoría de los casos contra enfermedades graves incluida la variante Delta”, explicó Tang.
El Gobierno apuesta en gran medida, despertando grandes críticas, a la responsabilidad personal y al sentido común por parte de la población.
El riesgo de no crear medidas adicionales para invierno es que es muy posible que parte de la población no tenga cuidados adicionales y siga viviendo como si el virus ya no existiera.
Las autoridades médicas del país han advertido que adquirir Covid-19 y gripe al mismo tiempo trae “el doble de probabilidades de morir”, afirmó la jefe de la Health Security Agency en el Reino Unido, Jenny Harries.
La funcionaria agregó que “creo que lo importante de este invierno es que es probable que veamos la gripr, por primera vez en cifras reales, cocirculando con Covid-19”.
Vacunas a los jóvenes
El comité científico que asesora al Gobierno ha recomendado, como en otros países europeos, extender los programas de vacunación a los más jóvenes.
En el caso del Reino Unido, quienes tengan entre 12 y 15 años son ahora elegibles para recibir una sola dosis de Pfizer, pero se dejó abierta la posibilidad para un refuerzo futuro.
La vacunación de los jóvenes arrancó solo el 20 de septiembre y según la BBC, el 15% de los jóvenes en Inglaterra ha recibido una dosis.
El propósito de vacunar a los jóvenes es garantizar que sigan asistiendo a clases presenciales, pero aún se les recomienda que sigan haciéndosetestvariasveces a la semana.
“La inmunización de los niños controlará la propagación del virus a medida que disminuya la inmunidad natural y de la vacuna, siempre que la absorción sea generalizada”, indicó Tang. (France 24).