El básquetbol los une y los separa a los hermanos
Los Larrasolo fueron jugadores de 9 de Julio hasta que decidieron elegir otro camino dentro de la actividad: Andrés dirige en el club y Nicolás es árbitro.
rancisco (30 años), Nicolás (28) y Andrés (26), los tres hermanos Larrasolo, hijos de Horacio y Mariana Ochoa crecieron jugando al básquet en 9 de Julio.
“Yo era del montón”, admite Nicolás.
“Él era el mejor de los tres”, resalta Andrés.
Los dos mayores continúan vinculados a la actividad, transitando caminos diferentes.
“De chico miraba a los árbitros y dirigía Minibásquet. Le empecé a sentir el gustito, y me resultaba más o menos fácil porque siempre había jugado”, cuenta Nicolás, uno de los integrantes del Colegio de Árbitros.
Andrés empezó a estudiar psicología, después educación física y no había caso, su cabeza estaba en el básquet.
“Salía de cursar a las 12 y a las dos de la tarde estaba acá (en 9 de Julio) hasta la noche”, reconoce.
Su curiosidad por la dirección técnica había empezado mucho antes.
“Me acuerdo que acá durante la mañana estaba Lucho Deminicis con la escuelita, y mi primo (Javier) también había arrancado con alguna categoría. Yo salía del Colegio Nacional, venía en la 512 y me bajaba en la esquina a ver si había alguien. Y pasaba toda la tarde acá. Siempre miré entrenadores. Me gustaba mucho Ariel (Ugolini) que dirigía a mi hermano mayor. Y como pasaba muchas horas acá, además de gustarme, tenía que buscarle productividad a ese tiempo. Así empecé”, resumió Andrés, actual DT de Premini y Mini A, Infantiles B, Cadetes A, Sub 23 y Primera.
Los dos Larrasolo eran, como tantos otros, de esos jugadores que siempre se sentían perjudicados por los árbitros.
“Cuando entré en el Colegio empecé a empatizar con los árbitros, algo que como jugador no tenía”, confesó Nicolás.
Andrés, por su parte, fue aprendiendo y absorbiendo
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