Fabián Blengino: “Se demostró a él mismo que lo podía hacer”
Guido Pella llegó a los 14 años a Buenos Aires y allí se encontró con Fabián, mucho más que su formador tenístico.
n vínculo que trascendió el deporte y la faceta de entrenador y jugador. Las circunstancias situaron a Fabián Blengino en un momento crucial de la vida de Guido Pella, a quien guió en sus primeros grandes pasos tenísticos.
Mucho más que un mentor deportivo. Prácticamente, un tutor de vida.
Eso último, al margen de las enseñanzas propias de la raqueta y la pelotita, sitúa a Blengino en un peldaño valorativo especial.
Guido dejó a espaldas su vida en la ciudad y se embarcó, con apenas 14 años,
Ua un mundo cargado de interrogantes y completamente desconocido. Y allí apareció en escena Fabián, recibiendo a ese adolescente de rulos, con sus dos bolsitos y el raquetero plagado de sueños. “Me acuerdo que llegó, empezamos a jugar en la cancha 17 del Parque Norte, y cuando terminó la práctica le dije a otro profe que estaba conmigo: ‘este chico va a ser 20º del mundo’. Y Manu (Del Rey) todavía se acuerda de esa frase y no lo puede creer. Podría haber dicho que iba a llegar a ser Top Ten (risas)”, le contó Blengino en exclusiva a La Nueva.
“Con Guido prácticamente compartí más cosas que con mi hija o mi familia. Millones de viajes juntos, habitaciones, autos, charlas, etc. Es un vínculo que trasciende el tenis, llegamos a conocernos a fondo. Lo mismo con sus padres, a quienes los considero familia aunque no nos veamos seguido. Es gente que está siempre, con sentimiento mutuo”, remarcó Blengino, ex entrenador de Guillermo Coria.
—¿Qué cosas viste de ese Guido que te llamaron la atención?
—Fueron un mix de cosas; desde el control de pelota, la postura para golpear y ni hablar de la técnica, obviamente. Después todo se fue mejorando, pero de entrada ya noté el talento y el buen material. Al poco tiempo de entrenamiento le fue yendo cada vez mejor y competía realmente muy bien.
—Seguramente hubo que brindar también un gran soporte humano. ¿No?
—Acá en nuestra academia siempre, históricamente, se armaron muy buenos grupos, tanto de profes como de chicos. Y cuando viene alguien que es complicado, el mismo grupo los echa. Y creo que esa contención, buena energía y compañía lo ayudó mucho a Guido a formar una especie de ‘familia’ y sobrellevar ese tiempo de soledad. Siempre tuvimos muy buena relación con él, tratando que nunca le falte nada, que esté acompañado y lo mejor posible.
Por todo lo mencionado y descripto anteriormente, no es casual que las últimas estocadas de Pella dentro del profesionalismo se hayan dado junto a Blengino.
Incluso el propio entrenador ya percibía los planes del bahiense, previo a conocer su decisión final.
“Lo percibía desde principio de año prácticamente. Sabía que eran estos torneos con ranking protegido, más alguna chance que pueda surgir de ello, y no mucho más. Podría haber seguido, estaba en un nivel muy alto, y muy pocos pueden pasar de cero puntos a 180º en el ranking en menos de un año”, comentó.
“Hizo una carrera increíble. Tiene 33 años y medio, tampoco es un chico. Un año más o uno menos, no cambiaba la cuestión. Vivió muchas cosas en poco tiempo; de estar inactivo, a volver y hacer semejante esfuerzo, teniendo que lidiar con la rodilla y demás. Hizo más de lo que esperábamos en este tiempo, y también se demostró a él mismo que está a nivel y que lo podía hacer”, contó.
—¿Sorprendió estar en semejante nivel para tanta inactividad?
—A mí sinceramente no me sorprendió lo que mostró en cancha. De hecho, el primer día que entrenó después de mucho tiempo, sentía la pelota muy bien. A Guido lo considero uno de los mejores competidores del circuito. Sabés que para ganarle tenés que dar el 100% en cada partido, y es un tipo que entiende muy bien el juego.
“Había 12 torneos de acuerdo a lo que permitía el ranking protegido y era más que nada aprovechar eso. También la parte buena de volver a entrenar, jugar y aprovechar esa oportunidad de estar en los mejores torneos nuevamente. Digamos que fue una especie de último baile”, refirió Blengino sobre la última etapa profesional de Pella.
“!La gente cree que el tenis es viajar, jugar y listo. Pero no, cada viaje es una presión constante, sufrimiento y derrotas. No podés aflojar.”
Apariencia y realidad
La verdadera cara del tenis, con sus lujos y todos los desplantes, solo la conocen los que están inmersos.
Hay un abismo entre lo apreciado a través de una pantalla y el verdadero rol protagónico en el deporte.
“La gente cree que es solo viajar, jugar y listo. Pero no, cada viaje es una presión constante, sufrimiento y derrotas; no podés aflojar un solo día, no hay vacaciones, apenas un día de descanso y devuelta a darle. No hay respiro, es un trabajo", afirmó Blengino.
—Un trabajo individual y sumamente competitivo.
—Para mí el tenis es el deporte que más te endurece la cabeza. En un partido estás solo y pasas por todas las sensaciones, desde sentirte vencedor, al peor del circuito, y siempre resistiendo todo sin nadie más al lado. Jugás y perdés todas las semanas y eso hace que seas un animal de combate.
“Te bancas lo que venga, porque sino no llegás. Y aparte, en el tenis solo hay lugar para los 100 mejores, los demás no ganan plata. Y Guido tuvo una claridad mental tremenda para entender todo eso y tomar decisiones. Es un chico muy correcto, educado, honesto, que no te va a hacer ninguna maldad. Llegó a ser 20° del mundo, su carrera fue increíble”, cerró.