Lotes en Villa Espora
Hace 75 años, en septiembre de 1948, la firma Carlos y Mario Oscar Macagno sacó a la venta 571 “excepcionales lotes” de la que sería “La gran villa-Parque Espora”.
Destacando su ventajosa ubicación –a un paso de la Base Aérea Espora y Villa Harding Green–, el lugar era ofrecido para usos como quinta, residencia temporaria o permanente. Con una ventaja como era estar “sobre asfalto”, a pocos metros de la hoy ex Ruta 3 a
Buenos Aires. Se destacaba además su cercanía al “trío perfecto”: el Aeródromo Comandante Espora, la Aeroposta Argentina y el Aero Club.
La venta se hacía con una base de $ 3,25 por mes, en 120 meses, sin interés. Ese año, el valor de la moneda extranjera era de $ 6, con lo cual el pago mensual era cercano a los dos dólares. El comprador debía pagar diez cuotas como seña a cuenta y otros diez a los 15 días. La posesión era inmediata, cada lote amojonado y el escrituras “perfectas y definitivas”.
El día del remate salieron ómnibus, sin cargo, desde las oficinas de San Martín 32 o desde Punta Alta, frente al Bar Central.
Lo singular del complejo barrial era su particular diseño, organizado alrededor de una plaza central circular, ocupando un terreno de forma cuadrada organizado en 24 manzanas irregulares, con un trazado en damero y cuatro calles diagonales desde cada uno de los vértices del cuadrado.
“Espora. Las tierras altas de Bahía Blanca. Llamadas por el acrecentamiento propio de la ciudad a constituir uno de los rincones más hermosos por su naturaleza e inmejorable paisaje, donde los bahienses habrán de encontrar la masa apropiada para constituir su hogar alejados del movimiento de la gran ciudad.
Villa Espora no llegó a desarrollarse según aquel trazado original y salió a la luz hace unas semanas, cuando trascendiera que el lugar había sufrido un supuesto ataque alienígena.