Tavoliere: “Pensé en dejar el fútbol, pero a los 30 años no me podía dar por vencido”
Después de 10 meses y 23 días de haberse roto la rodilla por segunda vez, “Facu” volvió al arco de su amado Villa Mitre.
Te acordás cuando Martín Palermo, en Boca, tachaba en un afiche los goles que iba convirtiendo a medida que se acercaba a los 200; bueno, yo hice algo parecido, pero borraba días como los presos tratando de imaginar ese regreso tan esperado a las canchas”.
Ocurrente como siempre, Facundo Tavoliere trató de resumir en un mano a
Nueva. mano con La los 10 meses y 23 días que estuvo sin atajar oficialmente con el 1 de Villa Mitre, desde aquella fatídica lesión ocurrida
“en el clásico frente a Olimpo, el 6 de noviembre del año pasado, 0-0 en el tiempo regular y clasificación del tricolor a la final del Federal A.
“Tiene el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda cortado, deberá ser intervenido quirúrgicamente”, era el diagnóstico del doctor Ariel Carli 48 horas después y tras analizar la resonancia que se había efectuado el golero.
“Era la segunda vez que me pasaba en la misma rodilla, por eso, más allá de que soy un tipo súper positivo, me invadieron un montón de dudas y temores que después se fueron disipando con el tiempo”, arrancó “Balú”, que el sábado pasado volvió a sentir la adrenalina de un partido por los puntos: fue inicial y disputó los 90 minutos en el 0-0 de la Villa ante Sporting por la décima fecha del Clausura liguista.
“Me operó Alberto Tulli un mes después, y a partir de ahí el tiempo pasó volando”, contó el cuidapalos que a los 9 años dejó La Armonía para pasar a Villa Mitre, colores que no abandonó nunca y donde lleva 258 encuentros entre torneo local, Federal B, A y Copa Argentina.
“Pude haber vuelto antes, me sentía fuerte, seguro y bien, pero el médico la estiró un tiempito más para que el injerto cadavérico que me pusieron se adapte definitivamente al organismo. Eso derivó en controles permanentes y varios ejercicios de fuerza, por lo que recién arriesgamos cuando el cuerpo ya lo había asimilado. El mejor consejo que me dieron fue no apurarme para no hacer macanas”, describió sin olvidarse de nada.
--Perdón, ¿cadavérico dijiste?
--Sí, me explicaron que es un tendón que viene de un banco de donantes, que suelen solicitar los médicos y que es más resistente que otros. Me aseguraron que este no se va a romper, y que debido a eso el tiempo de rehabilitación se prolongó más de lo debido.
Por supuesto, busqué la definición en google: “Es, como su nombre lo indica, el ligamento de un cadáver, o mejor dicho, de un donante. Consiste en un tendón (Aquiles, peroneo, tibial anterior, rotuliano, isquiotibial,…) procedente de una persona fallecida que ha donado sus órganos para trasplante, y se utiliza en lugar de una plastia de un tendón propio”.
--Facu, ¿imposible sa
258
Presencias. De Tavo en Villa Mitre, club donde debutó en Primera división y el que siempre defendió. Le anotaron 231 goles y lo expulsaron en una ocasión. ber de donde vino ese tendón?
--Ja, ja... De un banco de Rosario, lo que no sé es si era un injerto joven o de un adulto. Si espero es que haya sido de un arquero, no sé, de alguno actual, de Gerónimo Rulli por ejemplo.
--Pero es nacido en La Plata y ataja en el Ajax de Países Bajos.
--Igual, me encanta... (risas). Lo importante es que todo haya salido bien y que en mi primer partido del año ni siquiera se me pasó por la cabeza pensar en la rodilla.
--A propósito, ¿cómo te sentiste en tu regreso al arco?
--Muy bien, pero quería que pase rápido, sobre todo el segundo tiempo, cuando más trabado y aburrido estuvo el trámite. Quería sacarme de encima esa ansiedad por un “debut” tan esperado; con el pitazo final del árbitro (Gabriel Spinella) solté el aire contenido y me dije a mi mismo: “estamos en carrera otra vez”. Mantuve la concentración y la comunicación con los chicos, que por ahí no tienen tanta experiencia y necesitan que los ordenen y los mantengan activos.
“Sporting es un equipo intenso, complicado, que literalmente nos cagó a pelotazos en la etapa inicial, donde tuve más laburo que el plomero del Titanic (sic). Pude resolver bien las veces que me llegaron y no tuve complicaciones a la hora de jugar con los pies.
Se lo tuve que preguntar, porque el rumor suele terminar en la ratificación o rectificación de la persona involucrada.
viste te agrandás y hablás más que antes´. Sí, tal cual, que se la aguanten loco, porque mientras yo no podía entrenar con ellos o hacía tareas diferenciadas, me mataban, se me cagaban de risa y yo no sabía que era lo que cuchicheaban”.
--¿Tenés a alguno en la mira?
--A Peralta (Martín). Cuando yo todavía no había empezado a hacer fútbol, Carlos (Mungo, el DT) se reunía con el plantel en el vestuario y el “Tucu” me gritaba: “Balú, esperá un cachito afuera que vamos a tener la charla”; me daba a entender que yo no tenía nada que hacer ahí con ellos. Una lacra, pero yo le decía que espere el vuelto, que en algún momento iba a llegar.
--¿Hubo venganza?
--En estos días lo estoy boludeando mal, cada vez que quiere meter un bocado lo hago callar: “suplente, cerrá la boca”.
--Buena onda.
--Te diría que excelente. Cuando estás tanto tiempo inactivo por una lesión, por lo general te enojás y te molesta todo, pero yo al contrario, nunca perdí el humor y me prendí en todas las jodas que podía, sobre todo si había que tomar
Futbolísticamente estamos mejor que Olimpo, es lo que vemos hoy, aunque será difícil arrebatarle el 1 de la Zona", se sinceró "Balú".
algún compañero de punto. Suelo tirar chistes que sumen, no sé, soy de una manera y no la voy a cambiar ahora a los 30 pirulos. Me considero un tipo alegre y cero pesimista.
--Esos “personajes” que rompen el hielo.
--Puede ser, pero me sé ubicar, si Carlos está hablando en serio nadie puede sacar los pies del plato, aunque a veces el DT liga también. Este es un grupo hermoso, es un placer poder disfrutarlo.
El amor es más fuerte
“El mes que pasó antes de la operación fue heavy, era la segunda vez que se me rompía la misma rodilla y no tenía ganas de empezar de cero otra vez. Hablé con mi señora (Daiana Saban) y le manifesté la posibilidad de tirar la toalla, de largar todo, que tranquilamente me podía enfocar en otro trabajo, que si me acompañaba hasta podía agrandar el emprendimiento que tengo (vende yerba mate). Era un momento de confusión...”, admitió “Facu”.
“¿Qué me dijo ella? Que me deje de pensar pavadas, que tenía 30 años y que podía seguir jugando un largo tiempo más. Renegué mucho, era andar con muletas otra vez, pero sus palabras pesaron muchísimo al moa mento de tomar la decisión, por eso enseguida me saqué los fantasmas de mi cabeza y le metí para adelante”, indicó “Tavo” en su casa, mientras sus hijas (Morena, de 13 años, y Emilia, de 3) miraban la tele con el volumen bajo.
“Lo que más ruido me hacía es que, como hago todo yo y no puedo quedarme quieto, no quería demandar ni pedir nada; no estoy acostumbrado a que me sirvan. Pero mi familia y mis amigos me ayudaron, como José `Pepe´ Fernández (entrenador de arqueros en Villa Mitre), un fenómeno para contagiarme ánimo todos los días”. --¿El club acompañó? --Sí, aunque la RT fue la que cubrió todos los gastos. Llevó 21 años ligado al tricolor, sé su gente banca incondicionalmente. No me quiero olvidar de la psicóloga, quien me ayudó a analizar, con ventajas y contras, los pensamientos que me iban surgiendo. En un momento reaccioné: “que tarado que soy, cómo voy a dejar el fútbol si es una decisión que va en contra de mi voluntad”. Ya está, sigo siendo el mismo de siempre...(risas).