Rechazan una demanda económica por un perro atropellado en el centro
La familia de “Negrito”, cuyo caso se hizo viral en 2019, una vez conocido el hecho frente a la cochera de sus dueños, en San Martín 38, terminó sin sanción para el automovilista que escapó del lugar.
Sin sanción concluyó la demanda contra un automovilista que a mediados de 2019 se hizo viral por atropellar y provocar la muerte de "Negrito", un perro de la calle que había sido adoptado por los dueños de la cochera de San Martín 38, en pleno centro de la ciudad.
Luego de la causa penal, que terminó con la absolución de Roberto Francisco Gutiérrez, la familia del animal -tras fracasar una mediación- impulsó una acción civil por daños y perjuicios contra el conductor del Citroen Cactus que el 7 de mayo de 2019 arrolló a la mascota y se dio a la fuga -secuencia que quedó registrada por las cámaras-, lo que profundizó la indignación social en ese momento.
En las últimas horas, la Sala I de la Cámara Civil ratificó un fallo de marzo pasado de la jueza María Fernanda Arzuaga y desestimó el planteo, con las costas a cargo de la parte derrotada.
De todas maneras, los abogados de la familia de "Negrito", apoyados por sectores mascoteros, buscarán agotar las instancias recursivas.
Los camaristas Fernando Kalemkerian y Marcelo Restivo consideraron que la desafortunada reacción del perro fue causante decisiva del resultado fatal, sin dejar de advertir que no se juzga "la calidad humana" del automovilista, "que puede dejar mucho que desear" sino "su participación causal adecuada en el lamentable deceso".
La Justicia, partiendo de la base de que los demandantes consideraban a "Negrito" como parte de su familia, asimiló el caso (con expresas reservas de la
Inteligencia. Los jueces consideraron "ociosas" las divagaciones acerca de "Negrito" o su inteligencia sobresaliente, "capaz de distinguir el estado del semáforo". La Cámara asemejó la situación con el cuidado de niños y la responsabilidad de los padres.
Rasgos. "Cualquiera que haya criado hijos pequeños sabe que, no obstante por momentos exhiben rasgos de inteligencia, también tienen otros de profunda torpeza o al menos, de escasa consciencia de la autopreservación", explicaron. comparación) al de los menores, concluyendo que pesaban obligaciones de tenencia responsable.
Cuatro testigos declararon en el fuero Civil acerca de que "Negrito" circulaba por la cochera con absoluta libertad y que se cruzaba a la plaza Rivadavia, lo cual se contrapone con el deber de cuidado de los dueños del can, más allá de lo que marca la ordenanza 13.948 (vigente al tiempo de los hechos) sobre la obligación de transportar a las mascotas por la vía pública con correa y collar.
En la apelación, la familia del perro marcó distintas situaciones.
Por ejemplo, que el Citroen salió marcha atrás de la cochera (está prohíbido), que su conductor debió mirar para adelante y sentir el impacto del animal, pues el auto se ladeó y que también tuvo que escuchar el aullido de dolor, pese a haberlo negado.
También dijeron que Gutiérrez pretende convertir a un perro "amado, cuidado y respetado, no solo por sus guardianes sino por toda la comunidad bahiense" en un peligro para vehículos y peatones.
Remarcaron que "Negrito" tenía "plena consciencia" del espacio, conocía los peligros del tránsito vehicular y sabía perfectamente como evitarlos.
"Cruzaba la calle respetando el semáforo y la detención de los autos", dijo la familia, para agregar un testimonio que lo calificaba casi como "una persona, muy despierto".
Por último, remarcaron el concepto de "familia interespecie", luego de que la jueza de primera instancia, a su criterio, "menospreciara" la relación afectiva que tenían con "Negrito".
"Con la mayor seriedad"
La Cámara, antes de evaluar la prueba, consideró que se trató de un hecho que "ha sido de lo más desgraciado y ha de haber producido una profunda mortificación en la familia del apelante".
"No tengo motivos para poner en tela de juicio sus sentimientos hacia el malaventurado animal, y no creo que tampoco la magistrada de grado lo haya hecho, en lo más mínimo", dijo el camarista Kalemkerian.
En la misma línea, remarcó que no vio "una sola línea" en el fallo de origen en el cual se menospreciara las relaciones entre humanos y animales y que, por el contrario, el asunto se evaluó "con la mayor seriedad".
"Más allá de la salida en reversa (del auto), cuestionada hasta el cansancio, el desafortunado accidente se produjo una vez que el automovilista se incorporó al tránsito, oportunidad en la que “Negrito” se ubicó súbitamente debajo del rodado, desde una altura en la que difícilmente pudo ser advertido, incluso cuando lo haya sido antes", afirmó la Cámara.
"La desafortunada reacción de 'Negrito', a mi modo de ver, contuvo todo el aporte causal adecuado en el lamentable desenlace, quebrando el nexo entre el accionar del vehículo y el daño, que quedó así reducido a una mera condición despojada de gravitación", agregó.
Los camaristas descartaron de plano la hipótesis que el perro se pudiera haber excitado porque el coche al mando de Gutiérrez salió de reversa.
"Por espabilado que pudiera haber sido 'Negrito', dudo de que tuviera la capacidad de distinguir que el automóvil se desplazaba de modo antirreglamentario. La excusa orilla el absurdo", dijeron.
La Cámara no descartó que la familia esté perturbada por su posible negligencia en el cuidado del animal, aunque más allá de buscar culpas prefirió abordar la situación en cuanto a que "el accionar de 'Negrito' fue causalmente determinante del resultado".
Y también resaltó que la ley vigente no permite hablar del perro como "una víctima" sino, a lo sumo, de su familia como "damnificados directos".
Por último, sobre la fuga del automovilista, si es cierto que se dio cuenta de que había arrollado a "Negrito" y se retiró, "por mucho que cause indignación carece de relevancia causal desde que fue una circunstancia posterior al hecho y había otras personas que socorrieron al animal".