Salud: ¿cómo podrían revolucionar las IA la vida de los ancianos del futuro?
Los robots ya forman parte de la vida en muchos hospitales. En el futuro también podrían actuar como auxiliares de enfermería y ayudar a los ancianos en el hogar.
as herramientas de inteligencia artifical predictiva podrían anticipar el desarrollo de una enfermedad, la aparición de una epidemia o ayudar a los médicos a elegir un tratamiento.
Pero eso no es todo: la expansión del mercado cambiará nuestra forma de envejecer, afirma el ingeniero francés Alain Monteux, experto en el sector de la salud conectada y la atención domiciliaria.
El concepto básico de inteligencia artificial (IA) es el uso de máquinas para ayudar a los humanos a realizar determinadas tareas, desde las menos hasta las más sofisticadas. El programa ChatGPT ha suscitado el debate en torno a este tema, pero no es nuevo.
Los robots que ayudan en las intervenciones quirúrgicas, por ejemplo, ya forman parte de la vida cotidiana en muchos hospitales. Pero en el futuro también podrían actuar como auxiliares de enfermería y ayudar a los ancianos en casa, por ejemplo.
El ingeniero Alain Monteux dirige la empresa Tunstall Vitaris, pionera en asistencia sanitaria a distancia. También es miembro del comité de salud de la Asociación de la Economía Digital, una organización francesa que pretende seguir y acelerar las transformaciones del sector.
Según él, es imposible predecir la evolución en la salud conectada, que está mejorando rápidamente: “La inteligencia artificial, lo digital y las herramientas asociadas avanzan muy rápido. Es difícil anticipar el futuro. Por eso hoy hay que invertir en cómo mejo- rar los servicios”.
La idea es utilizar algoritmos predictivos para pasar de la reacción a la prevención. En lugar de rescatar a un anciano que se ha caído en casa, por ejemplo, en el futuro será posible saber qué riesgo tiene de sufrir un accidente, incluso antes de que ocurra.
“Así podremos intervenir
Ly poner en marcha acciones para evitar algo grave. Apostamos por la transición de un mundo reactivo a una lógica preventiva”, reitera. La gestión de datos será uno de los grandes retos del sector en el futuro. Según el experto francés, la empresa de salud conectada que dirige, por ejemplo, recibe unos tres millones de llamadas telefónicas al año. Saber analizar y seleccionar la información generada por las llamadas será esencial para definir las necesidades de los usuarios.
En lugar de rescatar a un anciano que cayó en casa, en el futuro será posible saber qué riesgo tiene de sufrir un accidente, incluso antes de ocurrir.
“Para mantener a los mayores de 80 años en casa, hay que integrar todos los aspectos que rodean su salud. La mayoría tiene más de una enfermedad crónica. Controlar estas enfermedades les permitirá seguir viviendo en sus casas. Integrar los datos sobre estas patologías hará que los servicios de atención sean más pertinentes”, detalla.
En la actualidad, explica Alain Monteux, la teleasistencia conecta al paciente con un centro de llamadas 24 horas, que puede activarse pulsando un botón. En los próximos años, el objetivo es que esta conexión con la central se realice a través de sensores instalados en las habitaciones de las casas.
Los dispositivos podrán medir el consumo de agua y electricidad o contar, por ejemplo, cuántas veces abre el frigorífico una persona. Los relojes inteligentes y otros objetos conectados también podrán utilizarse en la gestión del bienestar en el futuro.
Todas estas herramientas permitirán el contacto directo con el centro asistencial, pero también concentrarán información como el número de pasos, la presión arterial, la velocidad de movimiento o el ritmo cardíaco.