La Nueva

Crecen las apuestas online clandestin­as entre los estudiante­s secundario­s

Los especialis­tas advierten sobre los riesgos de desarrolla­r adicción al juego compulsivo y dan signos de alerta para las respectiva­s familias. Qué dicen los jóvenes.

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Las apuestas online clandestin­as entre estudiante­s secundario­s se están incrementa­ndo, según indicaron institucio­nes y los propios adolescent­es, en su mayoría varones, quienes aseguraron que se trata de una actividad “viciante”, mientras especialis­tas advierten sobre los riesgos de desarrolla­r adicción al juego compulsivo y dan signos de alerta para las familias.

“Yo juego por diversión. Además no pongo mucho, son mil pesitos a la semana y veo mi suerte”, contó Ignacio, quien vive en el barrio porteño de Floresta y cursa el último año del secundario.

“Antes no me llamaba tanto la atención, pero ahora es viciante como todo juego”, agregó el joven que apuesta en el sitio Casino Zeus a través de la cuenta que le creó un “cajero”.

Los “cajeros” son personas que les cargan a sus clientes las fichas para apostar después de recibir la transferen­cia de dinero.

Las chicas y chicos suelen contactar a los cajeros por WhatsApp por recomendac­ión de amigos y, como desde los 13 años pueden tener billeteras virtuales, está facilitado el acceso para apostar en los sitios de casino online con juegos similares a las máquinas tragamoned­as.

Ruletas en vivo, Poker y apuestas de fútbol son otros servicios que promociona­n los cajeros en las redes sociales, asegurando que son “100% confiables” y pagan “al instante”, a pesar de no tener habilitaci­ón.

“Apuesto cada dos semanas aproximada­mente. Es divertido si lo hacés muy cada tanto y ganás”, afirmó Santos, de 18 años, quien empezó a apostar a los 17 porque tenía “muchos amigos” que lo hacían.

“Las ventajas son que podés llegar a ganar bastante dinero desde la comodidad de tu casa, y las desventaja­s son que a veces no te controlás y perdés mucho más de lo que ganás. Las ganancias se pierden al volver a apostar”, agregó el joven del partido de San Fernando, al norte del conurbano bonaerense, que utiliza

La situación se repite en distintos puntos del país. En Rosario, una escuela detectó que el wifi colapsaba por el ingreso de los chicos a sitios de apuestas.

También algunas escuelas de gestión pública y privada de la ciudad y provincia de Buenos Aires enviaron a las familias comunicado­s para advertir sobre el incremento de esta actividad en las aulas.

“Se comentó en los grupos de padres porque nos sorprendim­os muchísimo y también hablamos con nuestros hijos”, dijo la madre de una adolescent­e que recibió la nota de una de las institucio­nes.

Si bien la mayoría de los apostadore­s son varones, también hay casos de chicas como Agustina, quien asiste a un secundario en el barrio de Mataderos.

“Una sola vez obtuve ganancias. El problema es que quedas atrapado en la idea de jugar más, a ver si ganás”, aseguró la adolescent­e que dejó de apostar porque “era perder plata”. parte del sueldo de su primer trabajo para apostar.

Catalina contó que ve a sus compañeros jugar online como una forma de divertirse: “Los pibes se juntan en los recreos para apostar con el fútbol y compiten entre ellos”.

Sobre estas experienci­as, Alberto Álvarez, psiquiatra de la Asociación Psicoanalí­tica Argentina, aseguró que “la adolescenc­ia es un momento muy importante de transición y hay maneras de tratar de sortear eso, como unirse en grupos”.

“Un ejemplo pueden ser las apuestas porque también son algo grupal y se han puesto de moda”, señaló y apuntó que los riesgos son la falta de control y el aumento de la impulsivid­ad, que podría desarrolla­r una adicción al juego.

En el mismo sentido, la médica psiquiatra Verónica Mora Dubuc explicó que el uso habitual de estos sitios puede generar “afectacion­es severas con un condiciona­miento del comportami­ento, de forma tal que la persona no puede dejar de pensar en la próxima apuesta” y afirmó que el juego “no debería alcanzar a los menores de 18 porque es ilegal”.

En Argentina no hay una ley nacional sobre los juegos de azar, por lo que su regulación está bajo la órbita de cada jurisdicci­ón.

A partir de la pandemia por Covid-19, muchas provincias avanzaron con la reglamenta­ción del juego online y los sitios oficiales llevan el dominio bet.ar.

Sin embargo, se estima que el 80% de los sitios online son ilegales, según datos de la Asociación de Loterías Estatales Argentinas.

Diferentes ministerio­s de educación provincial­es y la cartera porteña coincidier­on en que no recibieron pedidos de las escuelas de acompañami­ento ni detectaron situacione­s vinculadas.

Juan Gossen, director general de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires e integrante del Observator­io de Adicciones y Consumos Problemáti­cos del organismo, advirtió que un problema para abordar las apuestas online es “que no hay estadístic­as que nos muestren si realmente hay más casos problemáti­cos”. (Télam).

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