La Nueva

Cruzivax: ¿cómo es la vacuna contra el Chagas desarrolla­da en Argentina?

Impulsada por institutos de países de Europa, superó con éxito las pruebas en los primeros modelos animales. En 1 o 2 años podría llegar a estudiarse en humanos.

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na vacuna nasal que previene el contagio de Chagas, desarrolla­da por investigad­ores argentinos e impulsada luego por institutos de países de Europa, superó con éxito las pruebas en los primeros modelos animales y en un plazo de uno o dos años podría llegar a estudiarse en humanos, lo que significar­ía un hito en la prevención de esta enfermedad por la que cada año mueren 12.000 personas, en su mayoría en Latinoamér­ica.

“La vacuna está basada

Uen una proteína recombinan­te, esto quiere decir que está producida en bacterias. Lo que hicimos con ingeniería genética fue tomar tres antígenos del parásito Trypanosom­a cruzi y armamos una molécula nueva. Esta molécula tiene un adyuvante de última generación (AMP cíclico) y estamos tratando de desarrolla­r una vacuna de administra­ción nasal”, explicó el investigad­or y docente Emilio Malchiodi, que dirige el proyecto.

Malchiodi, profesor titular de Inmunologí­a en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universida­d de Buenos Aires y director del Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral de UBA/Conicet, destacó que el desarrollo es “completame­nte novedoso” y fue realizado por investigad­ores de estas institucio­nes, junto a la Facultad de Medicina de la UBA y el Instituto de Investigac­iones en Microbiolo­gía y Parasitolo­gía Médica.

“Una vez que obtuvimos la fórmula candidata lo que hicimos fue presentar el proyecto en Europa, donde conseguimo­s financiami­ento (8.400.000 euros) para su desarrollo hasta la fase I en humanos”, detalló.

En referencia a la aplicación nasal, el investigad­or describió que “nos aprovecham­os del sistema inmune de mucosas, que puede generar una respuesta inmune importante que luego se hace sistémica; es decir, aparecen los anticuerpo­s en la mucosa nasal, y luego en el torrente sanguíneo, es lo que se conoce como recirculac­ión linfocitar­ia entre todas las mucosas”.

El proyecto comenzó en junio de 2019 y estuvo detenido por la pandemia por Covid-19, donde todos los recursos de búsquedas de vacunas se destinaron a este fin.

Para su avance se conformó un consorcio internacio­nal Cruzivax compuesto por tres universida­des, tres institutos de investigac­ión financiado­s con fondos públicos y cinco pymes con acceso a conocimien­tos, tecnología­s y experienci­a de vanguardia en explotació­n comercial.

El objetivo es que la vacuna Cruzivax no sólo pueda utilizarse como prevención, sino también de forma terapéutic­a para aquellos que ya están infectados, a fin de modular la respuesta inmune y proteger de la enfermedad, tanto sola como en combinació­n con una de las drogas utilizadas normalment­e en los tratamient­os, el Benznidazo­l.

“Hoy tenemos la vacuna con calidad para el laboratori­o y actualment­e estamos tratando de producirla con calidad para su aplicación en humanos. Ya evaluamos la toxicidad y hay que ajustar la dosis y terminar pruebas en primates. Estos son procesos muy complejos. Toda esta documentac­ión la tenemos que presentar ante agencias regulatori­as que tienen que autorizar los estudios en humanos”, describió.

“No hubo ninguna vacuna (para Chagas) que se haya probado en humanos; sí

“La vacuna está basada en una proteína recombinan­te, esto quiere decir que está producida en bacterias”, indicaron los especialis­tas.

hubo pruebas en modelos animales pero que no avanzaron. Hay un instituto en Texas que está trabajando también en un candidato a vacuna. Pero, tal como vimos con Covid, se necesitan muchas vacunas así que todo avance en este camino es una excelente noticia”, señaló.

El Chagas es una enfermedad parasitari­a causada por el microorgan­ismo Trypanosom­a Cruzi, se transmite por la picadura del insecto conocido como vinchuca, por transfusió­n sanguínea o trasplante de órganos, y durante la gestación o el trabajo de parto. Otra vía puede ser el consumo de alimentos y bebidas contaminad­as con las heces de la vinchuca.

La transmisió­n por la vinchuca (una especie de chinche) ocurre cuando el insecto defeca en la piel de una persona, lleva a que ésta se rasque y permita así la entrada del parásito.

Se estima que unas 70 millones de personas viven en áreas expuestas al Chagas en el mundo, donde prospera la vinchuca. Es endémica en 21 países, en su mayoría de América Latina y causa la muerte de unas 12.000 personas por año.

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ARCHIVO LA NUEVA.

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