Propuestas de impacto ante la cercanía de la fecha electoral
La acumulación de sensaciones que impregnan el ambiente político a un puñado de días para las elecciones generales conduce a un escenario poco agradable para el paladar del electorado.
El clima de especulación financiera, tras la escalada del dólar blue y el caranchaje político, mientras las entidades bancarias pedían racionalidad y prudencia a los candidatos presidenciales en sus declaraciones para no generar incertidumbre social, no resultó atractivo.
Se sabe, cualquier suba del dólar engorda la inflación y eso termina impactando en el bolsillo o la canasta alimentaria del consumidor.
Buena parte del oficialismo condenó al candidato por La Libertad Avanza, Javier Milei, por sus “incendiarias” declaraciones en contra el peso y la posterior escalada del dólar, que generaron un efecto bomba sobre el sistema, agravando la crisis económica.
En términos estrictamente electorales, tal vez no haya sido oportuna la decisión del presidente Alberto Fernández de presentar una denuncia penal contra el líder libertario por la supuesta instigación a la disparada cambiaria.
No pocos estrategas de la comunicación del propio oficialismo le imputaron al Presidente haber “victimizado” a Milei y permitirle brindar una ronda de TV casi en cadena nacional para patrocinar aún más su protagonismo mediático.
“Cuanto peor, mejor” parece ser la consigna en clave electoral. Unos y otros deberían comprender que en esa lógica perdemos todos.
El eje discursivo al que el poco optimista oficialismo apela está focalizado en recrear las expectativas de
“El catamarán de UxP se hunde cada día más y parece extraviado en un torbellino de impotencia”, afirman opositores.
un “futuro mejor”, contra un hipotético recorte de derechos sociales si Milei o la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, acceden a la Casa Rosada.
“El catamarán de Unión por la Patria se hunde cada día más y parece extraviado en un torbellino de impotencia ante un deterioro económico que va a terminar afectando la elección de (Sergio) Massa y (Axel) Kicillof”, se entusiasman emisarios del arco opositor buscando vigorizar el semblante anímico.
Claramente, la estrategia discursiva de la oposición apunta a movilizar el voto emocional con las broncas sociales ya acumuladas. Una receta que no siempre rinde buenos resultados ante un electorado con ambición de propuestas sensatas.
“¿Qué significa eliminar al kirchnerismo?, se preguntan en las diagonales. “No parece racional que los discursos de la antipolítica se hayan centrado en la exterminación de un adversario político con dardos envenenados contra Cristina como expresión de lo popular”, agregan.
En la antesala del significativo examen electoral en la provincia, el gobernador Axel Kicillof entiende que más allá de cualquier descontento económico, UxP puede lograr restablecer el vínculo con tradicionales votantes del PJ, sobre todo del Conurbano, muchos de los cuales terminaron respaldando la propuesta de los libertarios en las primarias de agosto pasado.
En la Gobernación de calle 6 creen que de la mano de la militancia -la red social más grande que tiene el kirchnerismo- todavía tienen que encarar la difícil misión de explicarle al bonaerense lo que implica elegir “las boletas del palo y ajuste o de la motosierra” que representan los opositores.
“Ambos sectores con blindaje mediático apuntan a achicar, a excluir y a poner en riesgo un Estado activo, presente con políticas públicas que buscan impulsar el crecimiento económico y la distribución de la riqueza”, señalan las voces oficialistas, en búsqueda de consolidar el voto propio, tras reiterar que son tiempos donde se debaten dos modelos de país.
“Las fórmulas del ajuste implican el olvido de pueblos que necesitan más educación, salud e infraestructura” en toda la Provincia, enfatizó días atrás el gobernador ante ministros, legisladores y candidatos a intendentes por
UxP en distritos de la Sexta.
Mientras tanto, la disputa electoral de “tres para una sola silla” en la sede platense de la Gobernación sigue su recorrido siempre teniendo en cuenta que en la elección bonaerense se define por un voto. No hay segundas oportunidades.
En el comando de campaña de Juntos del postulante a gobernador, Néstor Grindetti, además de practicar antikirchnerismo puro se enfocan en destacar la falta de experiencia de la aspirante Carolina Píparo, quien a su vez también ataca “la casta política”, como repite el manual del jefe de su espacio de LLA.
Aún opacado por la agenda nacional, Grindetti, junto a su compañero de fórmula el radical Miguel Fernández, sigue adelante con múltiples giras por municipios del interior buscando fortalecer el armado territorial, desplegando su combo de propuestas y atacar a los gobiernos nacional y bonaerense.
“Las preocupaciones de la gente pasan en general por la economía, pero somos somos la única coalición opositora con experiencia de gestión y poder territorial y en ese contexto tenemos una enorme fortaleza para poder barrer al kirchnerismo en la Provincia”, señalan interlocutores de los halcones de Juntos.
Desde esa lógica entienden que el voto útil opositor debe estar dirigido al espacio amarillo por tener "reformas profundas y gobernabilidad", a diferencia de Píparo que no tiene equipo ni experiencia de gestión.
También Grindetti parece tener en claro que los candidatos a intendentes sacan más votos que las opciones a gobernadores y que son vitales a la hora de definir la elección.
El eje discursivo del oficialismo es hablar de un “futuro mejor” contra un recorte de derechos, si ganan Milei o Bullrich.