En la víspera electoral: “Procuramos terminar con el fraude y el caudillismo”
Conciudadanos: El pueblo de la República está en vísperas de expresar su voluntad soberana, eligiendo los gobernantes y legisladores a quienes confiará los altos destinos de la patria. Este acto trascendental se desarrollará bajo la garantía de absoluta prescindencia del gobierno y de medidas que aseguren el acatamiento de esa voluntad.
El gobierno de la revolución tuvo como principal objetivo devolver a la ciudadanía, en toda su plenitud constitucional, el derecho de elegir, y ahora lo hace realidad, asegurando la pureza del comicio con el honor de las instituciones armadas.
En la última comida anual de camaradería de las fuerzas de aire, mar y tierra, al dirigir la palabra a los señores jefes y oficiales, les expresé textualmente: “No estamos fabricando sucesiones”. También les dije... “he de hacer todo cuanto esté a mi alcance para asegurar elecciones completamente libres y que ocupe la primera magistratura el que el pueblo elija”. Repito, el que el pueblo elija. Y anticipo que no expondré a las fuerzas armadas a la crítica de haber participado en fraude alguno. [...]
La conducta del gobierno y de las fuerzas armadas en el acto de mañana, será una lección de moral cívica que el juicio sereno de la posteridad apreciará en todos sus alcances.
Tal vez el gobierno haya cometido errores en el desarrollo de su acción purificadora del ambiente político, de los que no está libre ninguna obra humana, pero con errores o sin ellos, ha logrado la finalidad que se propuso: devolver al pueblo la libertad en el ejercicio pleno de su voluntad soberana y la fe en sus propias decisiones.
El pueblo de la República tiene la oportunidad de practicar su derecho sin menoscabo y apreciar lo que significa el cumplimiento fiel y leal de lo que la Constitución y las leyes determinan. Esperamos que como consecuencia de ello, de hoy en adelante, ningún argentino sea privado de los derechos y garantías que aquéllas establecen, ni que haya quien caiga en la tentación de pretender quitar a sus conciudadanos la libertad de regirse por sí mismos.
Me siento en el deber de señalar a los electores la necesidad de ajustar su conducta en las elecciones de mañana, y en los actos futuros, a una acción decidida, insobornable y orientada a la elección de los que representen una garantía para el bien de la comunidad. Esa fue siempre la conducta del gobierno, procurando terminar con el fraude, el caudillismo y la presión que en épocas anteriores adulteraron la voluntad popular.
Cree también de su deber, el gobierno de la revolución, hacer presente que el único sistema aplicable y aceptable en la Argentina es el democrático, que garantiza la libertad individual y colectiva; que dentro de ese sistema no debe ni puede existir el predominio de unos grupos sobre otros, sino que debe gobernar la voluntad de la mayoría; pero, para que eso sea realidad, es indispensable respetar las normas que rigen la vida de la Nación y no permitirse que se desconozcan o burlen por aquellos grupos que creen tener el derecho de suplantar a esa mayoría.
Edelmiro Julián Farrell 23 de febrero de 1946 “Las Fuerzas Armadas restituyen el imperio de la soberanía popular”. Ministerio del Interior, Buenos Aires, 1946.