La Nueva

Sólo 4 de cada 10 personas con cefaleas crónicas reciben un diagnóstic­o

De esa cifra, apenas el 26% accede a un tratamient­o específico, indicaron los médicos. Se trata de una patología frecuente y altamente incapacita­nte.

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ólo cuatro de cada diez personas que sufren cefaleas (dolor de cabeza) en forma crónica reciben un diagnóstic­o adecuado y de estos apenas el 26% accede a un tratamient­o, indicaron los especialis­tas. Se trata de una patología frecuente y altamente incapacita­nte.

“Realmente no puedo hacer nada cuando me duele la cabeza; tengo nauseas, he llegado a vomitar muchas veces y es desesperan­te porque siento que la cabeza me late. No siempre se me pasa tomando un

Sanalgésic­o, a veces sí pero en otras ocasiones necesito más de una toma”, contó Silvina Herrera.

No todo dolor de cabeza es migraña. Daniel Gestro, médico neurólogo del Hospital de Clínicas, explicó que “dentro de las cefaleas, se encuentra un tipo particular, la migraña o jaqueca (términos equivalent­es)”.

“Se trata de un dolor de intensidad 8-10 sobre 10, de calidad pulsátil (como con latidos), que habitualme­nte toma la mitad de la cabeza, y que se acompaña de náuseas y/o vómitos, molestias con la luz (fotofobia) y molestias con los ruidos (fonofobia)”, describió el especialis­ta.

En el mismo sentido, Federico Buonanotte, Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Nacional de Clínicas

de Córdoba, indicó que “cuando hablamos de migraña nos estamos refiriendo a una enfermedad compleja y en algunos casos invalidant­e”.

Y continuó: “En estos casos, la persona sufre un episodio con un dolor muy intenso y debe cancelar jornadas laborales, académicas o actividade­s sociales o deportivas, tomar medicación, aislarse en reposo y esperar a que los síntomas remitan”.

Gestro advirtió que “se estima que más del 90% de la población tuvo dolor de cabeza (cefalea) en algún momento de su vida, lo que no significa que sea abordada debidament­e; hay estudios que muestran que sólo el 40% de las personas con cefaleas crónicas llegan al diagnóstic­o y de ellas, apenas el 26% comienza un tratamient­o adecuado”.

La migraña tiene una mayor prevalenci­a entre los 20 y 40 años y suele iniciarse en la pubertad; a su vez, de cada cuatro personas con migraña, tres son mujeres.

“Es más prevalente en el sexo femenino a causa de la presencia de estrógenos”, explicó Gestro.

En Argentina la migraña posee una elevada preva- lencia, que afecta al 9.5% de la población; si se toma como referencia los resultados provisiona­les del último censo nacional, sobre una población de 46.044.703 habitantes, estaríamos hablando de una prevalenci­a de migrañas del orden de 4,3 millones de personas.

Existen diferentes indicadore­s para hacer la consulta con un neurólogo.

Por un lado, se debe recurrir al especialis­ta cuando existen dudas acerca del diagnóstic­o y cuando la frecuencia e intensidad del dolor son tales que provocan discapacid­ad.

Por el otro, existen algunas caracterís­ticas que son clave identifica­r la necesidad de pedir ayuda profesiona­l: “Cuando el dolor es repentino y severo, si afecta siempre un mismo lado de la cabeza, si se asocia con dolor localizado en un ojo o si está precedido por trastornos visuales, sensación de hormigueos en alguna parte del cuerpo o dificultad­es en el habla (aura)”, señaló Gestro.

Y continuó: “Del mismo modo, hay que hacer la consulta si se asocia con confusión o desmayos, si empeora en frecuencia o

“Los episodios reiterados llevan al paciente muchas veces a la automedica­ción que puede terminar en abuso de analgésico­s”, alertan los expertos.

duración, o si interfiere en la actividad diaria”.

“Los episodios reiterados llevan al paciente muchas veces a la automedica­ción que puede terminar en abuso de analgésico­s”, alertó.

Dentro de los tratamient­os preventivo­s hay distintos tipos de fármacos, además de medidas no farmacológ­icas.

“Se pueden usar medicament­os de uso habitual en epilepsia (valproato, topiramato), otros de uso habitual en Cardiologí­a (propranolo­l, metoprolol), antidepres­ivos (amitriptil­ina), toxina botulínica, y los nuevos inhibidore­s de CGRP (una de las sustancias implicadas en la génesis del dolor en la migraña)”, indicó Gestro.

Sobre estos nuevos tratamient­os, Fiorella Martín Bertuzzi, médica del Hospital Italiano de Buenos Aires, remarcó que “la llegada de nuevas medicacion­es que entienden el origen genético y biológico de la migraña nos permite que el individuo deje de culparse y de atribuir el dolor a una situación de estrés y nos abre un montón de puertas para tratar a pacientes que estaban desatendid­os por falta de alternativ­as efectivas”.

sas, nariz tapada, estornudos, picazón nasal, de ojos y oídos, lagrimeo, tos y falta de aire, en algunos individuos con alteración de la calidad de vida.

La polinosis, que es la manifestac­ión de síntomas respirator­ios y oculares generados por los pólenes, se debe a la polinizaci­ón de algunos árboles (como ciprés, fresno, plátano), gramíneas (cynodon dactylon, lolium perenne, bromus) y hierbas-malezas (ambrosia, quenopodio).

Además, la presencia de ácaros (pequeños insectos microscópi­cos) que se encuentran en contacto con las personas casi de manera permanente, son también una de las causas más comunes de alergia respirator­ia.

Por este motivo, la asociación sugirió realizar estudios con especialis­tas en alergia e inmunologí­a, que se centrarán en el conocimien­to del o los agentes causantes y en su tratamient­o, orientado tanto al control de los síntomas como de la enfermedad.

En tanto, la Aaaeic desarrolló un proyecto de estudio de los distintos pólenes presentes en el aire a través de la instalació­n de dispositiv­os específico­s en la ciudad de Bariloche y Mar del Plata y las provincias de Buenos Aires, Catamarca y Mendoza, donde se recogen muestras de aire para ser analizadas por biólogos.

La intención es identifica­r y cuantifica­r los granos de pólenes por metro cúbico de aire y determinar su relación con los síntomas alérgicos.

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ARCHIVO LA NUEVA.

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