La Nueva

Es de Puan y hacía turismo en Israel cuando empezó el bombardeo

Santiago Prunell estaba en la ciudad de Ashkelon, al sur de Tel Aviv, cuando fue atacada por Hamas el pasado 7 de octubre. Ahora se encuentra en Italia.

- Anahí González Pau agonzalez@lanueva.com

El puanense Santiago Prunell estaba haciendo turismo en Israel y visitando a familiares cuando fue testigo del bombardeo de la fuerza Hamas sobre la ciudad de Ashkelon, 70 kilómetros al sur de Tel Aviv, la más afectada por los misiles, el pasado 7 de octubre.

Desde que Hamas lanzó un ataque sorpresa contra Israel, en el que asesinó a más de 1.400 personas y tomó más de 200 rehenes, las Fuerzas de Seguridad de Israel (FDI) realizaron un contraataq­ue y han bombardead­o Gaza sin descanso. Más de 5.000 personas han muerto en los bombardeos israelíes sobre Gaza, según el ministerio de Sanidad palestino (fuente CNN en español).

Santiago Prunell, quien no es la primera vez que visita estas tierras, dio testimonio de la situación que le tocó vivir cuando comenzaron los bombardeos.

"Lo más grave era que muchas personas armadas que se pasaron de Gaza a Israel llegaron a Ashkelon. Era complicado porque sonaban las alarmas a cada rato y teníamos que salir de nuestro departamen­to en el piso noveno para buscar refugio, porque no había un búnker", dijo el puanense, quien estaba con un amigo.

La contradicc­ión es que cuando lograban abandonar el edificio les pedían que fueran otra vez adentro porque en la calle había gente armada.

"Era todo muy confuso y delicado. Mientras estábamos ahí un misil impactó en el edificio de al lado y otro a 40 metros", comentó.

"Estuve alarmado y muy alerta. La gente que con la que yo estaba nunca había vivido esa situación pero muchos isrlaelíes están acostumbra­dos a recibir bombardeos, aunque no a ese extremo, por eso la gente estaba tranquila. Muchos estaban muy enojados con el gobierno de Israel porque decían que no podía estar pasando eso", dijo.

"En donde estaba me sentía resguardad­o. Sentía mayor riesgo por la gente armada en la calle que por los misiles a pesar de que nos tiraban unos 350 misiles por día", comentó.

La situación llegó al extremo de que tanto Santiago como su amigo, con quien compartía un dúplex, decidieron dormir vestidos en la planta baja (las camas estaban en el piso de arriba) y cronometra­r el tiempo en que se bañaflejan ban por temor a que la próxima alarma (escucharla­s era algo corriente) los encontrara bajo la ducha.

"El conflicto es un tema muy delicado. No voy a hacer hincapié en eso. Yo mayormente escuchaba la postura israelí pero tengo que ser imparcial porque hay muchos temas que desconozco. No tengo una respuesta certera de lo que está pasando y nadie en el entorno me la supo dar", opinó.

Respecto a la cobertura de los medios de comunicaci­ón aseguró que no re

"Era todo muy confuso. Mientras estábamos ahí un misil impactó en el edificio de al lado y otro a 40 metros".

al 100% lo que está sucediendo porque cada uno expresa una postura.

Si bien tenía planificad­o realizar un itinerario para visitar países cercanos el puanense decidió viajar a Italia.

"Lo hice porque mi familia y amigos estaban muy intranquil­os, me pedían todo el tiempo que me fuera de ahí y no me quedaron muchas alternativ­as. Me fui para cumplir con ellos, sobre todo, y también por un tema de seguridad mío. Primero fuimos a la costa el Mar Rojo, pegada a Jordania y Egipto, pero la familia seguía preocupada", expresó.

Santiago Prunell suele realizar viajes largos en los que recorre distintos países a lo largo de meses. Viajaba desde junio y se encontró con un amigo que también estaba haciendo turismo en Israel.

"La sensación cuando sonaba la alarma era como la de estar en una película de la Segunda Guerra Mundial. Se vive en estado de alerta permanente y de insegurida­d", dijo.

"No me tocó ver gente herida sino destrucció­n leve fruto de los misiles que impactaron cerca pero no hirieron a nadie porque la gente estaba protegida. Sí conocí gente de los pueblos pegados a Gaza que me contaron cómo fue y ellos sí vieron gente muerta y muchos no pudieron entrar a sus casas", contó.

De momento, Santiago quien se dedica al rubro inmobiliar­io, planea seguir viajando por Europa.

"Es una lástima la cantidad de civiles que falleciero­n y gente inocente de ambos lados. No veo que sea una situación que pueda resolverse en el corto plazo", reflexionó.

 ?? ARCHIVO LA NUEVA. ?? SANTIAGO PRUNELL (frente), junto a sus afectos en la ciudad de Ashkelon, en Israel.
ARCHIVO LA NUEVA. SANTIAGO PRUNELL (frente), junto a sus afectos en la ciudad de Ashkelon, en Israel.

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