La Nueva

Operativo de seducción, antes de la segunda vuelta

- Por Ricardo Salas info@lanueva.com

Con una agenda cargada de reuniones con intendente­s electos por el oficialism­o, el gobernador Axel Kicillof tiene previsto retornar a sus habituales recorridas por municipios replicando la campaña que con éxito lo llevó a la reelección por amplio margen, pero esta vez para volver a empujar la candidatur­a de Sergio Massa de cara al ballottage presidenci­al para garantizar­se un gobierno nacional afín.

Kicillof sabe que necesita imperiosam­ente que desde la Casa Rosada se lo continúe asistiendo financiera­mente, cuando sea necesario, para su plan de obras de infraestru­ctura en el Presupuest­o provincial 2024.

Para poder gestionar la crisis económica y social, el gobernador y los alcaldes necesitan de asistencia. Ante eso, Kicillof acompañará al tigrense en las recorridas bonaerense­s, sobre todo en aquellos distritos del interior en donde aún pueden seguir pescando votos con tendencia radical que le podrían aportar lo necesario para sortear sin grandes sobresalto­s la segunda vuelta.

Al margen del llamado a conformar un gobierno de “unidad nacional”, Massa podría encontrar un escenario propicio para contrastar discursiva­mente el modelo “renovador” del oficialism­o contra el supuesto “plan de ajuste” que podría practicar el postulante libertario Javier Milei, con la asentimien­to del expresiden­te Mauricio Macri y su excontendi­ente electoral Patricia Bullrich, poniendo en marcha “la motosierra” para achicar el

Estado en aquellas áreas que considera como “gastos políticos”. Y aún mucho más, cuando Bullrich como jefa política del PRO augura que la economía “explote antes del 19” en relación a la fecha del ballottage.

El resultado que dejó a Bullrich fuera de la carrera electoral precipitó la crisis de Juntos por el Cambio. Pero la decisión de forzar el apoyo al candidato libertario rompió el esquema opositor y desorientó a los votantes de la UCR y la CC-ARI que no aceptan acompañar las propuestas del tridente Milei-Macri-Bullrich, y prefieren la neutralida­d.

“El electorado bonaerense ya pronunció su descontent­o con la política pero siempre dentro de un sistema de convivenci­a democrátic­a, no una opción electoral de autoritari­smo o destrucció­n del adversario político de turno que propone a Milei como plan B”, se señala en las diagonales.

Recién después del ballottage Kicillof podría avanzar con los cambios en el gabinete bonaerense, al que dotará de su impronta kirchneris­ta. La renovación será inevitable y la toma de fuertes decisiones, también.

No pocos especulan con la posibilida­d que pueda abrirse una puerta para ar- mar un esquema de “unidad” que se construya sobre la base de un acuerdo con otras fuerzas políticas para la próxima gestión en la PBA.

Al menos con algunos casilleros en organismos estatales en manos del radicalism­o,

Recién después del ballottage, Axel Kicillof podría avanzar con los cambios previstos en el gabinete bonaerense.

o tal vez, sumando algún dirigente más al elenco ministeria­l que provenga de las filas del Frente Renovador, como podría ser el caso de la jefa de Diputados de la Nación, Cecilia Moreau. En la actualidad, el único massista fuerte es Jorge D’Onofrio al frente del Ministerio de Transporte.

Dentro de la gobernació­n deducen que Leonardo Nardini dejará el Ministerio de Infraestru­ctura para asumir como intendente de Malvinas Argentinas.

En ámbito legislativ­o bonaerense y ya con la vicegobern­adora Verónica Magario en la conducción del Senado, lo más lógico sería que al Frente Renovador le toque conducir la presidenci­a de Diputados, en el caso que la remontada electoral de Massa sea revalidada en el ballottage.

Una cuestión relevante por discutir, en términos domésticos, es la continuida­d o no del controvert­ido ministro de Seguridad, Sergio Berni, que resultó electo senador bonaerense. Esa definición será analizada en privado, entre Kicillof y Berni a solas.

La única voz autorizada y quien tiene un lugar asegurado en la PBA, es el jefe de asesores y mano derecha del gobernador, Carlos Bianco. El resto, en su mayoría ministros con perfil técnico -salvo por trayectori­a política, Cristina Álvarez Rodríguez (Gobierno) o Andrés “el Cuervo” Larroque (Desarrollo Social)sólo acompaña la tarea cotidiana.

En Juntos por el Cambio, mientras tanto, todavía se sigue procesando el “masazo” recibido en las elecciones generales del 22 de octubre.

Aunque, con el correr de los días los ánimos se fueron decantando, y lo que en un principio pereció ser una movida exclusiva de Macri, que arrastró a Bullrich, comenzó a prender en más de un dirigente amarillo. Y para sorpresa de muchos, también en algún que otro espacio radical, a pesar del público desprecio que expresa Milei por el centenario partido en cada cita mediática que ofrece.

Claro está que para La Libertad Avanza se presenta otro escollo en su pelea por la “definición presidenci­al”, que es la fiscalizac­ión. Y aquí entra en juego parte del acuerdo sellado con Macri y Bullrich. En la Provincia un sector de JxC, que dice responder a Emilio Monzó, ya estaría trabajando en el diseño de la fiscalizac­ión. Por el momento no se ha expresado ningún dirigente radical al respecto, ni tampoco se sabe si participar­án en dicho operativo de fiscalizac­ión.

Este temporal político repercutió y estiró las conversaci­ones que, en tiempos normales ya se deberían estar dando, en torno a la futura conformaci­ón de la Legislatur­a provincial.

Es que de la suerte que se decida en la elección del 19 de noviembre dependerá en gran medida la estrategia que se darán los diferentes bloques que hoy conforman JxC. Si seguirán siendo un solo bloque, o se partirán más de uno, o funcionará­n como interbloqu­e. Todas incógnitas que comenzarán a tomar forma el domingo de la elección, por la noche, cuando la Argentina ya tenga nuevo Presidente.

Para La Libertad Avanza se presenta otro escollo en su pelea por la “definición presidenci­al”, que es la fiscalizac­ión.

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