Monumento a los fundadores
Hace 93 años, en octubre de 1930, el escultor César Sforza presentó en Buenos Aires algunas de las piezas del Monumento a ubicar en el parque de Mayo en homenaje a los fundadores de la ciudad.
Decidida su construcción en 1927 por la Comisión Hijos de Bahía Blanca, la obra era un homenaje de vecinos nativos de la ciudad en ocasión de cumplir ésta cien años de su fundación, el 11 de abril de 1928.
Sin embargo, los trabajos no se cumplieron en los plazos previstos y no fue hasta el 11 de abril de 1931 que la obra fue inaugurada.
Aquella exposición de 1930 fue realizada en la Sociedad Amigos del Arte de Buenos Aires, con la presentación de las piezas que formarían parte del pedestal del monumento que por entonces se conocía como “al Coronel Ramón Estomba y demás fundadores”.
Curiosamente la invitación para asistir llegó tan sobre la fecha a nuestra ciudad, con lo cual resultó imposible a los integrantes de la comisión concurrir a la misma.
La crítica fue auspiciosa para la obra, señalando que Bahía Blanca tendría “uno de los mejores monumentos realizados en el país”.
La presentación incluía los bajo relieves El malón, La conquista del desierto, Tierra pródiga, Vida campera y Exportación. Cada uno reflejaba aspectos de la época fundacional.
“Están ejecutadas teniendo en cuenta un arabesco de líneas y terminan con un ritmo de formas. La mayor o menor profundidad da color a los motivos”, se destacó.
Los dibujos tenían un tratamiento a la manera de los bajorrelieves egipcios, “con una visión novedosa”, rompiendo el perfil y colocando los pies de frente, “una dificultad que muchos escultores rehuyen”.
Finalmente se imponía el conjunto de bronce que remataría la obra, una mujer portando un escudo y la bandera nacional, hermanada con un gaucho, un soldado y un colono.