La esquina de Brown y Colón: cada día más ruinosa y sin interesados
El edificio se encuentra desocupado desde hace 15 años, en un pésimo estado general, rodeado de un cerco preventivo.
Luego de la decisión anunciada en abril último por el intendente Héctor Gay, el área de asuntos legales del municipio inició el reclamo por la vía judicial de la deuda de impuestos y tasas que los propietarios del centenario edificio de avenida Colón y Brown mantienen con la comuna.
El jefe comunal manifestó en esa oportunidad su voluntad de que, en caso de no tener una respuesta favorable, el inmueble pueda salir a subasta, de manera que un eventual comprador pueda darle un uso adecuado al lugar.
El edificio se encuentra desocupado desde hace 15 años, en un pésimo estado general, rodeado de un cerco preventivo y con sus titulares completamente desinteresados por la situación.
“El reclamo sigue su trámite pero aún no tiene sentencia”, detallaron a este medio desde el municipio, dando cuenta de que el reclamo por la vía legal está su curso.
La deuda ha sido estimada en 14 millones de pesos, valor establecido a comienzos de este año, el cual debe ser actualizado además de aplicarle gastos, honorarios e intereses.
Si bien el eventual remate del inmueble es una alternativa en caso de que los propietarios no cancelen la deuda, desde el área legal de la comuna mencionaron a este medio que esa salida es cuanto menos
“prematura”, ya que como primera instancia hay que aguardar una respuesta de los propietarios.
“Hay que ver primero si se presentan, que proponen y, en última instancia aguardar la sentencia para luego tomar una decisión”, se detalló.
De acuerdo a fuentes confiables, el edificio está a nombre de una sociedad anónima integrada por dos familias, las cuales en principio tienen criterios diferentes sobre qué destino darle al sitio.
El riesgo
Cada día es más evidente el muy mal estado que presenta la construcción, con constantes caídas de revoques y molduras, además de la falta de mantenimiento y la rotura de vidrios que permite la entrada de palomas y otras plagas.
El lugar se encuentra desocupado desde hace 15 años, lo cual deja en claro lo complicado de encontrarle un uso, sea por la inversión que exige ponerlo en valor como también por las expectativas de venta o alquiler de sus propietarios.
Se cumplen, por otra parte, tres años de la decisión del municipio de rodear al edificio de 55 metros de frente sobre Brown y 29 sobre la avenida Colón con un cerco preventivo, el cual se ha convertido en un lugar por excelencia para la pegatina de afiches publicitarios, acción que por ley está prohibida, que convierten a la esquina en un verdadero mamarracho urbano.
Otro detalle no menor es el crecimiento de plantas entre las juntas de los ladrillos y las molduras, cuyas raíces van dañando de manera cada vez más riesgosa los muros.
En espera, un crucero
“Un crucero en tierra”. Esa es una de las varias definiciones con la cual los impulsores del proyecto presentaron la torre de 18 pisos que desde hace siete años conforma la única propuesta edilicia para esta esquina.
Pensado como un Hotel Boutique para Adultos Mayores (Hobama), la obra emerge del interior del edificio histórico e incluye su recuperación.
Este año, luego de deambular el expediente por distintas oficinas del municipio y del Concejo Deliberante, la propuesta consiguió una suerte de “visto bueno” de la subsecretaría de Planificación y Desarrollo Urbano, resolución que esperaban los desarrolladores para poder avanzar con la búsqueda de inversores.
La demora en obtener esa “posible aprobación al proyecto” se debe en parte a lo particular de la intervención pero también a un exceso en la cantidad de pisos y metros cuadrados permitidos para el lugar.
Por eso el mismo debió ajustarse para ahora disponer de un “proyecto de resolución”, la cual “otorgaría” una prefactibilidad que “podría” ser efectiva una vez cumplimentados varios “requerimientos administrativos”. Vale decir que esta habilitación es tan potencial como los verbos utilizados en su redacción.
La búsqueda
Hobama es una torre de 20 mil m2, que recicla al edificio patrimonial como centro de salud; suma tres pisos de estacionamiento, diez plantas con departamentos y otras tres con amenities.
El proyecto, indica la memoria descriptiva, logra un edificio "armónico, sustentable y moderno". Al momento de su presentación, en 2015, se hablaba de una inversión estimada de 40 millones de dólares, aunque resulta complejo, siete años después, tener precisión sobre la misma.
Los desarrolladores, lejos de tirar la toalla, están ahora buscando sumar interesados en ser parte de un Crowdfunding inversor en un fideicomiso financiero, que es la figura legal elegida. No se trata de una tarea simple, al punto que los primeros contactos no han sido del todo favorables.
Esto tiene que ver en parte con el actual momento económico, con la incertidumbre sobre el futuro gobierno, la inflación, el valor del dólar y todo un conjunto de variables que hacen difícil cualquier decisión en materia de inversión.
Mientras tanto, lo único real, cierto, verificable y preocupante es que el inmueble, inaugurado en 1909, se ha convertido en un elefante blanco, en una rémora, en una casi ruina en pleno centro de nuestra ciudad.