Beethoven, Piazzolla y Bach en las manos del gran pianista Horacio Lavandera
“Es un desafío hacer lo mismo que en Europa”, aseguró el talentoso músico que se presentará en el Teatro Coliseo.
l reconocido y aplaudido pianista Horacio Lavandera se propuso el "desafío" de reproducir el mismo concierto en Argentina que en Alemania con obras de Beethoven, Piazzolla, Bach, Vivaldi y Mendelsohn, en el Teatro Coliseo durante la jornada de hoy, que lo remontan a sentimientos espirituales inspirados por las composiciones que interpretará.
"Será el mismo concierto que di en Alemania, es lo que querían los productores, lo cual me puso súper contento; es todo un desafío hacer acá lo mismo que en Europa y va a estar buenísimo", dijo Lavandera
Esobre un espectáculo al que definió como "muy orgánico".
"Las obras de Bach que voy a tocar -agregó- tienen que ver con Vivaldi, así que ahí habrá un homenaje al Barroco y es muy fácil ubicar a Piazzolla dentro de ese contexto. Voy a estar haciendo las mismas tres sonatas de Beethoven que en el CCK en agosto (28, 29 y 30), además voy a tocar otras de sus obras, que son muy poco conocidas, y esta unión de Vivaldi, Bach, Piazzolla y Félix Mendelssohn".
A Lavandera, este repertorio le produce caros sentimientos. Oriundo de una familia de tradición musical, es hijo del reconocido percusionista José María Lavandera, y heredó de sus antepasados un gran número de libros y referencias a la música clásica alemana. De su tatarabuelo y bisabuelo recibió libros de Beethoven y de otros clásicos de Alemania, mientras que su padre, fallecido en 2020, era un devoto de estos compositores.
"Entonces -sostuvosiento que lo homenajeo a él de alguna manera. Con mi trabajo hay ciertos lazos muy profundos para mí que me conectan con esta música. Es muy espiritual. Entiendo que la música que voy a interpretar no es música fácil ni la estamos habitando todos los días; ni acá, ni en Alemania, ni en ninguna parte del mundo; por eso dar algunas pequeñas referencias puede ser interesante para algunos".
Lavandera hace referencia a una característica muy poco habitual dentro de la música clásica y que pondera la actitud abierta y descontracturada con la que aborda los conciertos (aunque encarecidamente suele pedirle al público que mantenga silencio durante las interpretaciones). El eximio pianista acostum- bra dar explicaciones sobre las obras para darle contexto al público sobre el momento y la intención con las que fueron concebidas.
Así, uno puede entender las influencias del romanticismo de Goethe y Schiller en las partituras de Haydn, el espíritu de la Revolución
Francesa en Schubert, la figura del Arcángel Miguel en Beethoven o la apertura a lo popular en la organología cristiana en Bach.
"Entonces no se puede pretender que todo un público de 1800 personas que vayan al Coliseo hayan leído todo eso, pero se les puede despertar un cierto interés para que después del concierto vayan a leer algunas de estas obras o simplemente entender algunas de las referencias, que son muy sencillas. Finalmente, lo complejo es todo el armado poético, pero las historias son muy sencillas".
Esta actitud pedagógica se la despertó un grupo de amigos, quienes lo impulsaron a dar charlas virtuales todos los miércoles. Así, desde 2020 comparte sus conocimientos, algo que también lo ha llevado a dar clases magistrales.
"Una persona que va por primera vez tiene que entender que hay lazos con la música popular, con la música religiosa, con los sentimientos. Hay muchas líneas que se pueden explicar a los oyentes y de esa manera todos juntos vamos en un mismo camino. Luego está bien que cada uno se imagine lo que quiera", señaló.
“Las obras de Bach que voy a tocar tienen que ver con Vivaldi, así que ahí habrá un homenaje al Barroco y es muy fácil ubicar a Piazzolla dentro de ese contexto”.
“Lutero toma melodías de la música popular de las aldeas, le cambia las letras para hacerlas bíblicas y empezar a ganar fieles”.
—Hay tanto mito a través de Piazzolla... un diablo, un ángel. "La división total" tiene una serie del ángel y toda una serie del diablo. Así que está en contacto con el cielo y con el infierno, era un personaje de extremos espirituales. Inclusive, en su época de los 70, se ponía collares y todo lo demás.